Imparable, Donald Trump ganó en Nevada y va por todo en el «supermartes»

El empresario republicano ganó el martes por la noche en Nevada la tercera interna presidencial consecutiva y ratificó su carácter de favorito antes del «supermartes» de la próxima semana, cuando republicanos y demócratas se disputen 11 estados.

Los sondeos pronostican que Trump se impondrá en la mayoría de las primarias o caucus del martes venidero, excepto por la primaria de Texas, el estado que otorga 155 de los 595 delegados que se pondrán en juego en la jornada y que tiene al frente de las encuestas a su senador, Ted Cruz.

La próxima semana, cuando tanto republicanos como demócratas se disputarán 11 estados y casi la mitad de delegados que definen las candidaturas.

Según el último sondeo publicado por la página web especializada Real Clear Politics, Cruz se impondría en su estado por apenas un punto porcentual, seguido por Trump y, un poco más atrás, a sólo tres puntos, se ubicaría el también miembro de la cámara alta, Marco Rubio.

La gran incógnita ahora es si Trump podrá mantener el impulso que demostró este mes en las primeras cuatro internas, realizadas en estados pequeños y poco relevantes en la cuenta final de delegados, que son los que definirán la candidatura presidencial republicana en la Convención Nacional del partido, en julio.

Trump arrasó el martes a la noche en los caucus (asambleas populares) de Nevada con un apoyo del 45,9%, dejando lejos a los otros dos precandidatos republicanos con chances, Rubio con 23,9% y Cruz con 21,4%, según el escrutinio final.

Se trata de la tercera victoria consecutiva, luego de las primarias de Carolina del Sur y New Hampshire, y de conseguir un muy buen segundo lugar en el caucus de Iowa; sin embargo, dada la profunda crisis partidaria, es imposible pronosticar que la tendencia a favor del magnate inmobiliario se mantendrá en marzo, mes clave en la campaña.

En una nota de análisis, la reconocida revista estadounidense The Republic destacó hoy la situación inédita que vive el Partido Republicano.

«Un insurgente no aceptado está encabezando uno de los dos principales partidos políticos del país, y sus líderes simplemente finjen no notarlo», sostuvo la revista.

La crítica, que comparten muchos analistas hoy en día en Estados Unidos, se refiere a que el aparato partidista perdió a casi todos sus candidatos moderados, que fueron renunciando a la campaña uno tras otro. El último fue el ex gobernador de Florida Jeb Bush, que se retiró el fin de semana pasado.

Trump es considerado como un precandidato externo al partido, quien hasta ahora no había recibido ni un solo apoyo de un dirigente o funcionario republicano.

Este miércoles, tras su tercera victoria, dos congresistas, el representante por Nueva York, Chris Collins, y por California, Duncan Hunter, anunciaron públicamente su apoyo al empresario. Sin embargo, ninguno de los dos representa un sector importante del partido.

Por el contrario, hay crecientes señales de que la cúpula republicana se inclinaría por dar todo su apoyo a Rubio e intentar frenar así el avance de un dirigente con un discurso racista y políticamente incorrecto como Trump y a un líder con un mensaje religioso ultraconservador y anti élites como Cruz.

El guiño más importante del día de hoy fue la incorporación al equipo presidencial Rubio de Marc Short, el principal operador político de los hermanos Charles y David Koch, los empresarios que hace años influyen con sus millones en las primarias republicanas y elecciones estadounidenses, según informó el portal de noticias Politico.

Los hermanos Koch prometieron al principio de la campaña en 2015 que no apoyarían a ningún precandidato, pero adelantaron que darán 900 millones de dólares a quien sea elegido en julio para competir contra el candidato demócrata por el control de la Casa Blanca.

Varios dirigentes de la cúpula republicana elogiaron hoy en la prensa las capacidades políticas de Short y celebraron su incorporación al equipo de campaña del senador Rubio.

Otro guiño llegó de la mano del único candidato moderado que aún queda en la carrera presidencial republicana, el gobernador de Ohio, John Kasich.

El martes por la noche, tras obtener apenas un 3,6% de los votos en Nevada, Kasich deslizó la posibilidad de bajarse de la campaña.

«No sé si mi propósito es ser presidente. Mi propósito es estar acá, haciendo lo que creo que hay que hacer, y veremos cómo termina (…) Y si no es esta cruzada, será otra», aseguró el precandidato que no logra salir del fondo de las encuestas a los periodistas que cubrían el martes por la noche los resultados de Nevada.

En el campo demócrata, en tanto, todo parece estar definiéndose a favor de la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, que ganó en Iowa y en el caucus de Nevada del fin de semana pasado pero perdió en New Hampshire frente a su único contendiente, el veterano senador por Vermont Bernie Sanderes.

Según las últimas encuestas de Real Clear Politics, la ex senadora y ex primera dama mantiene una ventaja de casi 30 puntos porcentuales sobre Sanders a sólo tres días de la primaria demócrata en Carolina del Sur, y también es la favorita en Texas, el próximo martes.

En los sondeos, Clinton se perfila como la gran ganadora del supermartes, mientras que Sanders tiene garantizado la victoria en su pequeño estado, Vermont, podría ganar en Colorado y está empatado en Massachussetts.

Para sellar el favoritismo de Clinton, a tres días de la próxima primaria, el jefe de la bancada minoritaria demócrata en el Senado, el veterano Harry Reid, anunció hoy su apoyo a Clinton.

«Creo que la clase media será mejor representada por Hillary», sentenció en una entrevista con la cadena de noticias CNN.

Pese a que Sanders sigue lejos en las encuestas generales, el veterano senador, que se describe como un socialista convencido, ha conseguido virar un poco a la izquierda el debate electoral dentro del oficialismo.

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