Un viaje al misterioso Impenetrable chaqueño

Cuando Luis Raúl «El Gusano» Menocchio puso fin a la vida de Manuel Roseo en un salvaje asesinato, desencadenó una serie de acontecimientos que convertirán la vida del enigmático terrateniente italiano en parte de la historia chaqueña. La muerte del anciano parco que vivía en una sencilla casa de la localidad de Castelli, obligó al Gobierno de Chaco a expropiar la mítica estancia La Fidelidad para transformarla en un nuevo parque nacional de unas 150 mil hectáreas en lo más profundo y, en algunas zonas, casi virgen del imponente Impenetrable.
La estancia se extiende otras cien mil hectáreas en Formosa, pero allí todavía se sigue cortando madera y no hay intenciones de una acción similar a la de Chaco, pese a los esfuerzos de Parques Nacionales y las organizaciones ambientalistas que trabajan en la protección del Impenetrable.
Desde la muerte de Roseo se libra una batalla judicial por la posesión de las tierras. Los herederos reclaman mucho más de lo que ofertó el Estado chaqueño con el aporte de las ONG: unos 65 millones de pesos. La orden de posesión ya se emitió, pero recién se hará efectiva cuando los herederos tengan el dinero en mano, aunque se anticipa que no dejarán de litigar.
El futuro parque nacional tiene como principales atractivos a miles de hectáreas de monte, lagunas escondidas ideales para la navegación y los ríos Bermejo -Teuco en el Chaco- y Bermejito que albergan a cientos de especies animales y pájaros, incluidos el tapir, carpinchos, pumas, yacarés overos, tatús carretas -al borde de la extinción en el resto del país- y hasta el yaguareté, al que muchos dicen haber visto, aunque no haya pruebas científicas de su permanencia en el lugar. La fauna es inmensa y está a la vista.

 

La importancia de El Impenetrable radica en que será el Parque Nacional más grande del norte argentino, por lo que resulta primordial para conservar a largo plazo poblaciones de grandes mamíferos como el yaguareté, el tapir, el oso hormiguero y el pecarí. Posee además una enorme biodiversidad y un bosque nativo en excelente estado de conversación donde habitan cientos de aves y árboles milenarios.
«El Impenetrable es el proyecto«, definen en el instituto de Turismo de El Chaco, que apuesta a la creación del parque para ampliar el circuito turístico de la provincia y de paso sumarse a un eje «litoral» con el futuro parque nacional El Iberá en Corrientes y el Parque Nacional Iguazú en Misiones.
La Nación también está interesada en fortalecer una cuenca turística de la naturaleza que incluya a todo el Litoral.
Para el desarrollo de El Impenetrable, el Instituto del Turismo chaqueño trabaja junto a Parques y el aporte permanente de Conservation Land Trust, la ONG creada por el fallecido Douglas Tompkins para la preservación y que tiene su proyecto estrella en el Iberá correntino, donde se trabaja en la reintroducción de especies nativas, con el yaguareté como emblema.
CLT lidera un grupo de ONGs ambientalistas que inició investigaciones para conocer la flora y fauna y preservar el lugar. El objetivo es involucrar a las comunidades locales en el desarrollo ecoturístico y que los habitantes puedan aprovechar la llegada de visitantes para diversificar su economía. De a poco, se va creando conciencia.
Zulma tiene ocho hijos y su hogar frente a las puertas mismas de la Fidelidad. Vive de sus cabras y algunas vacas. Su esposo trabaja en la estancia de Roseo hasta que falleció.
Ahora ella es conocida por su exquisito cordero y el entusiasmo con el que espera la habilitación del parque. Aunque no es mucho, gana sus primeros pesos con la atención a los turistas.
Mientras, construye una primera habitación para albergar a los turistas o investigadores.
«Tenemos muchas ganas de que el Parque se concrete», se ilusiona mientras ceba unos mates que hacen honor a la hospitalidad de los lugareños.


Hay otras formas de interacción. Alesio tiene 38 años y se crió en los campos de la zona, recorriendo picadas y viendo los animales pasar.
En el proceso de creación del Parque El Impenetrable, se transformó en un guardaparques «brigadista» que oficia de baqueano y vive de eso.
«Que se abra el Parque es una posibilidad muy grande para la zona. Hay bichos, pájaros, peces que se están perdiendo. Vienen cazadores y pescadores de todos lados. El monte se va perdiendo, el yaguareté era común y ahora no se ve más», cuenta Alesio, quienya tuvo varios encontronazos con cazadores.
Llegar al Impenetrable es una aventura en si misma. Desde Resistencia hay que recorrer 350 kilómetros al noroeste hasta Miraflores, la ciudad que hace de frontera con la inmensidad.
Desde allí, se suman casi cien kilómetros de caminos terrados para llegar al portón de entrada de La Fidelidad, rodeada por el río Bermejito.
Todo el trayecto se enmarca en bosques interminables, manchones de desforestación de lo que queda de quebracho, algarrobo y el itín, considerado el ébano argentino.
Cada tanto aparece un rancho, generalmente de adobe o ladrillos a la vista, en construcciones hechas por el Gobierno.
Rostros curtidos por el sol y el eterno polvo custodian las tierras que sirven de refugio a chivos, cerdos y gallinas y, en el mejor de los casos, algunas pocas vacas. Los nativos suelen tener más de un centenar de hectáreas, aunque no todas son productivas. Los «foráneos», como Roseo, compran propiedades con miles de hectáreas.
La explotación sigue siendo forestal. El bosque nativo se escurre en los camiones que sacan cientos de toneladas de madera, especialmente de algarrobo.
Aunque la expoliación pareciera ser parte de la historia de la conquista, aún hoy es práctica constante: los madereros pagan 300 pesos la tonelada del algarrobo, una madera que multiplica varias veces su valor a unos pocos kilómetros convertida en mueble o con destino de exportación a China y Estados Unidos.
En pie, el árbol es fuente de nutrientes, como la harina del algarrobo, que, paradoja de la modernidad, casi ya no se produce más.
Por eso es fundamental la concientización y el trabajo con los pobladores rurales.
Lorena Paszko es intendente del Parque Nacional Chaco y coordinadora del Parque Nacional El Impenetrable. Aunque es un ambiente hostil, se mueve con soltura en medio de la selva acompañada por su equipo que tiene como integrante a Felipe Segundo, el primer guardaparques nativo. «Es un orgullo como chaqueña poder formar parte de esta etapa fundacional del Parque», cuenta la joven de 38 años que también tuvo experiencia en Iguazú.
Paszko destaca la ejecución de un master plan del Gobierno provincial para desarrollar todo el potencial de la región con la participación de los pobladores para el desarrollo del área y del Parque y su posicionamiento como atractivo turístico internacional. Es la gran esperanza compartida.
Por el asesinato de Roseo, Menocchio purga una condena a perpetua. Su víctima estará eternamente presente con un legado que le garantizará vida natural a las generaciones futuras.

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