El comienzo del año no fue el mejor para el comercio local. La devaluación de fin de año, sumada a la fuerte suba de los precios que impactó en el consumo y el alza en los valores de los servicios como el tarifazo nacional que se trasladó a las facturas eléctricas provinciales, provocaron una caída en las ventas estimada en un 30 por ciento. Ante este escenario, los comerciantes volvieron a sentir el peso de las asimetrías con Paraguay y cómo el dinero que en los meses previos se derramaba en la plaza local con consumidores brasileños y paraguayos, volvía a drenarse hacia el otro lado de la frontera, cruzando el río Paraná.
La preocupación se acentuó en los últimos días, cuando las calles céntricas comenzaron a poblarse de locales vacíos y con el cartel de “Alquilo” en las fachadas.
En el primer bimestre se cerró un comercio por día en promedio, lo que proyectado, haría subir sensiblemente el promedio histórico según los datos de la dirección de Rentas de Posadas. En todo el año pasado se habilitaron mil comercios y se cerraron 465. Es tanta la preocupación que la Cámara de Inmobiliarios analiza con sus asociados congelar las tarifas de alquileres para sostener el nivel de ingresos.
“Prefiero congelar el precio del alquiler que tener el local vacío”, admiten los inmobiliarios, acostumbrados en los últimos años a pedir precios siderales por los locales céntricos y recibir la paga.
A mediados de enero afloró la preocupación de los comerciantes por los números que no convencían como en meses anteriores y en plena temporada sacaron los carteles de liquidación que se exhibían en calles con poco movimiento.
«La sensación es que hay menos dinero», decía en ese momento el entonces presidente de la Cámara de Comercio, Nicolás Trevisán.
Pero esa «sensación» se terminó confirmando en los datos que dio el nuevo titular de la Cámara, Fernando Vely quien debutó en el cargo con la preocupación del sector en alza.
«Se ve una gran cantidad de comercios cerrados en el último tiempo, y eso llama la atención ya que da cuenta que los comerciantes se ven obligados a cerrar», dijo y añadió que «la temporada viene mal, nosotros tenemos una caída en las ventas desde el mes de octubre, en términos reales del 30 por ciento en promedio dependiendo de la actividad».
De esta realidad tomó nota también el intendente, Joaquín Losada, quien mantuvo varias reuniones para analizar el nuevo escenario y decidió por ejemplo que el municipio no aumente la tasa de comercio, una medida que pretende llevar un poco de alivio a un sector que desde siempre remó además contra la corriente frente a la fuerte competencia de Encarnación.
«Estamos en un momento de redefiniciones macroeconómicas, hoy la gente está consumiendo menos y a mí eso me preocupa, y aspiramos nosotros a generar las condiciones desde la ciudad y desde lo poquito que podamos aportar para que el comercio se sostenga y se desarrolle», remarcó Losada en la presentación de El Reventón, un evento de tres jornadas de descuentos que buscan mejorar los balances de los empresarios.
Martín Oria, presidente de la Asociación Misionera de Hoteles, Bares, Restaurantes aseguró que la caída del consumo se hace sentir a lo largo de toda la provincia lo que acentúa las asimetrías con Brasil y Paraguay.
El empresario pidió “sentarse” con el Gobierno para buscar una salida conjunta y advirtió sobre el impacto en el empleo de la «readecuación tarifaria» que impulsó la Nación a través de la quita de subsidios a la energía eléctrica. “Misiones es una de las provincias que más alto paga y la solución no está en manos de Emsa. Hay hoteles de Iguazú que ahora deben pagar una tarifa de 120 mil pesos y eso es empleo”, precisó.
Oria pidió un “trabajo conjunto de las empresas, gremios y parte productiva junto al Gobierno” para encontrar una solución, ya que, advirtió, “si queremos hablar de parques industriales, el tarifazo conspira”.
¿Congelarán los alquileres?
Si esto sucede sería una inédita decisión en un sector que en los últimos años sorprendió – léase horrorizó – por los altos valores a quienes tenían intenciones de alquilar un local comercial, una vivienda o un departamento. Es esta una de las principales quejas de los comerciantes que se ven imposibilitados de afrontar un alquiler que en el microcentro de Posadas, zona comercial por excelencia, cuesta entre 30 y 40 mil pesos por mes.
El sector inmobiliario está analizando desde hace algunos meses una estrategia para frenar este escenario de locales vacíos. Desde la Cámara que nuclea a las inmobiliarias afirmaron que el panorama es similar en toda la provincia y entienden que se debe a la caída en las ventas y al hecho de que por el tipo de cambio ya no es conveniente para paraguayos y brasileños venir a comprar de este lado de la frontera.
«Hay comerciantes que bajaron un 50 por ciento su producción, y a las bajas ventas se suma el alza de los costos, entonces les resulta imposible sostener un alquiler. Estamos en un momento de transición, hay que esperar a ver como sigue todo», indicó Luis Sosa, presidente de la Cámara Inmobiliaria de Misiones.
Analizó que «esta situación ya la vivimos en el 2001, no digo que sea lo mismo, pero ya lo pasamos. La realidad del mercado hace que evaluemos alternativas, no definimos nada todavía, pero lo estamos estudiando».
El empresario alertó sobre la pérdida de empleo.
«Si los dueños de locales cierran, es trabajo que se pierde. Estamos preocupados porque es una cadena y afectará también a las inmobiliarias».
Entre las posibilidades que se manejan consideran bajar o congelar el precio de los alquileres ya que con toda lógica admiten que es preferible cobrar menos que tener los locales vacíos.
Sin números precisos sobre el impacto por los locales que no se alquilan o se dejan de alquilar, Sosa insistió en que «es un tiempo de transición» y confió en que posibles medidas del gobierno nacional como créditos hipotecarios o programas similares al Procrear, hagan repuntar los números.
Distintos empresarios del rubro consultados, coincidieron en que no es momento de readecuar los valores porque sencillamente provocará la pérdida del cliente.
Sebastián Torres, de inmobiliaria Torres, se inclinó hacia el concepto de «cuidar a los inquilinos» y consideró que no es momento de hacer ajustes.
“Hay que tener mucho cuidado con las actualizaciones, hoy ya no podes hacerla en un 30 por ciento porque te dejan de alquilar, quizás hoy no sea recomendable por eso debemos ser cuidadosos”.
Sin embargo aseguró que lo que ocurre con los locales comerciales no se replica con las casas o departamentos en alquiler para los que aseguró que ya no tiene oferta disponible.
“La gente quiere vivir en el microcentro, se alquila antes de que lo pongamos como oferta», admite y agrega que los precios de las viviendas arrancan dentro de las cuatro avenidas en torno a los 6.500 pesos, 7.000 pesos, más expensas de entre 1.500 y 2.000 pesos.
Además, el mercado de alquileres de viviendas es prácticamente cautivo, ante lo difícil que es acceder a una casa propia si no es a través de créditos o construcciones del Estado.
El desarrollo inmobiliario sigue en marcha
