Apuestan a la producción de alcohol para que el ingenio de San Javier sea sustentable

Desde el IFAI aseguran que este año sí empezarán a moler caña en mayo, lo que permitiría procesar entre 90 y 100 millones de kilos de caña. Ante los bajos precios del azúcar, buscan alternativas, como el alcohol, que tiene mayor precio y menor costo. También pretenden elaborar biocombustibles, pero para ello necesitan una autorización especial.

Aunque la zafra cañera comience recién en otoño, la actividad de los primeros meses del año resulta crucial para el desarrollo del sector, ya que en esa época se realizan las tareas de aprestamiento del viejo ingenio de San Javier y de la celeridad de ese trabajo depende la fecha de inicio de la cosecha.

El objetivo desde 2013, año en que se estrenaron las primeras mejoras del plan integran de recuperación del ingenio llevado adelante por la Provincia, fue comenzar a recibir la caña en mayo para disponer de la mayor cantidad de tiempo posible para desarrollar la zafra. Pero hasta ahora esa meta no se cumplió, en 2014 la zafra comenzó en julio y el año pasado en la segunda mitad de junio, como consecuencia, en las chacras de los productores queda un estimado de 20 millones de kilos de caña que quedó sin cosechar y la zafra se extendió hasta fin de año, lo que provocó que varios cañaverales no se pudieran recuperar para este año.

El titular del Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial (IFAI), Ricardo Maciel, aseguró que este año están dadas todas las condiciones para comenzar en mayo, ya que. A diferencia de años anteriores, los talleres de Tucumán, que realizan los trabajos principales para el aprestamiento, respondieron en tiempo y forma a los requerimientos del ingenio misionero.

Si todo marcha como hasta ahora, Maciel confía en poner la planta en funcionamiento a modo de prueba en abril, cosa que no ocurría desde hace 40 años.

En el plano comercial, el funcionario indicó que buscarán producir más alcohol y menos azúcar, dado que el primero de los productos tiene más demanda y mejor precio que el segundo y además su costo de producción es menor. “Mientras que un kilo de azúcar vale 6,60 pesos, un litro de alcohol cuesta casi 9 pesos”, señaló.

Según indicó el administrador del ingenio de San Javier, Ramón Pereyra, otro de los objetivos es la producción de biocombustibles. En 2014 se completaron con éxito las primeras pruebas de producción de ese tipo de producto, pero hasta ahora no se elaboraron grandes cantidades porque todavía  necesitan una autorización de la secretaría de Energía de la Nación para poder operar con químicos necesarios para convertir al alcohol en alcohol anhidro, un producto de mayor concentración que es el que se usa como combustible.

JRC EP

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