Raiz regresa para la Copa Argentina de Wakeboard

Luego de un año de silencio, la banda de reggae regresa para ser parte de la Copa Argentina de Wakeboard el próximo lunes 7 en el Club de Río, en San Ignacio. ¿Por qué pararon? ¿Hacia dónde van? ¿Qué buscan? Para Matías Neris, voz y frontman de Raiz, no hay motivo para no hablar de ciertas cosas.

“La Jamaica misionera”, se escucha por ahí, y suena a autobombo local; pero nadie duda que tanto geográfica como culturalmente, si hay un lugar en esta parte del Cono Sur que despide aromas a reggae music, es Misiones. Además, no es autobombo, esa frase (casi grandilocuente en boca de un misionero), en realidad salió de la de Fauzi Beydoun, cantante de Tribo de Jah –la banda reggae brasileña por excelencia–, que en viaje por la Tierra Colorada, así la bautizó recordando a su São Luis de Marañhao, que también es denominada “la Jamaica brasileña”. Entonces, acá no se trata de vender humo, pero de que lo hay, lo hay.

Germinada en 2008, si algo caracteriza a Raiz es el haber encarado su carrera con un perfil profesional bien marcado, y desde sus inicios se nota que han ido por un carril diferente al del mero hobby y/o “amor al arte”. “Raiz es sinónimo de mucho trabajo y ensayo, siempre tomé, y tomamos, a la música con mucho respeto y responsabilidad”, relata Matías Neris, cantante y uno de los puntales originales de la banda. Casi un obsesivo de su labor musical, Matías reconoce que no está dispuesto a dejar pasar el tiempo y que su meta es “componer, componer y componer, no me cuelgo más” aclara, pero sin intentar justificar este año de silencio del que hablaremos en un párrafo más.

“Raiz es una banda que no se encasilla en el género reggae, aunque toquemos con esa influencia”, prosigue Matías, “preferimos pensar que son canciones, no levantamos las banderas del reggae ni miramos hacia Jamaica ni hacemos apología a nada. Somos misioneros y nuestras influencias, además de las musicales lógicas, que sí provienen de la isla o Inglaterra, también vienen de Brasil y toda la cultura de la Triple Frontera. Si soy de acá, no me imagino componiendo mientras pienso en Babylon”, prosigue con la misma seguridad y solvencia con que Raiz a cautivado a un público masivo cada vez que se subió a un escenario, y fueron muchas…

Allí radica, tal vez, uno de los motivos del parate de un año al que se vio sometida la banda. “Veníamos tocando mucho, y eso a veces genera inconvenientes con la vida familiar o laborar de cada uno de los músicos. Además acabábamos de grabar un gran disco del que todos estuvimos orgullosos, como que estábamos medio cerca de nuestro techo… `y ahora qué más`?, nos preguntamos, y justo hace un año, después de la fecha de Wakeboard del año pasado, decidimos parar un poco”.

Con esa misma responsabilidad a la hora de gestionarse, como de saber parar un poco cuando así lo consideraron necesario, Raiz se toma la cuestión compositiva. “Al comienzo todo era por amor a la música, contagiarle eso a la gente y hacer que el público baile, que siempre fue lo que buscamos, más que el aplauso final; pero ahora me doy cuenta de que todo va más allá también”, prosigue y recuerda que varios de los integrantes ya son padres, y eso genera un compromiso mayor en todos los niveles que uno pueda imaginar. “Imaginate esta secuencia: Cuando mi hijo tenía tres o cuatro años comenzó a escuchar la música de Raiz, se sabía varios temas y los andaba cantando por ahí. Eso me hizo sentir la gran responsabilidad de lo que uno hace o escribe. Hay que hacer las cosas todavía más en serio y consciente de lo que uno transmite”, y este escucha, que es víctima del bombardeo musical de intelecto menos diez al que nos someten día a día en el colectivo, en la oficina, en la vía pública o en la TV, no puede menor que agradecer esa actitud.

En esta nueva etapa Raiz está integrado por Matias Neris en voz y guitarra, Tony Acuña en bajo, Lito Dartois en batería, Seba Gensollen en teclados y Toky Ozuna en percusión, además de Marcelo Pérez como invitado especial. Así, con las guitarras y vientos cambiantes, la base de bajo, batería y guitarra rítmica permanece incólume. Hoy el sonido sonará seguramente más crudo y no será fácil reemplazar la guitarra de Chama, por lo que Matías deberá desdoblarse para suplir esos solos filosos. “Por suerte contamos con un amigo del alma como Marcelo Pérez, que en calidad e invitado es casi otro Raiz. Él meterá vientos, y eso nos dará un plus de sonido espectacular. El Abuelo es como Messi, le dejamos una pelota picando y te arma un jugadón”.

Las incidencias acerca de cómo una banda grabó el disco generalmente quedan en el círculo íntimo, y más aún si hablamos de un contrato con una disquera multinacional. Para los Raiz, absolutamente orgullosos de cómo lo lograron, no hay…

 

Porqué no hablar de ciertas cosas…

“A Ricardo Tapia (productor de Reggae Misionero, su disco editado en 2013 y creador de La Mississippi Blues Band) lo conocimos una vez que tocamos en Puerto Piray como soportes. Piray es una ciudad muy rockera, se hacen eventos y la gente va y nos llamaron varias veces a tocar. Allí intercambiamos discos y nada más, pero nos comentó que también se dedicaba a grabar bandas, que tenía buenos contactos y le gustaría trabajar con nosotros”.

En ese tiempo Raiz tenía un dinero ahorrado producto de la maratón de fechas, así que sólo fue cuestión de que los cometas se chocaran una vez más, y lo hicieron. “Siempre habíamos soñado con que nuestro disco debut (antes habían grabado un demo con Osvaldo de la Fuente) sea algo súper profesional, así que decidimos invertir nuestros ahorros en esta oportunidad que nos dio Ricardo, así que logramos que coincidieran los tiempos laborales y familiares y nos embarcamos rumbo a los estudios TAFARI, en Buenos Aires”.

Con el master bajo el brazo, Tapia los conectó con Universal Music, que los fichó y compró los temas. “En ese entonces no teníamos idea de cómo hacer para distribuir nuestro disco, así que la oferta de Universal de hacerse cargo de eso a cambio de un porcentaje del disco no nos pareció mala. Podría sonar descabellado, pero no nos arrepentimos de nada. Si lo editábamos nosotros no sé que hubiese pasado, pero hablando con gente de confianza y muy experta, como el Pato García, nos dijo que estuvo perfecto que lo hayamos hecho. Estar en una multinacional nos abrió las puertas a poder estar en lugares que nunca hubiésemos imaginado. Hoy Raiz es una banda profesional, y lo próximo que hagamos tiene que superar a lo anterior.

Así, ese tema tan controversial para muchas bandas, y que hoy tanto se debate como es la independencia o no, para Raiz no fue ningún tabú. “Nosotros grabamos el disco que quisimos con el productor que quisimos y de la manera que quisimos, y el resultado nos pareció excelente. Luego le cedimos una parte de los derechos a una compañía gigante, como Universal, y ellos se encargaron de que nuestro disco esté en todos lados. Seguro no nos haremos ricos porque nuestros discos estén en las disquerías, y Musimundo hoy vende heladeras, pero que tu material esté en las bateas o iTunes o Spotify es un orgullo y una satisfacción que no te quita nadie”.

¿Lo volverían a realizar de la misma manera? Claro, ya tenemos todos los contactos, cuando tengamos material nuevo es sólo cuestión de levantar el teléfono y decir “Hola Ricardo, Hola Universal, somos Raiz y seguimos adelante”.

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