Un Turco y un Lagarto en Posadas: «Los chicos y los padres tienen que saber que de cada 100 llega 1 a Primera»

Claudio «Turco» García, el ex delantero de Racing y la Selección que pudo escapar al flagelo de la droga y creó una fundación para ayudar a los chicos a escapar de ese infierno, está de vuelta en Posadas.

Dos semanas después de firmar un convenio con el actual vicegobernador, Oscar Herrera Aguad, y con la Fundación Ideas en Movimiento, el «Turco» volvió para poner en marcha muchos planes, como dar charlas en el Hogar de Día u organizar una escuelita de fútbol.

Además, García trabaja para Racing en la detección de talentos, y esta vez vino acompañado por otro delantero que dio que hablar en los 90: Juan «Lagarto» Fleitas, aquel que junto a Claudio «Piojo» López formó una dupla conocida como la de los «ligeritos».

Vine por invitación de Oscar, para seguir hablando en los proyectos que tenemos con las dos fundaciones con la mía y la de caro y al margen de todo esto se armó como una amistad, yo quiero crear escuelas de futbol, ir a los hogares de día, fui a uno y voy a ir a uno de Iguazú y lo traje a Juan porque también tenemos previsto dar charlas y clínicas de fútbol y contar un poco la historia de vida nuestra.

Un recorrido por el centro de Posadas para la producción fotográfica con MOL, en la Plaza 9 de Julio, permite comprobar que el «Turco» tiene un angel especial, reservado para pocos jugadores. Pasaron casi 20 años desde su retiro y la gente se le acerca, lo saluda, lo reconoce, le saca fotos, y García les responde a todos con una sonrisa y la mejor buena onda.

«Los dos volvimos a nacer», dice, ya sentado en la mesa de café. El «Turco» pudo zafar de la droga con la ayuda de mucha gente que le tendió una mano, como Juan Mena, un panadero de Rafaela que fue quien lo acercó a los profesionales que lo salvaron, en la época que García estaba trabajando de técnico en esa ciudad. Mena también vino a Posadas, acompañando al «Turco» con grandeza no deja de reconocerle lo que lo ayudó.

Pero Fleitas también tuvo que superar una parada brava, sufrió un cáncer y la peleó hasta ganarle a la enfermedad. Ambos tienen un mensaje para compartir con los chicos. «Se pueden superar las adversidades y alcanzar los sueños», afirman.

«Jugamos juntos con Claudio, para mi fue un privilegio, soy un poco más chico que él, lo admiraba cuando estaba en Huracán, tenía el privilegio como amigo, una amistad grande, de familia y hemos compartido planteles en Racing. Para mi era un placer verlo jugar», dice el Lagarto.

-¿Juan, contame qué estas haciendo en las inferiores de Racing?

-Trabajo como técnico en la novena división, para que los jugadores vayan creciendo, potenciándose, trato de brindarles la experiencia desde lo personal, lo futbolístico, dándole consejos técnicos, tácticos. Pero también darle el sentido de pertenencia, la historia del club, su gente, lo que fue la Tita (Matiusi, la legendaria cuidadora de la pensión), con grandes vivencias.

-Yo llegué a Racing a principios del 91, de Francia, estaba jugando en el Lyon. No hice mucho inferiores, hice 9na y 8va en Huracán y de ahí directo a la tercera y a Primera, donde debuté con 15 años.

-Turco, hoy los chicos cada vez más temprano andan con represenante, como si fueran profesionales…

-Hoy el chico se tiene que hacer más profesional, aunque a uno no le guste. Yo creo que por un lado es bueno, por otro no, porque tiene una carga. Segundo, me parece que ya a los 12 años está pensando en cuánto va a ganar, en los botines, representantes, la ropa, en el auto, no piensan en llegar. Es dificil llegar, más difícil es mantenerse.

-Tienen que ordenarse en la vida, tienen que estar bien en el estudio, dice Fleitas

-¿Con cuántos chicos trabajás en la 9na división de Racing, Juan?

-La 9na, como la octava y la séptima tiene unos 35 jugadores, ya que se juega en AFA y Liga. Yo tengo esa cantidad, y trabajamos para dar concejos de vida, no solo deportivos, también para armarlos como personas. Hoy un pibe de novena, ya los padres piensan que va a llegar a Primera, los representantes piensan que van a a hacer fortunas, pasan los goles en un canal deportivo y ya piensan que están en Primera. Entonces, tenés que contarles como es la realidad, sin que dejen de soñar. Esto esta bien, esto está mal. El día de mañana no todos van a llegar. También es eso.

-Acá a Misiones vienen los clubes grandes a buscar jugadores, y a veces da la sensación de que aquellos que quedan seleccionados creen que ya llegaron por el hecho de que «me vino a buscar Racing, River o Boca…»

-De cien queda uno, el padre y el chico tienen que saberlo. Yo estoy en detección de talentos, hablo con el padre para que venga a Buenos Aires, va a una prueba, ya ahí en la prueba es diferente. Acá por ahí es distinto, pero allá, ya tenemos que ver si tienen el target, el padre no se tiene que confundir porque lo eligió Racing y ya dice «me voy a comprar la casa», no es así. Como también pasa que hay padres que le dicen a los representantes, quiero una casa, esto o lo otro. Ahí le sacan el amateurismo al chico y las ganas de divertirse para jugar. Entran en 9na o 8va (edad de entre 14 y 16 años) con una presión que deberían tener en Primera.

-Es importante hablarles con la verdad.

-Es importante, yo voy on la verdad, porque después llega la triste verdad de que fue una ilusión y tienen que volver, no es que le mentís pero le decís la verdad de una forma que no sea tan chocante. Tampoco le podés decir, no te da, chau. Pero de cualquier forma, siempre hay que manejarse con la verdad.

-Acá ya hay un club como Crucero que tiene inferiores AFA pero muchas veces las luces de los clubes grandes tiran más.

-Es muy buena alternativa poder hacer inferiores acá, cerca de la casa, si el chico es bueno después va a llegar de cualquier forma a los clubes más grandes. Tienen que entender eso y tienen que saber que si van a Buenos Aires a jugar en inferiores, también es muy dificil llegar y se tienen que preparar para la vida, para la eventualidad de que no puedan ser jugadores profesionales, cerró el Turco.

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Corazones solidarios. El «Turco» García y Carolina Cortes, los dos unieron sus fundaciones dedicadas a ayudar a los chicos a salir del flagelo de la droga.

MB

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