Carlos March: “No podemos tener 80 mil organizaciones sociales en el país”

El periodista y escritor Carlos March visitó Posadas para dictar una charla sobre el papel de la sociedad civil en la lucha anticorrupción. Habló sobre la necesidad de formar ciudadanos activos que sepan sus derechos y cómo controlar a las instituciones públicas.

Remarcó que el mayor problema es que la comunidad se vuelca a las ONG porque los partidos políticos no los representan “y la mezquindad que nos lleva a crear organizaciones para fines muy particulares”.

Carlos March, director Fundación AVINA Arg. Radio Libertad

“En la construcción de espacios civiles colectivos son tan dañinos la corrupción y la mezquindad o individualismo”, consideró March, director de comunicación estratégica de la Fundación AVINA Argentina; presidente de la Fundación para el Desarrollo Sostenible (FUNDES) y secretario de la Confederación de la Sociedad Civil.
Comentó que la comunidad debe organizarse y prepararse para conocer sus derechos y deberes.
Indicó que deben conocer sus derechos para poder ejercerlos y hacerlos cumplir. “Deben ser concientes de los derechos que se le están vulnerando y les habilita a accionar en consecuencia”, remarcó.
“Lo fundamental es que el sistema educativo nos forme como ciudadanos. Es decir que el Estado que debe ser el gran constructor de ciudadanía ha pasado a ser un obstáculo para crear conciencia cívica. Por eso es importante recuperar el sistema educativo para la construcción de ciudadanía”, planteó, “porque si no se conocen los derechos no pueden ser ejercidos y si no se aplican como deben ser requerido su cumplimiento”.
Para March, la falta de conocimiento “generó la aparición de unas 80 mil organizaciones sociales que abordan agendas súper diversas y se encargan de visualizar casos de abusos de poder, violación de derechos y restablecerlos de forma colectiva”.
Según el especialista, el problema de base es que los partidos políticos no satisfacen las necesidades de la comunidad, por eso al incumplir sus funciones la comunidad se vuelca a las ONG.
Consideró que “hay un sobredimensionamiento de la sociedad civil, no pueden haber 80 mil ONG, creo que debemos hacer el esfuerzo de articular muchísimo más. No puede ser que una persona tenga una idea y crea una ONG.

El corrupto hace implosionar la organización
Explicó que “el corrupto hace implosionar a la organización desde adentro, obviamente porque se apropia de lo que es público y el mezquino también, porque no lo hace a través de la corrupción pero lo hace a partir de adueñarse del proyecto de salir en la foto, de ser él protagonista. Lamentablemente tenemos mucho de corrupción, bastante de mezquindad que atentan contra el fortalecimiento de la sociedad civil”.
Valoró el trabajo de la Fundación Transparencia Ciudadana, porque busca dar a conocer organizaciones y articular trabajos en conjunto, basado en dar a conocer la norma y las acciones que se deben tomar para fortalecer la sociedad civil. “Conocer gente con intereses comunes es una apertura de los espacios públicos”, indicó.
Sobre el rol del Estado consideró que hay normas que son operativas para la transparencia, como la Ley de acceso a la Información, pero que no son conocidas.
“Esta es una perversidad legislativa, porque hay leyes que deben ser conocidas y no son difundidas, sino que quedan en la formalidad de la sanción de la ley, pero no se difunden y no se transforman en un instrumento de construcción ciudadana” comentó.
Sobre la idea de Modernización que propone el actual gobierno nacional, indicó que “es bueno que se intente abrir el Gobierno a la ciudadanía a través del uso de las nuevas tecnologías, porque hecha luz sobre la función publica”.
Claro que señaló que “después hay que ver con qué profundidad se quiere hacer y qué cambio estructural se termina institucionalizando e incorporando a través de reglamentos, normas y prácticas”.

“Asociaciones ilícitas”
Sobre esto indicó que “en el Estado hay asociaciones ilícitas que utilizan a la política para usar cargos públicos y luego malversar fondos públicos. Existe además un aparato burocrático de la persona que llegó al cargo y lo cuida y siente que si hay cambios lo llevarán al límite de su capacidad, por eso mantiene el status quo y ahí se empieza a deformar el concepto de burocracia en donde hace un freno a la innovación y por otro lado tenés lógicas corporativas donde los sindicatos se creen dueños del Estado, corporativizando recursos públicos. Es muy complicado romper este sistema”.
Opinó que “hay que cambiar lógicas, porque sino pasa lo de Santiago del Estero donde hoy se vive un juarismo sin Juárez. No podemos cambiar lógicas, solo cambiando personas”.
Para el especialista, lo primordial es “construir poder ciudadano, construir entramado social con capacidad de incidencia en el Estado de derecho y por otro lado armar estrategias para que las personas que tienen la vocación de representar, de ir a disputar poder, puedan organizarse para poder llegar y aportar capacidad y calidad a la política pública”.

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