En la industria forestal tienen un «cauto optimismo» sobre el impacto positivo de la devaluación en el nivel de actividad

Una de los grandes objetivos de la liberación del cepo, el sinceramiento cambiario y la devaluación decididas por el Gobierno de Mauricio Macri es fomentar a las golpeadas economías regionales que hace tiempo están en crisis como consecuencia de la combinación de una suba de costos (sobre todo salarios) y un estancamiento del tipo de cambio.

Argentina se volvió cara en dólares y muchos productores e industriales del interior perdieron mercados. Ante la devaluación del tipo de cambio, Cristian Lamiaux director de APICOFOM y vicepresidente de FAIMA, explicó que la industria forestal tiene «un cauto optimismo» y se encuentra a la expectativa de ver como se desenvuelve la otra gran variable que son los costos.

Lamiaux explicó que «todavía es muy prematuro para realizar un análisis del impacto de la medida, tenemos que ver cómo evolucionan los costos, porque si hay una nueva suba de costos ante el reacomodamiento del dólar, estaremos en el mismo punto de partida».

«Pensábamos que era una cuestión necesaria, recuperar el valor del dólar con respecto a nuestra madera para tener un poco más de competitividad, no es una solución ciento por ciento, habrá que ver otras cuestiones, hay que ver como suben los costos en dólares, hay aumentos que no tienen mucha explicación, nos han cambiado algunos costos, ya hemos vivido estas situaciones. No debería ser así, pero a veces es una cuestión de confianza», explicó.

A la hora de detallar que costos subieron, el dirigente explicó que «materias primas, toda la parte de logística».

APICOFOM aglutina a más de un centenar de empresas del rubro de distintos tamaños en la provincia, las pocas que exportaban vieron en los últimos años como sus negocios con el exterior desaparecieron o quedaron reducidos a una mínima expresión.

«Había unas cuantas empresas que exportaban, algunas todavía lo hacen, mantienen algún mínimo volúmen para mantener a sus clientes afuera, no porque fuera muy redituable. A partir de esta situación algunas podrían llegar a exportar de nuevo», explicó.

«No tengo un número exacto, pero hace unos años se exportaba diez veces más que ahora. Hoy los envíos cayeron a un 10 por ciento respecto a lo que fue el mejor momento de los últimos años», dijo y explicó que en Misiones llegó a exportarse el 25 o 30 por ciento de la producción forestal, aunque una parte importante de este valor recaía en una única empresa, el gigante de la celulosa Alto Paraná (que hoy cambió su nombre y se hace llamar Arauco).

Justamente, la pérdida de rentabilidad de las exportaciones y los problemas para girar dividendos y remesas a su casa matriz de Chile o a sus bancos en Nueva York o Europa hizo que la ex Alto Paraná comenzara a vender un mayor componente de su producción en el mercado interno, afectando a los productores más chicos.

«Alto Paraná, llegó a volcar más del cincuenta en el mercado interno. Esto trae unos cuantos inconvenientes, un actor que no estaba en ese volumen en el mercado interno, incide muchos en los otros, sobre todo en momentos de baja demanda», explicó.

Con la liberación de las restricciones para exportar, el nuevo dólar único que es casi un 50% más atractivo y también la liberación de las restricciones para girar dividendos y otros pagos a las casas matrices, es probable que Alto Paraná vuelva a vender más al exterior y descomprima la situación de productores más chicos.

Consultado sobre cómo veía que impactaría la medida en otros sectores de la economía misionera, el dirigente dijo que «creo que en el sector tealero va a ser fundamental, en el tema yerbatero también, ya que venían con problemas de precios de dólar, etcétera. Además, agravado por una cuestión de las guerras de Medio Oriente, les va a dar un alivio», explicó.

Laimux dejó en claro que la devaluación por sí sola no alcanza, que sirve tener un tipo de cambio competitivo y que también es importante que «flote» como pronosticó Alfonso Prat-Gay, de manera que no vuelva a generarse una situación donde la Argentina quede muy «cara» en dólares respecto de sus mercados externos y clientes del exterior.

Sobre la liberación de las restricciones para importar

Respecto al impacto que podrían traer la liberación de las importaciones, que en rigor significa que no habrá más DJAI (los permisos que otorgaba discrecionalmente la Secretaría de Comercio) y que los importadores podrán acceder al mercado de cambios para pagar sus compras, Lamiaux explicó que «la protección debe seguir con otros mecanismos para algunos sectores sensibles».

En el tema forestal, hay un solo sector que puede ser amenazado por las importaciones, que es el de las maderas terciadas.  «No podemos dejar liberado totalmente, si bien hoy se habla de que el quiere exportar e importar lo haga libremente, debe haber una defensa del mercado nacional, va a existir, el Gobierno actual dijo que la iba a defender la inversión actual, hay herramientas que quizás no sea la DJAI, pero si una herramienta como las licencias no automáticas, en la cual de alguna manera hay una defens del dumping», explicó.

Lamiaux explicó que «tenemos armado un sistema de control en el sector terciado, se va a pelear para que se mantenga este control».

De todas formas, también la madera terciada importada será más cara ahora que el dólar está en torno a los 14,50 pesos. «Comprar va a salir más caro, va a posicionar un poco mejor a los nuestros, pero repito, tenemos que ver como se comportan los actores de los costos argentinos», repitió, nuevamente.

A la hora de hablar de costos, más allá de los insumos y la logística, los empresarios siempre se refieren a los costos laborales. Por eso, mientras esperan para ver en qué valor se queda «quieto» un dólar que se liberó del cepo, también miran de reojo los reclamos salariales para las próximas paritarias. Hugo Moyano ya avisó que no quiere que a la hora de discutir actualizaciones, tampoco quiere un «cepo».

MB

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