Con la fuerza del  amor y la pasión del trabajo, emprendieron una travesía para llevar a un bebé y a su mamá Mbya a control natal

 

La historia transcurrió el viernes 6 de noviembre en la aldea Saracura, que esta 28  kilómetros monte adentro de Aristóbulo del Valle;  para llegar hasta la aldea Jorge PauluK,  chofer del Ministerio de Salud Pública en Oberá y Lidia Mareco Promotora de Salud por el Programa Nacional Médicos Comunitarios, tuvieron que sortear los obstáculos que se cruzaban en su camino (intensa lluvia y caída de granizo) para llegar a buscar a una mamá y su bebe Mbya Guaraní para traerlos al control natal.

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Jorge  y Lidia  fueron hasta la aldea a buscar a  Ana castillo y  su bebe. Todo transcurría normalmente ese día hasta el momento en que reciben un mensaje de la Dirección de Salud Indígena del Ministerio de Salud Pública, avisando que  había nacido un bebe  hace cuatro días en la Aldea Saracura, a 28 kilómetros  de Aristóbulo del Valle,  y que había que ir a buscarlo con la mamá para hacerle los controles natales a ambos y  “teníamos que aprovechar que venia el chófer de Oberá, con la camioneta 4 x4 para entrar hasta la aldea. Cuando salimos de Aristóbulo el día estaba lindo, pero a medida que avanzábamos camino adentro a la aldea, el clima fue empeorando cada vez más y a mitad de camino nos agarro una tormenta con granizo  y ahí comenzamos hablar con el chófer de como íbamos a hacer, porque con la camioneta no íbamos a llegar hasta la aldea”, recordó Lidia Mareco.

Jorge contó que cruzaron el arroyo Saracura con el agua hasta la altura del capo de la camioneta, y que en ese momento recordó que por ese camino estaba Don Vázquez, un conocido que podría ayudarlo. “Me acorde de Don Vázquez y pensé en pedirle el tractor para llegar hasta la aldea y traer a la mamá y el bebe”.  Y así fue, llegaron hasta la chacra de Don Vázquez  le pidieron  el tractor con el acoplado y bajo la lluvia torrencial salieron  rumbo a la aldea  a cumplir su misión. La misión que se lleva en el alma que supera cualquier compensación económico y  que va más allá del amor humano sino más cerca del amor divino por el prójimo, donde no importa poner en riesgo su vida, su salud con tal de traer a control natal a esa pequeña vida  y  a su mamá.

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“Son esas cosas que se hacen y no se piensan, el objetivo era llegar y así lo hicimos”, dijo la promotora y recordó “además tenemos un acuerdo con los promotores que viven en las aldeas que a cualquier hora o cualquier día que necesiten asistencia sanitaria que nos manden un mensaje y allí estaremos”.

Después de 40 minutos en tractor llegaron a la casa de Ana Castillo en la aldea Saracura. Encontraron a la mamá y al bebe en buen estado,  “la bebe pesaba unos 2.900 kilogramos y es una nena hable, con la mamá y la apure para que venga hacerse los controles con el bebe y a ponerle las vacunas. La convencimos y la trajimos acompañada de su esposo, Jorge le presto un abrigo impermeable para tapar al bebe, que no se moje la subimos en el acoplado del tractor y emprendimos el viaje hasta llegar a la camioneta y de ahí no paramos hasta el hospital de Aristóbulo del valle  donde la dejamos”, relataron Lidia y Jorge.

Luego cada uno volvió a continuar con su trabajo donde todos los miércoles visitan la Comunidad Saracura y ayudan a la los profesionales a realizar los controles, “eso es lo que aprendimos cuando vamos a las capacitaciones de que la salud lo hacemos todos, desde el chófer hasta el médico, estamos todos involucrados y todos tenemos que darnos una mano”, finalizó  Jorge, el relato de una historia cargada de aventura y travesía,  pero por sobre todo de amor al prójimo y respeto a nuestra cultura originaria.

 

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