Con análisis y reflexiones sobre el lenguaje, el Café Científico Posadas despidió el año

Después de seis presentaciones en 2015, el tercer ciclo del Café Científico Posadas culminó el viernes 11 de diciembre.  El cierre contó con una conferencia sobre lingüística, a cargo de Marisa Censabella, investigadora independiente del CONICET en el instituto de Investigaciones Geohistóricas Conicet-Unne del Chaco.

La disertante abordó diversos aspectos de la lingüística y llamó a erradicar conceptos erróneos acerca de dialectos y bilingüismo.

Para la edición 2016, los organizadores de este espacio de divulgación científica anunciaron novedades y más participaciones.

“¡Rescatate Chamigo! Conceptos básicos para dejar de ser ‘poco científico’ con el lenguaje” fue el título de la charla, que generó un interesante debate entre los participantes. Las diferencias entre lengua y dialecto, la diversidad lingüística mundial y latinoamericana y las competencias comunicativas de los bilingües, fueron algunos de los aspectos analizados.

Como en cada presentación, el viernes pasado la sala Mandové Pedrozo volvió a colmarse dehabitués y nuevos espectadores del Café Científico, que se acercaron a disfrutar de la propuesta para el cierre del año. Para iniciar el abordaje de la temática, Marisa Censabella propuso al auditorio empezar a pensar por qué las lenguas cambian a través del tiempo, por qué admiramos o rechazamos a las personas que hablan distintos dialectos o por qué se cree que para ser bilingüe es necesario dominar los idiomas que se conocen.

La expositora repasó datos estadísticos de publicaciones especializadas que indican que en cerca de 250 países que existen en el mundo, se hablan más de 7 mil lenguas. Mientras que la más hablada es el chino, el español ocupa el segundo lugar a nivel global, seguido por el inglés. “El español es una lengua muy viva que, como es hablada por tanta gente, se habla de muchas maneras. Está muy viva y no está para nada amenazada”, destacó.

“El modelo de ‘un estado y una lengua’, que fue tan fuerte después de la revolución francesa, llevó a pensar que un estado no podía organizarse con diversidad lingüística. Por lo tanto, había que convencer a la gente que deje de hablar las lenguas que estaba hablando y lograr que se impusiera una lengua única: la lengua del estado. Eso causó que de esas 7 mil lenguas contabilizadas, el 90% de la población mundial hable sólo el 10%”, detalló Censabella.

“Estos números nos muestran que hay una gran variedad de lenguas en el mundo que están amenazadas de desplazamiento, que pueden dejar de ser usadas en distintos ámbitos. Cuando estamos en una situación bilingüe y hay una lengua dominante, los hablantes no pueden hablar su lengua en el trabajo, en la escuela, en la comisaría ni en todo lo que es la actividad económica y van relegando esa otra lengua al ámbito familiar, barrial o comunitario. Esa lengua pierde ámbitos de uso y puede terminar en la desaparición. Todos nosotros tenemos historias de pérdidas en nuestras familias. Los que pierden las lenguas no son sólo los indígenas o pobladores originarios, sino también los migrantes. Muchos de nuestros abuelos o bisabuelos, por ejemplo, han dejado de hablar y de transmitir sus lenguas maternas”, ejemplificó.

La especialista en lingüística también aclaró cuáles son las diferencias entre los conceptos de lengua y dialecto. “Aunque parezca paradójico, el término lengua no es una noción únicamente lingüística. En su definición intervienen aspectos geográficos, históricos, políticos y culturales. Este es uno de los temas que quiero que se lleven a casa: nadie define una lengua únicamente por sus características estructurales”, destacó.

“En lingüística, si queremos usar un término neutro, usamos dialecto, pero ese término tiene un uso no científico muy nocivo. Muchos entienden dialecto por una variedad rústica, subestándar, de bajo estatus, relacionada con grupos sin prestigio social. Es decir, gente de campo o de clases trabajadoras o inmigrantes. Es un concepto erróneo y que les hace mucho mal a los hablantes de esas variedades”, repasó Censabella. “Una lengua es una entidad histórica política y cultural para sus hablantes, con políticas lingüísticas que la acompañan. Pero a la vez, está compuesta por muchos dialectos. Entonces, yo hablo tanto una lengua como un dialecto de esa lengua. No es que un concepto sustituye al otro”, agregó.

Al analizar el uso que los hablantes hacen de una lengua, la expositora llamó a reflexionar acerca de las estigmatizaciones que existen en la sociedad. “¿Por qué decimos que los chicos de una villa hablan mal? Hablan distinto. Pero no hay nada erróneo en la estructura morfosintáctica que utilizan. Puede ser que tengan un léxico que no está valorado por nosotros, que sea adecuado o no adecuado para una situación comunicativa determinada. Hablan distinto, pero no hablan mal. Nadie habla mal. Quizá lo que no tiene el chico de la villa es el conocimiento de varios géneros discursivos y cómo adecuarlos a los auditorios”, propuso.

Durante la conferencia, también analizó el concepto de bilingüismo. “Antes se creía que la persona bilingüe era la que hablaba a la perfección dos lenguas. Sin embargo, se puede considerar bilingüe la persona que utiliza dos o más lengua en la vida cotidiana, por más que no las domine”, explicó.

Los aspectos planteados por Marisa Censabella generaron un rico intercambio de ideas y de experiencias con el auditorio. Los asistentes expresaron sus preguntas y disfrutaron de las explicaciones de la especialista, en el ambiente distendido que caracteriza a este espacio.

Balance y proyectos

En el cierre del  ciclo, el creador y principal organizador del Café Científico Posadas, Julián Ferreras, realizó un balance de los tres años que lleva esta iniciativa, que sigue creciendo y consolidándose en la capital misionera. “Empezamos con muy pocas expectativa, que fueron creciendo gracias a la buena respuesta de todos. El ciclo se ha mantenido, con espectadores que nos siguen desde el inicio y otros que se vienen sumando”, destacó el investigador adjunto del CONICET en el Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM).

También resaltó que apoyo del Programa de Promoción de Vocaciones Científicas (VocAr) del CONICET, que fue clave este año para poder contar con una amplia variedad de disertantes, provenientes de distintas regiones del país. “Tenemos muchísimos planes para el año que viene. Esto va a seguir creciendo”, aseguró Ferreras y agradeció la colaboración de la productora 1560 Lenguaje Audiovisual y de la Escuela Superior de Arte.

Acerca del Café Científico Posadas

El Café Científico Posadas es una iniciativa del Laboratorio del Grupo de Investigación en Genética Aplicada (GIGA), dependiente del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNAM) y de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones. Busca crear un ámbito informal de divulgación y discusión científica, que sea común y amigable tanto para los expertos como para el público en general, que permita establecer un diálogo directo y sin barreras entre la comunidad científica y la sociedad.

Desde 2013, se desarrolla en el Centro Artístico Mandové Pedrozo, donde se genera un espacio cálido e informal que invita a la conversación. El ciclo se realiza los últimos viernes de cada mes a partir de las 21:30 y las veladas suelen extenderse hasta después de la medianoche. Mediante la selección de temas y de expositores, los organizadores buscan abarcar distintas áreas del conocimiento, incluyendo desde la biología, la genética y la ecología, hasta las ciencias de la educación, antropología y la semiótica.

Café Científico DICIEMBRE 2015

Marisa Censabella cerró el ciclo del Café Científico Posadas de 2015. (Foto Conicet Nordeste).

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