El rock de la tierra colorada tuvo su fiesta en Puerto Esperanza

La del viernes pasado fue una cita imperdible en una  de las ciudades con más historia rockera del Norte de La Provincia; tres bandas que hay que conocer sí o sí, reunidas en una misma noche, en Exodos Complejo Dance, un lugar muy cómodo y que resultó más que adecuado para un recital así.

Primero, Insánima, de Puerto Iguazú, una banda de  sonido metálico y contundente que se anima a los temas propios, que viene creciendo muchísimo. Luego Melomanía, los que jugaban de local, también en un momento de crecimiento muy importante, al punto que vienen de tocar en uno de los festivales más importantes de la Provincia; el Paraná Fest.

 

Y la frutilla del postre, sin dudas, la banda que todos esperaban; Baruleta. Son oriundos de Esperanza y Wanda, pero jamás habían tocado en su tierra; sin embargo, su disco tuvo muchísima repercusión en la zona, y además las viejas bandas  de cada uno de ellos son bien recordadas. Así que el regreso de los hijos pródigos de Esperanza se dio en un marco de mucha emoción, y también nostalgia; una reunión sorpresa de Anarreviquiaro terminó de detonar cabezas.

Insanima
Insánima

La banda de Iguazú (en realidad, mitad Libertad, mitad Iguazú) fue la encargada de abrir el juego, apenas pasada la medianoche. Con un buen marco de público, el cantante Martín Leiton anunció; «vamos a hacer muchos temas propios». Tienen un demo grabado hace poco, así que los temas ya son conocidos para el público rockero local; igualmente, algunos covers también sonaron para deleite de todos.

 

Lo que suena la banda es difícil de describir con palabras. La definición de Metal queda corta para describir el poder y la energía que tienen; desde la batería, Mateo Aquino, con sólo quince años, despliega una variedad de  recursos que veteranos bateros envidiarían.  Gabriel Massa Sánchez  es uno de los guitarristas más respetados de la zona, y con razón; y Henry Aquino, en el bajo, demuestra por qué a pesar de su corta edad ya ha tocado en muchísimas bandas, y lo eligen grandes como Corina Lawrence. Martín Leiton sabe cómo transmitir emoción y energía desde el micrófono, y así, los cuatro son una maquinaria muy efectiva a la hora de rockear. El cierre con un cover de Nirvana dejó a todos de la cabeza.

 

Melanomania
Melanomanía

Melanomanía han pisado muchos escenarios en Eldorado, en Montecarlo, hasta en San Ignacio, como trío, como dúo, siendo cinco, siendo cuatro,… Pero jugando de local demostraron una hinchada fiel.

 

En cuanto a repertorio, fue algo parecido a lo que mostraron en el Paraná Fest; un balance entre temas más pesados, con un sonido alternativo, de viola bien distorsionada, y temas  más cancioneros donde se luce la voz de Rodrigo Acosta. Ariel Torales en bajo, Gado Ayala en batería y su hermano Enry en guitarra; la formación ya está bien firme y se nota, además, están animándose más a temas propios, rescatando las canciones de Pirca, la antigua banda de Enry. «Rencor» y «Hay algún lugar» son algunas de ellas.

 

También, es ya clásico el segmento «Melokaya»; Nico Chamorro, cantante de Kaya, reemplaza en la voz a Rodri y hace temas de Las Pelotas y de Mamonas, con un estilo histriónico para presentar los temas que resulta muy ganchero.

 

Esperanza
Baruleta

Por fin, llegó el turno de la banda más esperada “Baruleta” una banda formada en Buenos Aires por misioneros, hasta el nombre es bien misionero. El bajista Enzo Giménez fue parte de Anarreviquiaro, una de las bandas más recordada de la época de oro del rock de Esperanza. La vocalista Sabrina Romeo, había estado en Ovas de Launa, y el guitarrista, Martín Ferreira, en Kleros, otra banda muy recordada. El baterista, el único porteño, no había podido venir por motivos de trabajo; pero Gado Ayala, el batero de Melomanía vino a  resolver la cuestión, aprendiéndose en sólo dos semanas las canciones a la perfección, y ensayándolas luego sólo con el bajista. El guitarrista llegó de Buenos Aires el mismo día  a la mañana, y tuvieron apenas un rato para ensayar todos juntos.

 

Desde el primer acorde, fue una explosión de energía que se apoderó del lugar; Sabrina transmite una fuerza inusitada con su voz a la vez frágil y potente; el guitarrista Martín demuestra que su aporte es ese sonido metálico, casi Death, que se apodera de todas las canciones. Enzo desde el bajo es como el DT de un equipo que sabe a qué juega; y el baterista de la noche, Gado, demostró que es un monstruo de los parches, tocando a la perfección temas que tienen mucho trabajo de batería.

 

Presentaron su primer disco, Alados, desde el tema uno al nueve; el disco ya era conocido (aquí esta disponible para descargarlo gratis), por lo que el público se sintió muy a gusto y disfrutó de Baruleta en casa.

 

Anarreviquiaro
Anarreviquiaro

Como Bonus Track de la noche sonaron canciones de Anarreviquiaro; así el recital tuvo su broche de oro. Desde que sonaron los primeros acordes de Baruleta, ya se escuchaba el grito recordando a Anarreviquiaro entre la gente. Es que Gado Ayala y Enzo Giménez habían formado ese grupo allá por mediados de los 90’s, y el tercer Anarreviquiaro estaba también presente; Sebastian Haedo. Así que apenas teminaron, Sebastián se hizo cargo del micrófono, Enzo de la guitarra y los coros, y Enry Ayala tomó el bajo para hacerles el aguante.

 

Arengados por su gente, Anarreviquiaro tocó cuatro o cinco temas para la emoción de un público que se fue satisfecho, con una panzada de rock.

Fotos Rogelio Martínez/RockMisionero

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