«No tengo dudas de que han querido terminar con la vida de los policías», dijo el fiscal

Mariano Sibuet, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) descentralizada de Brandsen, no confirmó que los atacantes fueran los condenados por el triple crimen de General Rodríguez, Víctor Schillaci (35) y los hermanos Christian (44) y Martín Lanatta (42), aunque aseguró que no descartaba «ninguna hipótesis».
«Es un control policial rutinario. (Los policías) han determinado cierta actitud sospechosa de este vehículo, decidieron detenerlos y automáticamente apenas bajan efectúan disparos, lo que hace muy escasa la posibilidad de reacción», dijo el fiscal, en declaraciones a la prensa.
Sibuet relató que el hecho ocurrió «aproximadamente a las 3.40», que fue perpetrado «por tres personas de sexo masculino», y que en el lugar personal policial secuestró «elementos que se les han caído a estas personas, entre ellos un arma, casquillos y elementos de uso personal que han sido sometidos (a peritaje) para extracción de ADN».
El fiscal aseguró que en el lugar del hecho encontraron una vaina de un proyectil usado tipo FAL, un arma calibre .22 marca Pietro Beretta con doce municiones sin detonar, siete vainas servidas del mismo calibre y otras de perdigones calibre tipo 12/70.
Tras el ataque, las víctimas se comunicaron «prácticamente de inmediato» para alertar de lo sucedido, por lo que los pesquisas no descartaban que aún se encuentren ocultos en alguna propiedad de la zona.
«Es una zona rural, son campos y predios que están comunicados por muchos caminos vecinales», dijo Sibuet, y añadió que «se hizo un operativo cerrojo» desde el lugar del tiroteo hasta las rutas 2, 11 y 36 y analizan las grabaciones de cámaras en rutas y peajes.
«Estamos trabajando para dar con su paradero», finalizó el fiscal, quien caratuló la causa como «doble homicidio calificado por ser cometido contra personal de las fuerzas de seguridad en grado de tentativa».

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