Rusia declaró en riesgo la marcha del alto al fuego en Siria por el derribo del avión

El derribo del avión ruso se produjo en momentos en que las potencias occidentales y el Kremlin parecían acercarse a un entendimiento por erradicar al grupo islamista radical Estado Islámico (EI) tras los ataques del viernes 13 en París y del derribo de un avión de pasajeros ruso sobre el Sinaí, en octubre último.

 

Además de poner en entredicho la continuidad de ese entendimiento, el hecho «tendrá graves consecuencias para las relaciones ruso-turcas», anunció ayer el presidente ruso, Vladimir Putin, quien hoy subió la apuesta y advirtió que Moscú reaccionará si se producen nuevos incidentes con Turquía.

 

«Después de lo sucedido ayer, no podemos descartar otros incidentes, y si éstos tienen lugar, reaccionaremos de una u otra forma» insistió el líder del Kremlin a la prensa en la ciudad rusa de Nizhni Taguil, donde apoyó las recomendaciones hechas en la víspera por el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso sobre la inconveniencia de que los ciudadanos rusos viajen a Turquía.

 

También ayer Putin insistió en que el aparato derribado sobrevolaba Siria.

 

Por su lado, en un intento de aflojar tensiones con Moscú, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró que su país no busca aumentar la tensión con Rusia, aunque agregó que sí protegerá sus fronteras y se presentó como protector de los sirios de lengua turca.

 

«Nadie puede esperar que nos quedemos mudos e inmóviles cuando están violando continuamente nuestra seguridad fronteriza, pero no tenemos, desde luego, ninguna intención de aumentar la tensión», afirmó Erdogan.

 

Además, hoy Erdogan agregó que en la zona donde se produjo el incidente al norte de Latakia -una ciudad portuaria siria que no pueden tomar las milicias de todo tipo que combaten al gobierno de Bashar al Assad- «no está Daesh» (Estado Islámico, EI, en árabe).

 

Sin embargo, Rusia en ningún momento afirmó que solo atacaría al Estado Islámico sino que tomaría por blanco todas las organizaciones que considerase «terroristas».

 

De hecho, hoy su canciller, Serguei Lavrov, advirtió que sin un acuerdo sobre cuáles eran esas organizaciones toda la arquitectura del acuerdo de Viena para hallar una solución política a la crisis siria estaría en riesgo.

 

El mandatario turco señaló, en cambio, que Latakia «es zona de turcomanos», una minoría siria turcoparlante que, dijo, son «hermanos étnicos» de los turcos, y de allí sale un flujo de refugiados turcomanos hacia la frontera turca, consignó la agencia de noticias EFE.

 

De hecho, Ankara convocó el jueves al embajador ruso para protestar por los bombardeos rusos contra turcomanos en la zona.

 

Erdogan dio por primera vez detalles de su versión del incidente de ayer, y reveló por primera vez que «el avión cayó en Siria, pero algunas partes alcanzaron suelo nuestro y por ese motivo hay dos ciudadanos nuestros heridos».

 

Hasta ahora solo se sabía que el avión cayó en el territorio sirio, a 4 kilómetros de la frontera turca.

 

Pero el canciller ruso, Serguei Lavrov, indicó a su vez hoy telefónicamente a su colega turco, Mevlut Cavusoglu, que el derribo del avión fue un «acto premeditado», y que su país «tiene información suficiente para confirmar que fue un acto planeado de antemano», según señaló en rueda de prensa.

 

«Algunos de nuestros socios que se pusieron ayer en contacto con nosotros nos dijeron que se trató de una evidente emboscada. Estaban esperando, al acecho, y buscaban un pretexto», dijo.

 

«No tenemos intención de combatir con Turquía, ya que la relación con el pueblo turco no ha cambiado. Los problemas los tenemos con las acciones de las actuales autoridades turcas».

 

Cavusoglu, por su parte expresó sus condolencias a Rusia por el siniestro del avión y la muerte de uno de los dos pilotos, aunque insistió en que el aparato fue abatido en espacio aéreo turco y no sirio, como mantiene la parte rusa.

 

Lavrov advirtió que su país se replanteará las relaciones con el actual Gobierno de Turquía, al que Vladimir Putin acusó ayer de asestar un «golpe a traición».

 

Luego dijo que la declaración del Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, sobre el episodio de ayer «encubre a la parte turca» y su carácter explícitamente personal revela una falta de postura común en la organización sobre el asunto.

 

Por último, el jefe de la diplomacia rusa sugirió que la gravedad del incidente aéreo pone en duda la continuidad de los acuerdos de Viena, concebida para que la ONU gestione un alto al fuego en Siria.

 

«Hasta que no se compilen la lista única de organizaciones terroristas a las que no se aplicará un régimen de cese de fuego, y la lista de integrantes de la delegación opositora (siria), será muy difícil continuar con el proceso de Viena», señaló.

 

Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, postuló una «solución política» para salir de la crisis a la vez que lanzó un llamado a la comunidad internacional para evitar una escalada de la tensión, y reveló que ayer habló con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, para aliviarla.

 

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