“Touch and go”: la estadía promedio en Mar del Plata no pasa de 5 días

En esta ciudad balnearia, Mar del Plata, se confirmó una tendencia que se venía dando en los últimos años: las mini vacaciones, un “toco y me voy” que comezó veranos atrás y que se consolida todavía más en el arranque de esta nueva temporada.

¿El cambio de hábito tiene que ver con una cuestión de costos? En parte sí. En promedio una familia gastaría $36 mil por una quincena de enero en Mar del Plata y el presupuesto disminuye si se reducen los días de descanso. Pero otros dos motivos jugaron fuerte. Por un lado, muchos esperaron ver qué pasaba con el dólar luego de las elecciones para decidir el tiempo y el destino de sus vacaciones.

Eliminado el dólar tarjeta, por ejemplo, Brasil devaluado se convirtió en un competidor de la Costa Atlàntica. Y por otro lado, la gran cantidad de fines de semana largos que hay durante el año hizo que los turistas distribuyeran de otra forma sus escapadas.

Lejos quedaron esos años donde la mayoría tomaba la quincena completa y mucho más atrás todavía están las vacaciones de un mes entero. Los operadores turísticos tuvieron que acomodarse a este nuevo escenario. Jesús Osorno, vicepresidente segundo en el área de Hotelería de la Asociación Hotelera y Gastronómica de Mar del Plata, dice que ahora hay dos tipos de turismo bien definidos. “El cliente que viene de la región de Cuyo y del centro del país que, como máximo, se queda diez días.

Y el ‘gran surtidor’ de Mar del Plata, el que viene del Gran Buenos Aires y la Ciudad que se fue de vacaciones en el año, quizás financiándola en cuotas, y que para escaparse del calor sale un jueves y regresa el lunes siguiente”, dice.

Los referentes turísticos coinciden en que el público que elige esta ciudad para descansar ya no es el del segmento con más recursos sino el de sectores medios.

Los describen así: el viajero actual duerme entre cinco y seis noches en un hotel tres o cuatro estrellas, busca comodidad, cena a veces en un restorán, compra alguna entrada para el teatro y alquila una carpa en un balneario. Prueba de esto es que desaparecieron los hoteles de una estrella y ese lugar fue reemplazado por el alquiler de departamentos por no más de tres días que, en general, se ocupa por dos grupos familiares.

Emiliano Giri, presidente del Ente de Turismo de Mar del Plata, esperaba anoche las cifras oficiales del arranque de temporada. Pero a Clarín le ofreció algunos datos preliminares: “La ocupación hotelera rondaría el 76% y la contratación de servicios en los balnearios, un 60%. Notamos que hubo mucha cautela a la hora de reservar este verano, algo que relacionamos con el cambio de Gobierno. Pero estamos seguros de que repuntará en los próximos días y que ésta será una buena temporada”, señaló.

El clima no colabora. Del fin de semana de gloria de Navidad, en el que la temperatura llegó a los 37 grados y el cielo se mostró diáfano cuatro días seguidos, ahora Mar del Plata está cubierta de nubes y sopla un viento fresco que complica la estadía en las playas. Ayer eso se notó en los balnearios.

“Nuestra actividad depende más del tiempo que de la cantidad de gente que llega -apunta Pablo Pilaftsidis, presidente de la Cámara de Balnearios- y sabemos que la afluencia es buena. Podemos hacer un pronóstico de las temporadas por adelantado cuando octubre y noviembre vienen cálidos, pero no fue el caso del año que pasó. Consultas hay pero para las reservas necesitamos que salga el sol”. La bandera blanca y negra, que indica la bravura del mar, la tarde de ayer se mostró rígida. Tensa la tela y los cuerpos, que se amontonaron bajo las sombrillas para pasar el día.

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