Obama no descarta que la masacre de California haya sido un «acto terrorista»

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó que es «posible» que el tiroteo que dejó al menos 14 muertos y 17 heridos el miércoles en San Bernardino, California, estuviera relacionado con el «terrorismo», y aseguró que el FBI llegará «hasta el fondo» de lo sucedido.

Obama apuntó simultáneamente al hecho de que los estadounidenses tienen que reflexionar y tomar medidas para que deje de ser «demasiado fácil» que personas «que quieren hacer daño» a otros consigan armas de fuego y perpetren tiroteos en lugares públicos, un fenómeno que ya es una marca registrada de Estados Unidos, informó la agencia EFE.

«Tenemos que reflexionar sobre nosotros mismos como sociedad, para dar pasos básicos que hagan que sea más difícil, no más fácil», que las personas que «quieren hacer daño» a otros consigan armas de fuego, dijo Obama en una declaración a la prensa desde el Despacho Oval sobre el tiroteo en San Bernardino.

«Es posible que estuviera relacionado con el terrorismo, pero aún no lo sabemos. Es posible que estuviera relacionado con el lugar de trabajo» de uno de los autores del tiroteo, señaló el mandatario.

El presidente demócrata declaró que, a partir de ahora, la del tiroteo es «una investigación del FBI», la Oficina Federal de Investigaciones, que cooperará con las autoridades locales para determinar el móvil del ataque.

«En este momento no sabemos todavía por qué ocurrió este terrible suceso», indicó Obama después de ser informado de los últimos detalles por la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, y el director del FBI, James B. Comey.

«Sabemos que los dos individuos muertos (por la Policía) estaban equipados con armas, y parece que tenían acceso a más armamento en sus hogares, pero no sabemos por qué lo hicieron, las dimensiones de sus planes ni sus motivaciones», añadió, citado por EFE.

Los sospechosos fueron identificados anoche como Syed Farook, un varón de 28 años y nacionalidad estadounidense, y su esposa Tashfeen Malik, de 27 años y nacida en Pakistán.

Ambos murieron tras una persecución policial en la ciudad de Redlands horas después del tiroteo y en el momento de su muerte vestían ropa de asalto y portaban rifles y pistolas.

Obama subrayó que aún tienen que hacerse «entrevistas para entender la naturaleza de las relaciones» de Farook con sus superiores «en su lugar de trabajo», un centro de ayuda para discapacitados de San Bernardino, donde se produjo el tiroteo.

Además, debe analizarse toda la «información electrónica y en las redes sociales» que pueda aportar pistas sobre la joven pareja de atacantes.

«Lo que puedo prometer es que vamos a llegar hasta el fondo de esto, que nos mantendremos vigilantes como siempre», y que la prioridad será «conseguir los hechos» y no llegar a conclusiones precipitadas, sostuvo Obama.

«Es posible que lleve algo de tiempo» determinar los motivos, agregó el presidente, que envió sus condolencias a las familias de las víctimas fallecidas en la «trágica» masacre y aseguró que reza por una «rápida recuperación de los heridos».

El suceso en San Bernardino tiene desconcertadas a las autoridades, ya que, por distintos motivos, no termina de caer ni dentro de la categoría de los habituales tiroteos en lugares públicos del país ni en la de ataques «terroristas».

De hecho, Obama reiteró lo que había dicho ayer en su primera reacción a la matanza, cuando urgió a acabar con la «pauta» que convierte a los tiroteos masivos en algo que ocurre de forma «normal» en Estados Unidos, con un ritmo que no tiene «ningún parangón en ningún otro sitio en el mundo».

«Todos nosotros, incluido el poder legislativo, tenemos que ver qué podemos hacer para asegurarnos de que cuando los individuos decidan que quieren hacer daño, se lo ponemos un poco más difícil, porque ahora mismo, es demasiado fácil», subrayó el mandatario.

«No podemos dejar que solo nuestros profesionales (de seguridad e inteligencia) lidien con los problemas de este tipo de asesinatos horribles. Todos nosotros tenemos un rol que desempeñar», subrayó.

Obama aseguró el año pasado que su mayor frustración como presidente ha sido el fracaso de sus esfuerzos por lograr un mayor control de la venta y posesión de armas en el país.

El debate sobre las armas se reabrió en 2012 en Estados Unidos a raíz de dos sucesos de ese año: la matanza en un cine de Aurora, Colorado, donde hubo 12 muertos y 58 heridos, y la ocurrida en la escuela Sandy Hook de Newtown, Connecticut, donde fueron asesinados a tiros 20 niños y 6 mujeres.

El gobierno de Obama impulsó entonces un conjunto de medidas para reformar la legislación de control de armas, pero el Congreso no aprobó siquiera la que generaba más consenso: un sistema de verificación de antecedentes para impedir que las armas llegaran a los criminales o a las personas con problemas mentales.

 

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