Reflexión del pastor Decena: Cielos abiertos

Cuando uno analiza a las personas que cumplieron la misión en su vida, notamos dos cosas (es el caso de Jacob), primero que tenían cielos abiertos y esto quería decir una obra plena y sobrenatural de Dios, contaban con el favor de Dios en todo momento y en segundo lugar y lo que es muy importante estaban bajo un pacto que Dios había hecho con ellos o sus antepasados.

Génesis 28:12  “Y tuvo un sueño: Vio una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo. Ángeles de Dios subían y descendían por ella”.

Para cumplir la misión que tenemos sobre la tierra tenemos que volvernos al diseñador, al creador, al que manda en el cielo y en la tierra. Al que creó todas la cosas con un propósito. No podemos lograrlo sin su ayuda.

Cuando uno analiza las personas que cumplieron la misión en su vida, notamos dos cosas (y es el caso de Jacob): que tenían cielos abiertos y esto quería decir una obra plena y sobrenatural de Dios, contaban con el favor de Dios en todo momento y segundo lo que es muy importante estaban bajo un pacto que Dios había hecho con ellos o sus antepasados.

Veamos solo algunos ejemplos de pactos que abrieron el cielo sobre las personas.

El pacto con Abraham. Génesis 15:4-7. Contempla bendición también para su familia y descendencia. Por esto podemos decir que Jacob, nieto de Abraham, tenía cielos abiertos ya que estaba bajo el pacto con Dios.

También podríamos mencionar el pacto que Dios hace a través de Moisés con el pueblo de Israel, dándoles los mandamientos, los juicios y las ordenanzas. Era un pacto condicionado estrictamente a la obediencia de dicha ley. Pero este pacto que ofrecía cubrir los pecados, no era perfecto, por eso Jesús viene y ofrece un mejor pacto.

Veamos el pacto nuevo, que  Dios le ofrece a toda la humanidad, para que vivamos en cielos abiertos:

Hebreos 8:3  A todo sumo sacerdote se le nombra para presentar ofrendas y sacrificios, por lo cual es necesario que también tenga algo que ofrecer.

Hebreos 8:4  Si Jesús estuviera en la tierra, no sería sacerdote, pues aquí ya hay sacerdotes que presentan las ofrendas en conformidad con la ley.

Hebreos 8:5  Estos sacerdotes sirven en un santuario que es copia y sombra del que está en el cielo, tal como se le advirtió a Moisés cuando estaba a punto de construir el tabernáculo: «Asegúrate de hacerlo todo según el modelo que se te ha mostrado en la montaña.»[a]

Hebreos 8:6  Pero el servicio sacerdotal que Jesús ha recibido es superior al de ellos, así como el pacto del cual es mediador es superior al antiguo, puesto que se basa en mejores promesas.

Hebreos 8:7  Efectivamente, si ese primer pacto hubiera sido perfecto, no habría lugar para un segundo pacto.

Hebreos 8:8  Pero Dios, reprochándoles sus defectos, dijo: «Vienen días —dice el Señor—, en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.

Hebreos 8:9  No será un pacto como el que hice con sus antepasados el día en que los tomé de la mano y los saqué de Egipto, ya que ellos no permanecieron fieles a mi pacto, y yo los abandoné —dice el Señor—.

Hebreos 8:10  Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré con la casa de Israel —dice el Señor—: Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

Es «mejor» que el Pacto hecho con Moisés, no moralmente, sino en cuanto a su eficacia. El Nuevo Pacto se halla establecido sobre «mejores» promesas, es decir, promesas incondicionales.

En el Pacto de Moisés, Dios dijo «si guardareis»; y la obediencia era producida por el temor; bajo el Nuevo Pacto, la obediencia es el fruto del amor a Dios y de una mente y un corazón voluntarios (v.10). El Nuevo pacto garantiza:

Hebreos 8:11  Ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: “Conoce al Señor”, porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos,

Hebreos 8:12  porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados ni de sus maldades».[i]

Hebreos 8:13  Al decir «Nuevo pacto», ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece está próximo a desaparecer.

Acá vemos:

–          la revelación personal del Señor a cada creyente (v.11);

 

–          el completo olvido de los pecados (v.12);

 

–          el descanso espiritual en una redención ya consumada (Mat 26:27-28; 1Cor 11:25;) Hebreos 4:11. El reposo verdadero es el espiritual que solo Cristo nos puede dar.

El Nuevo Pacto se basa en el sacrificio de Cristo y garantiza la bendición eterna a todo aquel que cree. Es un pacto absolutamente incondicional, y puesto que en su establecimiento no se impone nada al hombre,  solo creer y luego vendrán tareas y “obediencias” que el Espíritu de Dios pedirá, pero toda la gloria es para Dios, pues con su ayuda puedo cumplir las expectativas de Dios.

Este creer en el sacrificio de Jesús, y permanecer en la fe, y obedecer por amor es lo que abre los cielos sobre mi vida, para que podamos cumplir lo que Dios ha prefijado para nosotros como misión y por la cual seremos bendecidos.

Que Dios te bendiga y tengas una excelente semana de victoria!

Pastor Guillermo Decena, Centro Familiar Cristiano Eldorado.

Prédicas en vivo los miércoles y viernes 20 hrs y domingos 19.30 horas, a través de http://cfceldorado.org/

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