Violaciones en Posadas: afirman que con el de la chica de Eldorado son tres los casos con mucha similitud

No hay registros de cámara de seguridad alguna que arroje indicios sobre el violador que atacó a la estudiante universitaria de Eldorado hace una semana en Posadas. Nadie vio al pervertido. Por eso, para los investigadores de la Policía y de la Justicia es como buscar a un fantasma.
Los vecinos del edificio de Sáenz Peña y Tucumán no escucharon nada raro la madrugada del jueves pasado. El sistema de videovigilancia de la empresa de seguridad que funciona en la planta baja del inmueble no captó nada fuera de lo normal. Y la víctima ni siquiera pudo ver las facciones del abusador, por la oscuridad que había en la pieza y por la manera en la que lo intimidó el malviviente, armado con un cuchillo.
Este panorama complica a los investigadores, que reconocen que encontrar un indicio será una tarea difícil pero no imposible. Trabajar con mucha paciencia es la consigna. Sin embargo, hay una preocupación que acecha: la posibilidad de que el violador vuelva a atacar.
Lo único que tienen los detectives es el material genético que levantaron los peritos y que permitirá tener un ADN del autor del abuso. El estudio se hace en Buenos Aires, por lo que las muestras deben ser remitidas hacia allí. Los más optimistas aseguran que el resultado se conocerá en 15 días, pero es probable que tarde mucho más.
Se sabe, por las marcas que dejó en la baranda (hierros torcidos), que el violador trepó un muro, caminó por el balcón y entró al departamento de la chica, que estaba durmiendo en la parte de abajo de una cucheta.
Fuentes del caso indicaron que es casi una certeza que el pervertido hizo “inteligencia” sobre la víctima: sabía que estaba sola y cómo llegar hasta donde ella descansaba. Otra estudiante eldoradense, violada en enero en un albergue estudiantil ubicado en San Luis casi Catamarca, dijo en una entrevista que para ella ambas habían sido presa del mismo criminal: “Nos estudió y actuó porque sabía que estábamos solas”, aseguró.
En las últimas horas se conoció de un antecedente similar: en 2013, una joven que se encontraba en un departamento de la calle Junín, al lado de una guardería y cerca de la plaza San Martín, fue víctima de un abusador que actuó de la misma manera, trepó hasta el departamento donde ella se encontraba y la ultrajó.
Las fuentes indicaron que hay muchas similitudes entre los casos, pero como nadie vio al autor, todo queda en la hipótesis. Por eso es clave la realización del ADN en base a lo recolectado tras el último caso y su cotejo con los patrones genéticos levantados en el caso de enero, por ejemplo. Recién entonces se sabrá si se trata del mismo degenerado, que por ahora sigue siendo un fantasma que acecha.

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