«El acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico y universal», dijo el Papa Francisco en Africa

“El acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas”, expresó el Papa Francisco en Africa.  Alegre, agradecido, con continuos gestos de entrega recorrió críticos países  dejando estelas de amor. Lugares del mundo, multiétnicos donde sólo las catástrofes o guerras motivan su trascendencia, con un constante perdedor: el ser humano.

Francisco nos habló de un triste cocktail de pobreza, frustración, desconfianza y desesperación que viene generando violencia, conflictos y terrorismo.

Es de destacar los dichos del Papa que tal como lo ha mencionado en sus discursos en su visita a los países de América, sus misas matinales y trajinados miércoles, Francisco viene recalcando últimamente acerca de los niños, jóvenes, ancianos, familia y que los jóvenes no serán una de las globales «commodities», pero son la riqueza más valiosa de la humanidad.

Laudato, la encíclica en 118 nos dice que no puede haber una renovación de nuestra relación con la naturaleza, sin una renovación de la humanidad misma, a través de la lectura sencilla y profunda de Laudato podremos tomar conciencia de la gravedad de la humanidad, su descarte y exclusión y del medio ambiente. Como cristianos, no podemos permanecer impasibles, mirando a ver qué pasa, sin hacer nada.

La Conferencia del Cambio climático

La Conferencia COP21 que en pocos días en París contará con una asistencia esperada de 25.000 delegados solamente de organismos oficiales del mundo, debería analizar las implicancias socioeconómicas de la Encíclica aquí mencionada y que cada gobierno cumpla con su deber de preservar el ambiente y recursos naturales, sin venderse a intereses espurios locales o internacionales, tal (Laudato Si, 38).

Valorando a los mayores, su sabiduría, obtendremos la memoria, complementaria a la educación y formación, que nos facilitará compensar la globalización de la indiferencia y la obtención de un promisorio futuro donde los valores que se sustenten en que cada ser humano sean más importantes que el dios dinero, placer mundano, poder, fama y toda vana fugaz exposición.

Todos sabemos que la vida está llena de dificultades, pero hay dos maneras de ver la dificultad o la ves como algo que te detiene, destruye, o como oportunidad, Francisco nos habló de la paciencia y fortaleza necesarias frente a las grandes adversidades y de practicar la honradez y la integridad de la vida, así como la genuina preocupación por el bien de los otros, que nos llevarán a la paz que el mundo requiere.

En nuestra opinión, es una situación palpable cotidianamente en el género femenino, inclusive sobremanera frente a la violencia a que es sujeto.

En sus últimos momentos en el continente africano, Francisco se manifestó acerca de la fidelidad a la memoria, los nuevos desafíos y la oración, junto a la unidad, dignidad, trabajo; una oración que es poderosa y vence al mal, que nos acerca a Dios, que nos facilita el perdón y aleja del odio. Recordándonos que con amor seremos ganadores en la vida.

El mundo mira a África como al continente de la esperanza.

Omukama abawe omukisa, Que Dios los bendiga.

Omukama Abakuume, Que Dios los proteja.

Salam alaikum, Que Dios los bendiga y los proteja.

(Colaboraciones de de Gabriel Alsó, ex alumno salesiano y Claudia M. Fassa)

 

Fuentes :

 

www.vatican.va

 

http://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html

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