La cantante misionera Florencia Bobadilla se presentó en el Centro Cultural Néstor Kirchner 

La actriz y cantante misionera Florencia Bobadilla Oliva, está recorriendo Tailandia, con su bella capital Bangkok y otros lugares de ese lejano y exótico país. Antes, cerró un año de mucha actividad con la presentación de uno de sus discos que editó en 2015. Hace unos días el Espacio Cultural Oliverio Girondo fue el marco para que el público escuchara las canciones de «Ysyry» -agua que corre-, del Dúo Bote -que integra desde el 2012 con el guitarrista formoseño, Abel Tesoriere- un cúmulo de canciones litoraleñas a las que ella acaricia con su voz.

 

La presentación tuvo a varios y talentosos invitados como Gavino Chávez, Jorge Suligoy, Florencia Cozzani, Julia Moscardini, Silvina Petryna Borlenghi; la flautista Martha Humbert; Rafael Climente y Pablo Fernández con sus dibujos, que acompañaron al dúo en una noche mágica e intensa, donde no faltó una de las comidas típicas del región como la sopa paraguaya, que los músicos decidieron invitar a sus invitados en una fiesta que terminó con una gran guitarreada.

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Al día siguiente de esa presentación, Flor Bobadilla se dio un lujazo: cantar temas de su otro álbum: «Cipsela», en el salón federal del Centro Cultural Kirchner, acompañada por el pianista Ignacio «Nacho» Amil, y músicos invitados como Sergio Verdinelli, Juan Bayón, Leo Genovese, Demián Cabaud y Francisco Mela, en otra noche mágica. Este disco fue presentado en agosto en el Café Vinilo, en una sala colmada de público hasta las manos.

 

 

Dos proyectos musicales diferentes
«El balance del año es positivo, de alguna manera tenía expectativas de lo que sucediera con el Dúo Bote, porque veníamos trabajando desde hace tiempo y queríamos grabar y finalmente de alguna forma fluyó para poder hacerlo. Con Cipsela fue todo bastante más práctico y organizado, ya que con Nacho nos habíamos encontrado el año pasado en una presentación que estaba haciendo de su disco anterior en el cantó con Roxana Amed. Ella se fue a vivir al exterior y Nacho me llamó porque fui alumna de Roxana durante mucho tiempo, y a partir de ahí comencé a cantar con él, agregando canciones vocales, música latinoamericana, empezamos a juntarnos y hacer arreglos, planteando ideas y trabajando sobre las canciones», contó.
El CD «Cipsela» tiene temas de Ramón Ayala, Simón Díaz, Luis Alberto Spinetta, y contiene música del Litoral. Se pudo grabar gracias a que Bobadilla y Amil se presentaron a un concurso de Estudio Urbano, que ganaron y se organizaron buscando músicos con los que tenían ganas de tocar, hasta que finalmente la obra salió a la calle.
«Ysyry» y «Cipsela» son dos proyectos musicales diferentes; pero ambos tienen la impronta de la cadencia de la voz de Florencia. «En el repertorio de Ysyry hay canciones litoraleñas, algunos boleros que nos gustaron, y una canción compuesta por Abel y un amigo. El dúo tiene nueva música, estamos componiendo los dos, y la idea es seguir mezclando un poco; pero por lo pronto Ysyry es un disco que se puede disfrutar con clásicos del Litoral», aseveró..

En el 2016 queremos girar con los discos
La posadeña señaló que fue un año bastante movido con las presentaciones de los dos discos, que si bien son distintos, ambos tienen como una misma línea, cuenta historias de gente que trabaja la tierra, o que vive lejos, o historias de amor tamizadas por la distancia. «Esos temas están muy ligados a nosotros, y tienen mucho que ver con las personas con las que trabajamos esos discos, gente que se va de su lugar para poder hacer, crecer y formarse».
La intención de Florencia Bobadilla es que en el 2016, los discos comiencen a girar por el interior del país, porque «nosotros somos de ese interior profundo y es en esos lugares nos ayudaron a concretar estos proyectos. Así que vamos a ver con qué herramientas contamos para poder hacerlo; nos interesa que los discos se muevan y se comparta la música, recordando a ciertos compositores que tal vez son olvidados o dejados a un lado, y también darles lugar a los nuevos compositores. Por eso siempre mechamos las composiciones en los dos discos».
La joven sostuvo que fue un año musical interesante y cargado, donde también tuvo que aprender a hacer producción, «con la posibilidad de descubrir nuevos espacios, levantar banderas, conocer gente y comprometerme fortaleciendo ciertas ideologías. Siento que en estos tiempos tenemos que defender ciertas conquistas, porque cantamos, tocamos determinada música que posee un significado y un contenido», expresó.

