El licenciado Carlos Berninger, profesional independiente de Eldorado, realizó un análisis de la situación actual del mercado, y en una entrevista con ArgentinaForestal.com se refirió al impacto real de las medidas económicas anunciadas en el país en la actividad y dio su visión sobre lo que considera necesita la foresto-industria misionera para lograr recuperar la competitividad perdida en los últimos años. «Un subsidio a los costos logísticos locales, eliminación de los ingresos brutos a las exportaciones, y una campaña de promoción en los mercados que fueron desatendidos en los últimos años serían las medidas adecuadas», afirmó el profesional.
Berninger realizó varios trabajos económicos y lineamientos de políticas de Comercio Exterior para el Aglomerado Productivo Forestal (APF) y las principales cámaras madereras de la provincia.
El profesional explicó que durante los últimos años, la foresto-industria -al igual que el resto de las economías regionales del país- fue perdiendo competitividad en forma continua, frente a la alta inflación anual de la Argentina y la falta de acompañamiento de la cotización del dólar a la misma.
Asimismo otras medidas nacionales y regionales afectaron aún más el aumento de costos del sector a la hora de exportar, como las retenciones nacionales a las exportaciones de estos productos y el cobro de los ingresos brutos provinciales a las ventas al exterior, única provincia en Argentina que aplica esta medida, perjudicial para los sectores exportadores misioneros, que quedan en desventajas con productores ubicados en otros provincias.
Dada la falta de competitividad para las exportaciones, el sector perdió prácticamente todos los mercados y clientes que tanto costo desarrollar desde el año 2002 y que generaron tantos puestos de trabajo. Las empresas se vieron obligadas a bajar turnos de producción y concentrarse sólo en el mercado local en gran medida.
En ese contexto, desde diciembre del año pasado se tomaron en el país dos medidas muy necesarias para la reactivación de las exportaciones de las economías regionales: por un lado, el sinceramiento del valor de la moneda local, con una devaluación de más de un 50%. Por otro lado, la eliminación de las retenciones a las exportaciones, que en el sector forestal ascendían al 5% del valor total de las exportaciones, un importe significativo, ya que debía ser tributado antes de la salida de los bienes del país, es decir, por adelantado.
“Pero estas dos medidas, si bien eran muy necesarias, no fueron suficientes para generar una reacción inmediata en las exportaciones de madera de la Argentina, ya que la situación internacional neutralizó las ventajas de estas medidas en el mercado internacional”, explicó el profesional.
“Los problemas del sector a la hora de exportar siguen siendo los mismos, por ejemplo, los altos costos logísticos para poner la mercadería de las industrias sobre el buque en el puerto de Buenos Aires. Si bien se pudo mejorar el costo logístico en dólares de U$ 80/m3 a U$ 60/m3 con la devaluación, esta mejora con la inflación que continúa puede disolverse para fines de este año, como ocurrió en el 2014. De todas formas, el costo en el país está muy por sobre los costos logísticos de nuestros principales competidores regionales a nivel mundial como Chile y Brasil, que tienen costos logísticos de entre U$ 15 y U$ 20/m3”, precisó Berninger.
Las industrias misioneras cuentan con experiencia exportadora, tecnología de punta y capacidad ociosa para multiplicar sus ventas al exterior e incrementar la mano de obra en forma inmediata, “pero esto se dará si se toman las medidas adecuadas”, sostuvo el especialista.
En este sentido, desde su visión, consideró que hay tres medidas que deberían implementarse en la actualidad para reactivar las exportaciones madereras y recuperar competitividad en el sector:
- Subsidio a los costos logísticos locales, que deberían rondar los U$ 40 a 50/m3. “Se necesita que se mantengan subsidios hasta solucionar los problemas estructurales de logística en Argentina, que son desde la falta de medios fluviales (Hidrovía) o ferroviarios para sacar la mercadería al puerto, y bajar los costos portuarios de las terminales de Buenos Aires, que son 3 a 4 veces más costosas que las de los países vecinos”, analizó Berninger.
- Eliminación de los ingresos brutos provinciales a las exportaciones de madera.
- Una vez logrados estos dos puntos anteriormente mencionados, habría que impulsar una campaña de promoción de productos de madera de Misiones en los principales mercados que fueron desatendidos durante años. “Esto sólo cuándo los productos argentinos logren competitividad nuevamente”, aclaró.
El país, el mundo y el mercado de pino
Si bien la competitividad interna del sector se vio favorecida por la devaluación y la quita de retenciones a la exportación en los últimos meses frente al cambio de la política económica del gobierno nacional, las mismas no fueron suficientes para compensar la pérdida sufrida en la actividad en los últimos años. “La devaluación y la quita de retenciones sirvieron para sincerar el valor del peso argentino respecto al dólar, pero no para mejorar la competitividad real del sector, sólo la mejoró respecto al deterioro que había sufrido años antes”, indicó Berninger.
Pero lo que no habrían conseguido con estas medidas fue ajustar el valor del peso respecto a las devaluaciones que sufrieron todos los países del mundo respecto al dólar, “ya que tanto en Europa, Asia y en todo Latinoamérica hubieron devaluaciones de todas las monedas en un promedio de un 40%, países con inflación inferior a un dígito, por lo que si bien Argentina compensó la inflación de los últimos años, quedo fuera de competitividad respecto a los otros competidores mundiales que se vieron favorecidos por estas modificaciones de valores de sus monedas”, aseveró el profesional. “Es decir, la devaluación argentina permitió sincerar el valor del peso respecto al dólar, y éste respecto a la inflación interna, pero no cubrió la sobrevaluación del dólar a nivel mundial, de otro 40%”, agregó.
Esta sobrevaluación del dólar generó una baja de precios en los productos de madera de pino en los principales mercados, por lo que la competitividad neta no se vio favorecida y la situación del sector es similar a la de antes de la devaluación.
Por Patricia Escobar
