Sobran 33 millones de argentinos

Hoy somos 43 millones de argentinos, y claramente, para el excluyente y genocida modelo económico neoliberal, solo hay lugar para 10 millones de argentinos.
Esa cruda afirmación, puede parecer exagerada, o infundada, o “conspiranoica”, a mentes desinformadas o a espíritus muy crédulos de los “pensamientos políticamente correctos”, difundidos por los organismos de difusión que son meros repetidores de los intereses de los poderes concentrados; pero es el fiel reflejo de la realidad, demostrada por la historia y los hechos.
Esos órganos de difusión del poder concentrado, están alineados con los grupos del poder financiero transnacional. Buscan subordinar a los Estados.
Esa Argentina excluyente para no más de 10.000.000 de habitantes es el fiel reflejo del pensamiento y de las consecuencias esperables, del accionar de las minorías que desde nuestra independencia, pretendieron manejarnos como gerentes al servicio extranjero, de la factoría dócil carente de soberanía y dignidad nacional, que en largos períodos de nuestra historia, lamentablemente ha sido la República Argentina.
Pretenden que Argentina vuelva a ser un país-estancia, o más precisamente, una estancia con formalidades superficiales de nación pseudo independiente. Con las acertadamente llamadas -por el Dr. Julio Carlos González- “independencias cromática y musical” (himno y bandera), pero con subordinación clara e inapelable a los poderes e intereses neo imperiales.
Realidad lamentable y cruel, que no entienden sectores muy confusos de las clases medias; que no les importa a marxistoides de diversos pelajes sin noción de patria y anclados en “profecías” de Marx del siglo XIX; y que no pueden llegar a comprender los muy confusos “patrioteros de bandera” con las mentes condicionadas por los cursos formateados por la Escuela de las Américas (la misma que formó a muchas camadas de uniformados como buenos patriotas … norteamericanos; pero siempre hay muchas honrosas excepciones).
Las grandes estancias (y las no tan grandes también), usualmente se manejan con muy poco personal, en general muy mal pago y muchos en negro (empleo informal). Eso mismo hacen los liberales cuando se apropian del poder.
Muchos patronos al estilo de la ultra conservadora Sociedad Rural, añoran los “tiempos de la república” (léase de apogeo de la oligarquía campera), en las que los peones eran simples piezas humanas descartables, carentes de derechos y sometidas a la voluntad omnímoda de la figura feudal del “patrón”, el señor con poder total en su feudo campero, poder en muchos casos brutal y deshumanizado que llegó a sostener el infame “derecho de pernada” sobre las jóvenes de su feudo-estancia; repitiendo con ello los brutales “derechos” de los reyezuelos medievales europeos.
Es de recordar que en la “década infame” (1930-1943), en la cual el vicepresidente “Julito” Roca –no el General Roca- exclamó muy orondo que “Argentina es la joya más preciada de la corona de su ‘graciosa majestad’ ” (la británica), en esos mismos penosos y aciagos años, el abogado de empresas británicas y varias veces Ministro de Hacienda de gobiernos liberales-oligárquicos, Federico Pinedo, expresó con brutal desparpajo que “la población de Argentina no debe exceder de 10 millones de habitantes, para mantener la relación de cuatro cabezas de ganado por habitante”.
¡Cero criterio de grandeza nacional y mediocre concepción de desarrollo, pretendiendo condicionar el necesario crecimiento poblacional a las necesidades de la oligarquía vacuna, y estancar las existencias de ganado, en vez de multiplicarlas en nuestro enorme territorio continental! Esa concepción mediocre predominó en las dirigencias camperas –usuales asaltadoras del Poder Institucional Nacional, por medio de golpes de Estado-, pues las existencias de cabezas de ganado vacuno se estancaron por décadas, mientras que Brasil las multiplicó y nos superó ampliamente como exportador mundial.
Claro está que ese conspicuo ministro de las oligarquías y a la vez asesor de empresas británicas (al mismo tiempo, sin vergüenza ni ética alguna), el mismo junto al por entonces Ministro de Agricultura y Ganadería, Luis Duhau, o sus entornos, fueron los principales sospechosos instigadores del nunca aclarado asesinato en el Congreso Nacional, del Senador Enzo Bordabehere, que se inmoló para proteger a su amigo y compañero de bancada Lisandro de La Torre, temible denunciador público de los negociados y estafas al Estado Argentino, por parte de los frigoríficos británicos, que por entonces (años ’30) eran oligopolios de la exportación de carnes.
Ahora de nuevo, los mismos pensamientos retrógrados y antinacionales, en muchos casos con los mismos apellidos y las mismas personas que en los siniestros años ’90 destrozaron a Argentina y la pusieron al borde de la disolución nacional –al estilo de Yugoeslavia, como propugnaban intelectuales del poder neocolonial de EEUU y la Unión Europea-; esos mismos personajes pretenden imponer las mismas medidas de genocidio económico-social y de pisoteo de la soberanía nacional…¡pero claro está, envuelta en formatos “simpáticos” con globitos amarillos, caras sonrientes, mensajes huecos de “paz y amor” y ocultamiento de los objetivos reales buscados por los sectores recalcitrantes del neoliberalismo local, alineados y subordinados a los mismos poderes neocoloniales que nos quieren envolver con “tratados de libre comercio” y otras maniobras que en los hechos –de ser implementadas- provocarán miseria, desocupación, desindustrialización acelerada, destrucción sistemática de los entes tecnológicos, y caos social a escalas mayúsculas, como ya lo hemos padecido, con los mismos personajes como orquestadores visibles o en las sombras, en los años ‘90.
Ese país – estancia, en los hechos colonia dócil, que nos quieren imponer, solo contempla el “país central” de la Pampa Húmeda y poco más. Sus mentores ni conocen el resto de nuestra geografía, tal como su “gerente presidenciable” desnudó al prometer “un puerto para Santiago Del Estero”, y otro de sus referentes, se refirió burlona y agresivamente a los “desconocidos del interior, que pueden querer llegar al gobierno” (conceptual, no textual la frase).
Ese país enanizado y primarizado (solo economía primaria, sin industrias ni tecnología propias), solo puede dar trabajo, de regular o mala calidad, a no más de 10 millones de argentinos, tal como impúdicamente lo expresan sus mentores económicos.
¡En ese esquema, sobramos 33 millones de argentinos!

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