Brasil: aprueban una comisión en Diputados para iniciar un juicio político a Dilma Rousseff

Los legisladores acusan a la presidenta de haber adulterado las cuentas públicas con el objetivo de esconder el déficit del país previo a las elecciones de 2014.

 

En medio de la elevada tensión política que vive el país, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó esta tarde la creación de una nueva comisión de juicio político para iniciar el proceso de impeachment a la presidenta Dilma Rousseff por haber adulterado las cuentas públicas con el objetivo de esconder el déficit.

 

La votación a favor del emplazamiento de esta comisión especial fue apabullante: de los 513 diputados, 433 apoyaron la instalación de este órgano de 66 miembros (uno de ellos, relator del caso) que deberán ser elegidos esta misma tarde. Una vez que eso suceda, la mandataria será notificada de la apertura del proceso, que tiene un largo camino por delante.

 

La sesión de Diputados fue muy tumultuosa, con gritos de «¡Fuera Dilma!» por parte de los representante de la oposición y de «¡No habrá golpe!» de boca de los legisladores del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) y sus aliados, muchos de los cuales abandonaron el plenario.

 

«Es importante que sepamos la gravedad del momento. El proceso será rápido», advirtió el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, archienemigo de Rousseff pese a que pertenece al principal aliado del PT, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), fuerza cada vez más distanciada del gobierno.

 

Según publica el diario La Nación, el propio Cunha está acusado de haberse beneficiado del multimillonario esquema de sobornos que imperó en Petrobras, y sus críticos apuntan que impulsa el impeachment de la mandataria como «cortina de humo» para desviar la atención de sus problemas legales.

 

Ya en diciembre, la Cámara baja había aprobado la creación de una comisión especial de impeachment, pero el Supremo Tribunal Federal (STF) intervino a último momento y, al señal errores de procedimiento en la elección de sus miembros, puso en suspenso todo el proceso. Recién ayer, el STF definió claramente las reglas, que prevén la votación abierta, no en secreto, y con candidatos individuales, no en lista-sábana, como había sido implementado por la oposición.

 

Una vez notificada de la apertura de este nuevo proceso, Rousseff dispondrá de un plazo de diez sesiones en la Cámara para presentar su defensa. Luego, la comisión tendrá cinco sesiones más para ofrecer su parecer en el que expondrá si hay o no elementos para que el Senado inicie el juicio político contra la presidenta.

 

Cuarenta y ocho horas después de la presentación del parecer de la comisión, el plenario tendrá que votar. Se requerirán de dos tercios de los diputados (342 votos) para que el impeachment sea aprobado; si esto sucede, la presidenta será apartada de su cargo por hasta 180 días mientras el Senado evalúa el caso; el vicepresidente Michel Temer, del PMDB, asumiría temporalmente el poder.

 

En la Cámara alta, los senadores pueden decidir seguir o no el proceso iniciado en Diputados. Si se inclinan por continuarlo (por mayoría simple), la presidenta tendrá oportunidad de manifestarse respecto a las acusaciones en su contra en sesiones encabezadas por el presidente del STF.

 

En el plazo de 180 días, el Senado debe dar su sentencia, para la cual se requiere también del voto de dos tercios de sus miembros (54 de un total de 81). Si la presidenta es hallada inocente, retoma inmediatamente sus funciones; en cambio. Si se la encuentra culpable, será destituida definitivamente del cargo y se le prohibirá disputar elecciones por ocho años; el vicepresidente se mantendría en el poder por el resto del mandato, que termina a fines de 2018.

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