La Palabra de Dios nos enseña que las iglesias que tienen cielos abiertos, tienen avivamiento y donde hay avivamiento hay salvación, porque la gente entiende que necesita a Cristo en su vida. Hay liberación, porque las personas son libres de todo lo que les hacía mal, todo lo que los oprimía, angustiaba, etc. Hay sanidad porque Dios sana las almas y los cuerpos y hay milagros porque Dios es el Dios de los imposibles.
Habacuc 3:2 “Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia”.
Aquí en este pasaje se ve al profeta Habacuc recibiendo la palabra de Dios y relacionando los cielos abiertos con la revelación, con otro concepto espiritual que es el avivamiento.
El avivamiento implica disfrutar todo lo que el Señor tiene para su Iglesia, desde su nacimiento en Pentecostés hasta los postreros días. Pero fundamentalmente es tener vida de la misma presencia del Espíritu Santo.
- QUÉ ES UN AVIVAMIENTO
Avivar es volver a encender una llama, o mantenerla viva con intensidad. El fuego tipifica en las Escrituras la gloria de Dios.
Hechos 2:3. “y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos”.
Así como una hoguera se mantiene ardiendo poniendo más leña en ella, de la misma manera el avivamiento debe mantenerse encendido en el corazón del cristiano.
- CARACTERÍSTICAS DE UN AVIVAMIENTO
Todo avivamiento proviene del Espíritu de Dios y se manifiesta de diferentes formas, las cuales se constituyen en indicadores de estar realmente en avivamiento. Entre otros podemos mencionar:
- a) Búsqueda de Dios.
Estaban buscando la presencia de Dios, y de repente vino. Hechos 2:1 “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos”.
La búsqueda de Dios desata el avivamiento y también el anhelo de más presencia de Dios. El avivamiento del fuego de Dios lleva a mantener una actitud constante de oración, alabanza y adoración, es indicativo del interés que tenemos por estar siempre en el fluir del Espíritu. El caudal del Espíritu es grande y Él desea manifestarse en la vida del cristiano en toda su magnitud, por lo cual es necesaria la búsqueda incesante del reino de Dios.
- b) Anhelo de consagración.
Hechos 2:37 “Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
Hechos 2:38 Pedro les dijo: Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.
Consagración es apartarse para Dios, y esta debe ser una actitud diaria. Consagrarse para el Señor tendrá como premio alcanzar un gran galardón. El apóstol Pablo, hablando de parte del Señor, nos ruega que presentemos todo nuestro ser en sacrificio vivo y agradable (Romanos 12:1).
- c) Predicación del evangelio.
Cuando recién aceptamos a Jesús en nuestros corazones, e ingresamos por la puerta de salvación, hay un cambio en nuestras vidas que es la obra del Espíritu Santo en nosotros. Esto provoca un anhelo de compartir lo que Dios ha hecho en nuestra vida. En el ceremonial del Tabernáculo, habían sacerdotes que tocaban trompetas en el atrio, lo que significa el anunciar el evangelio. Si estamos con este fuego en nuestro interior, el Señor pondrá amor para compartir con las almas acerca de Jesús. Jeremías 20:9 “Si digo: «No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre», entonces su palabra en mi interior se vuelve un fuego ardiente que me cala hasta los huesos. He hecho todo lo posible por contenerla, pero ya no puedo más”.
- d) Salvación de las almas.
Hechos 11:20 Sin embargo, había entre ellos algunas personas de Chipre y de Cirene que, al llegar a Antioquía, comenzaron a hablarles también a los de habla griega, anunciándoles las buenas nuevas acerca del Señor Jesús.
Hechos 11:21 El poder del Señor estaba con ellos, y un gran número creyó y se convirtió al Señor.
En todo avivamiento se produce conversión de la gente, la gente entiende que necesita de Cristo, y hay nuevos nacimientos del Espíritu Santo.
- d) La llenura del Espíritu Santo
Todo sacerdote que entraba a servir en el Tabernáculo debía ser ungido. Quien está en avivamiento, cuidará que en su depósito permanezca la llenura del Espíritu.
“Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse” Hechos 2:4.
La gente se siente llena y plena.
- e) Retorno a las Escrituras
La Palabra es fundamental para engendramos, desarrollarnos, madurar, etc. Cuando el Rey Josías rescató los rollos de la Ley de Dios, su corazón se dispuso para llevar a la realidad todo aquello que él consideraba como la voluntad divina (2 Crónicas 34). Todo avivamiento está enmarcado dentro de lo escrito en la Palabra. Es el Espíritu quien nos recordará todo lo que Jesús dijo y nos guiará a toda verdad.
- f) No es opcional.
Es una orden. 2° Timoteo 1:6 Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.
- g) El avivamiento da vida.
Veamos la situación de la iglesia de Sardis, Apocalipsis 3:1 Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.
Apocalipsis 3:2 Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.
Parecía una iglesia normal, pero estaba espiritualmente muerta. ¡No había salvación, liberación, sanidades o milagros! Y es que las iglesias que tienen cielos abiertos, tienen avivamiento y donde hay avivamiento vemos estas señales: salvación, liberación, sanidades y milagros.
El a
nhelo de Dios es que sus hijos disfruten y contagien a otros del avivamiento que Él mismo ha producido en sus vidas.
Pastor Guillermo Decena, Centro Familiar Cristiano Eldorado.
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