Películas y series
Con respecto a su faceta de actriz, consideró que este año quedó un poco relegada precisamente porque tuvo mucha producción desde la música. Pero indicó que lo poco que hizo fue muy satisfactorio, y tuvo oportunidad de filmar historias comprometidas. Por ejemplo, la serie «Mis noches sin tí», del director misionero, Maximiliano González. «Fue una experiencia hermosa, trabajé con gente muy interesante. Lo hicimos para la Televisión Pública y todavía no se emitió. En Telefé hice un capítulo para la novela «Entre caníbales» de José Campanella, con Natalia Oreiro, y también me resultó una experiencia enriquecedora porque nunca había hecho televisión con semejante producción».
Este año la televisión abierta le planteó a la misionera nuevos desafíos, porque su trabajo la llevó a actuar para la productora Mulata, del historiador Felipe Pigna, en la serie «Ver la historia», que se sigue emitiendo por la Televisión Pública y Canal Encuentro. «Son varios capítulos, los últimos fueron los más duros e interesantes. Fue un trabajo muy lindo que estaba más asimilado porque tenía mucho que ver con el cine independiente».
También este año entró en un working progress en «El encuentro de Guayaquil» de Nicolás Capeli, que el año próximo se estrenará en Pantalla Pinamar. «Es una película que venían trabajando los chicos hace mucho tiempo y pudimos filmar el año pasado. Entonces de repente todo lo que no pude actuar este año, se compensó de alguna manera con el movimiento de algunas cosas que hice el año pasado y que se vieron este año, o se verán como la película «Colmena» donde hago un papel dirigida por Majo Staffolani de Amoriza.
Por otro lado, el largometraje «El Perro Molina», en la que Flor Bobadilla es la protagonista femenina, estuvo recorriendo el mundo: estuvo en Roma, en Berlín; recorrió Latinoamérica y todo indica que seguirá proyectándose mucho más, porque gusta mucho esta película de José Campusano.

 

 

No debemos olvidar quiénes somos y hacia dónde vamos
Para el año 2016, además de su proyecto de salir de gira con los dos discos -en el formato que sea posible-, la misionera quiere filmar más, adentrarse en la actuación con mayor entrenamiento, porque «este año fue de tanta producción que no hubo mucho espacio para crear. Además fue un año muy político, muy politizado que me llevó a aprender muchas cosas, por ejemplo a no olvidarme que hay que trabajar en equipo. Creo que estos tiempos que se vienen en nuestro país, hay que juntarse y arremangarse -como dice el chamamé-, porque todo suma al crecimiento. Está muy bueno darse cuenta de lo equivocados que podemos estar y que hay que seguir aprendiendo en este camino de la batalla cultural».
Florencia Bobadilla consideró que éste fue un año interesante y completo emocionalmente. «Descubrí muchos artistas que piensan y trabajan como yo, por lo que tengo ejemplos claros a seguir, y gente que me apoya y acompaña. Así que vamos a ir por ese camino porque muchas de las cosas que me pasaron este año es fruto de haber trabajado un montón, o sea fui cosechando algo de lo que planté en el camino que está tomando esta profesión, sacándome el concepto de que trabajar tiene que hacerte mal, tiene que doler, porque en realidad es hermoso llegar cansado a la casa, después de hacer lo que amamos, aprendiendo cosas nuevas. El trabajo del artista es muy intenso y más difícil de lo que se plantea por ahí. Sobre todo para las mujeres, en la época que estamos viviendo donde necesitamos plantarnos ante un montón de situaciones, sacarnos vicios, hacernos cargo y defender nuestros derechos, y más allá de que podemos recorrer todo, hay ciertos lugares en los que una se para para no olvidar quién es y de dónde viene. Tener clara esas cosas ayuda para el trabajo y para la vida misma», subrayó.

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