La argentina Nasha Cuello es la embajadora de la juventud en la COP21. Llevará el mensaje de su generación a los líderes mundiales. Fue elegida junto al filipino Nicolás Aquino como embajadores de la Unesco entre 400 jóvenes que participaron del último foro de la juventud de ese organismo de las Naciones Unidas.
“Lo que me da más miedo es que el cambio climático siga agrandando la brecha entre ricos y pobres”, asegura Nasha Cuello Cuvelier.
Esta argentina de 25 años será la voz de la juventud en la Cumbre contra el Cambio Climático (COP21) que se realiza en París cuando mañana hable ante los líderes mundiales.
Fue elegida junto al filipino Nicolás Aquino como embajadores de la Unesco entre 400 jóvenes que participaron del último foro de la juventud de ese organismo de las Naciones Unidas.
Estudió Ciencias Ambientales en la Universidad de Buenos Aires y trabaja en la fundación Eidos. Sobre el desarrollo de las negociaciones en París, Nasha está preocupada porque hasta ahora ni China ni EE.UU. mostraron voluntad por firmar un acuerdo vinculante para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
“La importancia de que un acuerdo sea vinculante es que esto implica que es de cumplimiento obligatorio para aquellos países que suscriben el compromiso”, explica en la entrevista publicada en La Voz de Córdoba.
En este sentido, destaca una frase que circula en todas las cumbres sobre cambio climático: “Ojalá los científicos entendieran algo de política y ojalá los políticos entendieran algo de ciencia”.
“Pero lo positivo es que cada vez se crean más grupos multidisciplinarios y las ciencias sociales y naturales comienzan a trabajar en conjunto. El eje ambiental empieza a ser transversal”, apunta Nasha.
La juventud parece tener una conciencia ambiental mayor que la que tiene las generaciones que hoy gobiernan el mundo. Sin embargo, Nasha entiende que su generación ya puede incidir de muchas maneras. “Si bien el planeta ahora está gobernado por personas más grandes, hay jóvenes que ocupan lugares destacados en empresas o generan sus propias ONG o startup, que se encargan del tema”, asegura.
Y luego aclara: “No soy ni la excepción ni normalidad de mi generación. Siempre estuve interesada por los temas ambientales. Sin embargo, veo cosas en los jóvenes que antes no se veían. Por ejemplo, comer saludable y hacer ejercicios. Esa cultura ecológica se observa en la forma en que se visten y hasta en la música que escuchan y está más presente ahora que cuando yo iba a la escuela secundaria”.
De todos los efectos que tendrá el cambio climático si continúa sin solución, a Nasha lo que le produce más miedo es que siga agrandando la brecha entre los ricos y pobres.
“Y que tengamos una sociedad que viva en la utopía sustentable, con gran desarrollo y educación. Y otra sociedad que viva en la pobreza sin oportunidad, con falta de trabajo y en ambientes insalubres”, señala.
Y agrega: “Entonces me parece muy importante que empecemos a trabajar en la fragmentación social y en saldar la brecha que hay dentro de todos los países”.
Qué se discute
Menos de 2°. Hasta el 11 de diciembre, los líderes del mundo discuten en París un acuerdo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de manera que la temperatura media global no supere en 2° los valores preindustriales.
Potencias. Un punto clave de la discusión es la negociación entre Estados Unidos y China, las dos potencias que más contaminan. China se excusa de ser tratado de igual manera por ser una nación en desarrollo, a diferencia de emisores históricos, como Estados Unidos y Europa. Esta idea de responsabilidades comunes, pero diferenciadas, es apoyada por todas las naciones en desarrollo, incluida Argentina.
En desarrollo. Estos países reclaman transferencia de dinero y de tecnología de las naciones ricas para poder mitigar y adaptarse a los efectos del cambio climático. Este es otro punto crítico de discusión.
Consecuencias. El cambio climático afectará la biodiversidad, pero también la agricultura, la ganadería, generará un aumento en las enfermedades transmitidas por insectos, problemas migratorios y escasez de agua.
Soluciones. Para reducir las emisiones hay que evitar la deforestación, utilizar energías más limpias (solar, eólica) y avanzar hacia una agricultura y ganadería sustentables.
