Los primeros 30 días de Macri Presidente

Parece mentira que luego de un intenso e interminable año político como fue el 2015, hoy estemos hablando del primer mes de Mauricio Macri como presidente, algo que parecía lejano previo a la sorpresiva noche del 25 de octubre. Sin embargo, no es poco lo que se pudo ver durante este pequeño período, hay aspectos positivos y otros no tanto, pero suficientes para permitirnos realizar un pequeño balance y perspectivas a corto plazo.

Con una delicada herencia económica, Macri y su equipo recibían hace un mes atrás las riendas del país. El desafío, no menor por cierto, pretende sincerar variables que el consenso de economistas considera necesarias pero que sin duda pueden causar malestar social por su impacto directo en un bolsillo popular que ya viene golpeado hace tiempo. Sin embargo, el cambio de modelo económico es una realidad y no podían enfrentarse los desequilibrios fiscales, monetarios y cambiarios que sin dudas estaban, si se mantenía la misma política económica.

Las primeras medidas del nuevo gobierno estuvieron enmarcadas por el fin del cepo cambiario y de las retenciones a la industria y al campo. La apuesta consistió en recuperar rápidamente a las economías regionales mejorando los incentivos, tanto por reducción de la presión tributaria que recaía sobre el sector como por la eliminación del cepo, que reducía los márgenes de ganancia. La medida busca incentivar en la inmediatez a los productores agropecuarios para que liquiden las cosechas y ayuden con ello a engrosar las debilitadas reservas del BCRA.

En principio, el impacto fue positivo, no solamente porque el tipo de cambio no se disparó o porque se eliminaron las distorsiones que causan las retenciones, sino también porque se revirtió el continuo descenso de las reservas hacia valores positivos y mejor aún, se logró contener la suba de precios que hasta entonces venía creciendo a mucha velocidad. Sin embargo, la suba del dólar parece no haber alcanzado para recuperar la competitividad perdida, persisten dudas sobre si la devaluación no se ha quedado corta y por ello las liquidaciones no cubrieron las expectativas del Gobierno. Es que hoy, a diferencia de lo que se quiere mostrar, ese valor que ronda los $14, lo fija el BCRA y no el mercado como pretende el gobierno, y esto lo vemos cuando observamos las altas tasas que los bancos pagan por los depósitos para evitar que corran al dólar o la absorción de pesos que el BCRA viene generando en las últimas semanas y que ya redujo el crecimiento de la Base Monetaria en 10 puntos. Por ello, habrá que esperar que los importadores empiecen a jugar fuerte en el mercado y al comportamiento del dólar en el mundo, para ver si el tipo de cambio busca un punto de equilibrio más alto que el actual.

En el frente fiscal se confirmó la quita del impuesto a las ganancias para el aguinaldo de los que cobran hasta $30mil. La medida parece justa y popular, pero no oportuna dado el fuerte déficit fiscal que ya tiene al fin de las retenciones y al sinceramiento de tarifas como un gran hueco más a financiar. Ahora bien, el problema ha sido y sigue siendo la Inflación. Los analistas estiman la misma en el orden del 35% para 2016 mientras el BCRA apenas arriba del 20%. El Gobierno sabe que hoy no hay otra forma de reducir el gasto público que no sea por la vía de la inflación. Si no puede reducir el salario nominal, ni se pueden generar todos los despidos necesarios en un sector público sobredimensionado, sólo queda avanzar en una baja real de los salarios por la vía del impuesto inflacionario. Si los analistas privados tienen razón y la inflación del año se acerca a sus pronósticos (35%), mientras el Gobierno logre acordar con los sindicatos aumentos salariales del orden del 20 o 25%, la baja real de los salarios permitirá avanzar en el requerido ajuste fiscal que el consenso de los economistas reclama. Por supuesto que el mayor desafío pasará por afrontar las negociaciones salariales con los sindicatos, que nunca fue una tarea sencilla. Resumiendo, la baja de la tasa de inflación es prioridad pero no para 2016 primero porque los tiempos no dan, y segundo porque es parte del programa gradualista que el Gobierno viene aplicando y lejos del shock que se esperaba.

En el frente cambiario, la nueva administración apuesta a generar un fuerte ingreso de divisas que sólo puede ser la consecuencia de un cambio rotundo en la política exterior y ahí, el acuerdo con los holdouts es prioridad a fin de bajar el costo financiero que implica un default y abrirse a los mercados internacionales. Adicionalmente, Macri pretende llevar adelante una amplia agenda de política internacional que ya comenzó cuestionando a Venezuela y siguió con la anulación del polémico memorándum con Irán. Además, extendió lazos con Brasil, Uruguay y Chile, y mira con buenos ojos la Alianza del Pacífico, además de relanzar los vínculos con la Unión Europea y Estados Unidos. También se aceptó el fallo de la OMS sobre las importaciones (DJAI) y hay señales bien claras en su voluntad de atraer capitales. En efecto durante el mes de Enero viajará con Massa, Prat Gay y Malcorra al Foro Económico de DAVOS, lugar al que el gobierno anterior le dio la espalda, y con la clara idea de mostrar al mundo una Argentina lejos de las políticas que tuvieron lugar en los últimos 12 años para tentar a inversores. Está claro que para esto último, no bastara con medidas económicas, sino que habrá que repensar tanto en una reforma tributaria nacional además de velar por mayor seguridad jurídica y un país con reglas claras y respetadas. Nada sencillo.

Los primeros 30 días del nuevo gobierno nos permiten concluir en que, si bien las medidas parecen haber sido acertadas, es muy pronto para saber si efectivamente en el largo plazo lograran el efecto buscado. Claramente la política gradualista se impuso al shock y esto puede llegar a ser complicado pensando en el futuro, sobre todo en materia de déficit fiscal donde el gasto cerró 2015 cercano al 8% del PBI y es probable que durante el primer semestre se anuncie un ajuste fiscal más fuerte, sobre todo si se logran cerrar los acuerdos con los holdouts y el tema cambiario logra tranquilizarse definitivamente. Habrá que estar atentos…

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