A diez días que una joven eldoradense de 19 años denunciara que fue brutalmente golpeada y abusada sexualmente, aún no aparecen sospechosos. El hecho sucedió en la madrugada del domingo 3 de enero en un albergue estudiantil ubicado sobre calle San Luis de la capital. Auque hay patrones genéticos creados, todavía no hay novedades respecto al autor.
La joven fue dada de alta por el golpe en la cabeza que recibió, según ella, con un ladrillo poco antes que un depravado abusara de ella cuando ingresaba a su lugar de residencia en Posadas, donde estudia Portugués y además trabaja.
En ese albergue hay otras doce chicas de la capital del Trabajo y desde el departamento que regula esas becas, indicaron que están buscando otro lugar porque las residentes tienen miedo después de lo que pasó.
La causa en sí es compleja ya que no hay registros fílmicos en la zona al momento que un hombre, supuestamente joven, ingresaba a buscar a la joven que salía de un baño compartido que presenta el lugar. El juez que investiga el hecho ordenó secreto de sumario.
Solo la víctima recuerda que la golpearon en la cabeza con un ladrillo y después de abusarla sexualmente, el pervertido la amenazó para que no cuente nada porque la conocía de la facultad. Esto es una de las hipótesis que se maneja en la investigación, que justamente el agresor pueda conocerla de la universidad en donde la joven cursa sus estudios hace poco más de un año.
Pese a los trabajos de la Policía y los estudios a la víctima, que permitieron crear un patrón genético, todavía no hay sospechosos. Algunos se animan a pensar que puede ser la misma persona que mató a Lucía Maidana, hace dos años en un inquilinato de Posadas. En ese caso el único sospechoso fue siempre Nicolás Sotelo, aunque este libre sigue siendo investigado.
