El quinto sospechoso por el asesinato del arenero Juan Carlos Scholz (53) está identificado, pero permanece prófugo. Se trata del hombre que aportó el dato clave para que los criminales decidieran actuar: dijo que en la casa del empresario en la zona del Teyú Cuaré siempre había mucha plata.
El buscado era empleado de otro de los investigados: Miguel S. (34), apuntado como el cerebro del golpe y quien aportó la logística necesaria para que la gavilla actuara el domingo 20 de marzo.
De acuerdo con lo que reconstruyeron los investigadores, Miguel trabajaba en la construcción. Reclutaba un grupo de albañiles y encaraba obras en distintos lugares. El ahora prófugo era uno de sus empleados. En alguna ocasión, hicieron un trabajo para Scholz. Según las fuentes consultadas por Misiones Online, fue en esa ocasión en la que el albañil vio el movimiento comercial que se generaba en torno a la arenera y le contó a su jefe que el empresario siempre contaba con dinero contante y sonante en un maletín.
Con el dato del maletín y la fuerte suma de dinero, Miguel habría organizado el golpe. Los datos recabados hasta el momento indican que convocó a Orlando “Murdok” G. (32), a Rodolfo “Quimbi” C. (20) y a Alberto “Beto” M. (32), les consiguió las armas, aportó un automóvil (un VW Gol) y hasta entregó dinero para el combustible para que asaltaran a Scholz. Al mando del coche habría estado el ahora buscado. Pasa que era el que conocía el camino y el lugar donde iban a golpear.
Murdok, Quimbi y Beto fueron los que abordaron al arenero cerca de las 21 del domingo 20 de marzo. Los tres quedaron registrados por las cámaras de seguridad del arenero, que captó toda la secuencia: desde el momento que llegan a la casa y se esconden a la espera de la víctima; cómo lo abordan y forcejean con él, el disparo que hiere de muerte al empresario y la posterior fuga con las manos vacías.
Las imágenes muestran un grupo de ladrones inexpertos, que a duras penas pueden controlar a una sola persona y que como no pueden reducirla, le terminan disparando. Incluso a la hora de fugarse, cuando suben a una de las camionetas de Scholz, se ve que no logran maniobrarla con pericia.
Murdok sería el que abordó a Scholz apenas este llegó a su casa. Y habría sido Beto el que le disparó con un revólver calibre 38.
No fue casualidad que la camioneta de Scholz apareciera en Gobernador Roca. Entre esa localidad y San Ignacio solía moverse el ahora buscado.
El grupo de sospechosos fue captado además por las cámaras del peaje de Santa Ana. Y rastreando al coche los investigadores llegaron hasta ellos. Los presuntos autores materiales (Murdok, Quimbi y Beto) y el supuesto ideólogo Miguel están presos. Todos fueron imputados del delito de “homicidio en ocasión de robo”, ninguno quiso declarar a la hora de la indagatoria. Los primeros son considerados “coautores”. Al restante le endilgarían la “participación necesaria” o la autoría intelectual.
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EP
