El director del Servicio Penitenciario Provincial, Miguel Maidana, aseguró que en la reciente inaugurada unidad Penal VIII de Cerro Azul no se produjo ningún inconveniente. Se hablaba de apuestas clandestinas entre efectivos e ingesta de alcohol en horarios de guardias. También desmintió peleas a raíz de estas cuestiones. Por otra parte indicó que hay recursos humanos suficientes en la fuerza para la población actual que hay en las cárceles de Misiones.
Maidana dialogó en Radio Libertad y desmintió rumores de una serie de actividades ilícitas de penitenciarios afectados a la reciente inaugurada unidad Penal VIII de Cerro Azul. Supuestamente en ese lugar se producían juegos de cartas con apuestas de dinero e ingesta de bebidas. Eso habría derivado en una fuerte pelea en los últimos días en la cual hasta habría uniformados lesionados graves.
Sin embargo, el director del SPP negó esta situación y dijo que todavía se están preparando con los recursos que faltan para que la unidad en Cerro Azul pueda ser habitada con internos pero que el personal apostado a ese lugar está trabajando bien y sin inconvenientes. La misma fue inaugurada en los primeros días de diciembre del año pasado y tiene alrededor de 100 uniformados destinados a ese lugar.
Por otra parte, aclaró que este año no habrá ingresos a la institución ya que los efectivos actuales con alrededor de 1800 y para la población carcelaria actual de 1300, es más que suficiente. Sí reconoció que hay capacitaciones permanentes y proyectos de mejorar las unidades. Todas, incluidas las de Oberá, Eldorado y Loreto, acaso las más importantes, tienen una seguridad media y como últimamente hay colaboración con las unidades federales, se suelen alojar internos peligrosos y necesitan trabajar más en esa cuestión.
Respecto a la infraestructura de las sedes penales, dijo que hacen falta reformas ya que algunas tienen alrededor de 30 años. Pero se mostró confiado porque hay buena predisposición para mejorar las cárceles misioneras. También hablo de tratamientos especiales que se están haciendo hace un tiempo para aquellos internos que antes de ser liberados, aún padecen problemas con las drogas o el alcohol. Hay un equipo con médicos, psicólogos y otros profesionales para asistir a esos presos para que cuando recuperan la libertad no vuelvan a hacer en esas adicciones.
