«La amenaza terrorista sigue siendo temible», dijo el presidente de Francia

«La amenaza terrorista sigue siendo temible», dijo el presidente de Francia, François Hollande, en un acto de homenaje a las fuerzas del orden realizado en la Prefectura de París al cumplirse un año del sangriento ataque contra la redacción de la revista satírica Charlie Hebdo.
Hace un año los hermanos Said y Chérif Kouachi, de 34 y 32 años, irrumpieron armados en una de las sedes del semanario y asesinaron a 12 personas, entre ellas cuatro de los caricaturistas más famosos de Francia: Stéphane Charbonnier (Charb), Cabu, Tignous y Wolinski.
Tras una fuga que mantuvo al país en vilo, los hermanos Kouachi murieron a manos de la policía dos días más tarde en una imprenta al noreste de París en la que se habían atrincherado, además de un cómplice de los dos hombres, Amedy Coulibaly, que aseguró haber actuado en nombre del Estado islámico (EI) y quien la víspera había asesinado a una policía y tomó como rehenes en un supermercado judío de la capital a una decena de personas, cuatro de los cuales murieron.
En el marco de la serie de homenajes previstos para hoy, Hollande insistió en que la misión de las fuerzas del orden «nunca había sido tan necesaria y tan exigente, porque el terrorismo no ha dejado de hacer pesar una amenaza temible sobre nuestro país».
En sus palabras, justificó un incremento del dispositivo antiterrorista y reveló que desde que decretó el estado de emergencia tras los recientes atentados yihadistas del 13 de noviembre en París, en restaurantes, bares y dentro de un teatro, que dejaron más de 130 muertos y 150 heridos -y que calificó de «actos de guerra»- los registros administrativos permitieron poner en evidencia 25 infracciones «en relación directa con el terrorismo».
A sólo cuatro kilómetros de donde se encontraba Hollande, y en una Francia habituada a vivir en un continuo estado de emergencia, un hombre fue abatido por la policía tras intentar ingresar en una comisaría del barrio de la Goutte d’Or, al norte de París, con un falso chaleco de explosivos y un cuchillo al grito de Allahu Akbar (Alá es grande).
En medio de la atmósfera de conmoción que respiran los franceses, el mandatario buscó trazar una evaluación de los dispositivos de seguridad implementados tras ambos ataques, y explicó que en el último año se prohibió salir de Francia a cerca de 200 personas que tenían planes para ir a Siria e Irak para integrarse en grupos yihadistas.
En ese mismo periodo, se dictaron medidas contra medio centenar de extranjeros a fin de impedir que puedan entrar en territorio francés por sospechas terroristas.
El jefe del Estado socialista confirmó que «para salir sin debilitarnos del estado de emergencia», que debe levantarse el próximo 26 de febrero, su Gobierno prepara un proyecto de ley que «responde a los desafíos que afrontamos» como el retorno a Francia desde Siria e Irak de personas radicalizadas.
Esa proposición legislativa -subrayó- integrará la imposición a algunos de ellos que no sean encarcelados medidas de residencia vigilada porque «son por definición sospechosos».
Ante la polémica sobre el hecho de que ese proyecto de ley otorga poderes especiales a la policía y a los fiscales, aseguró que las decisiones se tomarán «forzosamente bajo el control del juez», tras agregar que se contempla la posibilidad de que la policía pueda registrar equipajes y vehículos en torno a lugares sensibles -como instalaciones industriales- en caso de amenaza terrorista y durante un tiempo limitado.
Otro punto del proyecto de ley es el referido al uso de las armas, que no se limitará a la legítima defensa frente a «individuos que han matado y que se disponen a matar».
La nutrida lista de homenajes de hoy incluye uno frente a la Puerta de Vincennes en el este de París, a pasos del supermercado que fue escenario de la toma de rehenes.
Los actos terminarán recién el próximo domingo con un homenaje popular a las víctimas de los ataques de enero pasado y también de la ola de atentados del 13 de noviembre último.
La revista, en tanto, recordará el primer aniversario con un número especial que lleva en su tapa el título «Un año después, el asesino sigue corriendo» y lo acompaña la caricatura de un dios que huye con las manos ensangrentadas y una kalachnikov en la espalda.

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