Es inminente el reinicio de las obras de la represa Baixo Iguaçu

El alcalde Capitão Leônidas Marques, Ivar Barea, anunció el viernes que se reiniciarán las obras de la usina Usina Baixo Iguaçu, entre ese municipio y Capanema, aguas arriba de la localidad de Andresito, sobre el río Iguazú. Las máquinas ya están listas para el reinicio efectivo de las obras.
La empresa Neoenergia debe será la encargada de retomar la construcción de la polémica represa, cuestionada por ambientalistas brasileños por el impacto que tendrá sobre el Parque Nacional Iguazú, del lado brasileño. En la frontera argentina también hay muchas críticas porque consideran que puede afectar el ecosistema del bajo Iguazú, que alberga nada menos que a las Cataratas del Iguazú, elegidas en 2011 como una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo.
La propia Justicia de Brasil revocó la licencia de construcción después de advertir que el ecosistema estaba en peligro, pero avaló el reinicio después de las presentaciones del consorcio constructor y la encendida defensa de los municipios, que tienen enormes expectativas por la contratación de mano de obra de la región.
En cuanto a las contrataciones, Neoenergía anunció que será a través de un cronograma establecido por la Agencia del Trabajador, en conjunto con la firma.
Ivar pidió «calma» ya que los contratos serán hechos de acuerdo a las necesidades de obra. La inversión está estimada en R$ 1,6 mil millones de reales. La usina tendrá una potencia de 350 megawatts, suficiente para atender el consumo de un millón de personas.
“En este momento de crisis financiera nacional y de retracción de la economía, es muy importante retomar las obras de esta gran usina, que genera empleos, renta y energía para Brasil”, sostuvo Ivar Barea.
Las obras de la represa estaban paralizadas desde junio del año pasado, cuando el mismo tribunal admitió una cautelar suspendiendo los efectos de la licencia ambiental emitida por el Instituto Ambiental de Paraná (IAP) hasta que el Instituto Chico Mendes (de Medioambiente de Brasil) emitiese una nueva autorización, lo que ocurrió el 8 de enero pasado.
La represa se instalará en un área próxima al Parque Nacional do Iguaçu, que es considerado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (Unesco). El año pasado, con las obras paralizadas por decisión de la justicia, la creciente del río Iguazú arrastró tierra y materiales e incluso se perdió maquinaría en el agua.
El proyecto de la usina prevé una capacidad de generación de energía de 350 MW y el anegamiento de un área de 1.359 hectáreas.
El mayor impedimento para la instalación de la represa es la proximidad con el Parque.
Se detectaron 53 posibles impactos ambientales causados por la instalación o la operación del emprendimiento, siendo 45 de naturaleza negativa y de esos, 29 considerados irreversibles.
Al constatar que los graves riesgos a los que el Parque Nacional do Iguaçu estaría sujeto, se establecieron 13 condicionantes para la autorización.
Sin embargo, además de los 13 condicionantes se pidió un estudio de impacto ambiental más profundo.
Pero en enero, el Instituto Chico Mendes de Conservação da Biodiversidade, a través de su presidente, Roberto Ricardo Vizentin, emitió la autorización ambiental para la represa.

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