Caso Lucía Maidana: intentan ubicar a algún sospechoso con una pericia telefónica

Tres años después, la investigación por el asesinato de Lucía Maidana (24) sigue sin hallar al o los responsables del hecho. Actualmente, las pesquisas giran en torno a pericias telefónicas, tendientes a dar con algún sospechoso.
La Justicia encomendó a especialistas la realización de un mapeo. Este trabajo consiste en el análisis de los teléfonos celulares que se activaron la noche del crimen en la zona donde sucedió el femicidio. Esto sirve tanto para determinar los movimientos de las víctimas como para dar con el asesino, si es que utilizó un aparato móvil esa jornada.
En poder de los investigadores hay celulares incautados en el marco de la investigación. El mapeo permitirá además establecer si algunos de esos teléfonos se activaron la noche del 6 de abril de 2013 en el sector donde se halla el inquilinato donde vivía la víctima, sobre la calle Estado de Israel 3495, en el barrio Villa Urquiza de la capital provincial.
Lucía, que era oriunda de Capioví y estudiaba Comunicación Social en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones, fue encontrada sin vida alrededor de las 21.45, luego de que los vecinos se percataran de había un incendio en el departamento dos del inmueble de alquiler.
Horas después la autopsia determinó que la chica había sido asesinada a golpes. La castigaron duramente en el cráneo con un martillo u objeto similar. Los forenses también dieron con indicios de abuso.
Antes de incendiar el departamento intentando borrar pruebas, el asesino limpió las manchas de sangre con un trapo de piso y hasta se habría bañado antes de escapar. La prueba de luminol develó sus movimientos.
El único sospechoso que está en la mira de la Justicia desde el inicio de la causa es Nicolás Sotelo, un ex estudiante Antropología que había tenido problemas con la víctima y su hermana Felicitas. Sin embargo, un cotejo entre su ADN y el que se consiguió en base al material genético recabado en el escenario del crimen dio negativo, por lo que no pudieron vincularlo con el hecho.
No obstante, otro dato volvió a colocar a Sotelo en el caso, más de un año y medio después. Otro estudiante declaró que días después del femicidio vio cuando el sospechoso arrojaba sobre el techo de una guardería un juego de llaves que eran del departamento de Lucía. Ese testigo dijo que Sotelo se jactó de que esas llaves eran de la residencia de la universitaria fallecida. Los investigadores encontraron el juego de llaves en el lugar indicado. Pero ese relato, más su comprobación posterior, no fueron consideradas suficientes por el juez de Instrucción Uno, Marcelo Cardozo, para ordenar el arresto de Sotelo.
El ex estudiante de Antropología estuvo preso entre abril y los primeros días de mayo de 2013. Entonces recibió la falta de mérito. Su defensa viene pidiendo desde entonces el sobreseimiento (que lo desliguen totalmente del caso), pero hasta el Superior Tribunal de Justicia rechazó el planteo.
Tres años después, todavía no se sabe quién mató a Lucía. Las pruebas no fueron suficientes para incriminar a Sotelo. Y el autor sigue entre nosotros.

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