Ismael Omar Mostefai: de criminal común a autor de los atentados de Francia

Ismael Omar Mostefai, el único de los siete atacantes identificado después de los atentados del viernes pasado, era un delincuente común, condenado en repetidas ocasiones por delitos de poca monta, que sin atraer la atención de las autoridades se radicalizó hasta protagonizar uno de los peores atentados de la historia de Francia.
Nacido en Courcouronnes, a unos 30 kilómetros al sur de la capital francesa, el 21 de noviembre de 1985, este padre de familia de antepasados argelinos, tenía dos hermanos y dos hermanas, y era un viejo conocido de la policía gala, pero no un sospechoso de estar ligado a organizaciones radicales islamistas, ni locales ni extranjeras.
Mostefai había sido condenado ocho veces entre 2004 y 2008 por delitos criminales común, como conducir sin licencia u otros vinculados al tráfico de estupefacientes, ambos hechos muy menores en comparación a la toma de rehenes y la masacre que el viernes pasado protagonizó junto a otras dos personas en el teatro de Bataclan durante un concierto.
Le delató un pedazo de su dedo que sobrevivió a la explosión y que los investigadores encontraron en el teatro. Rápidamente cotejaron su huella con los registros judiciales del sistema de control de tráfico.
Mostefai -según relataron al diario local Le Monde sus vecinos en Chartres, al sur de París- parecía haberse tranquilizado tras el nacimiento en 2010 de su hija.
El diario Le Monde cita fuentes de la investigación para sostener, en cambio, que el joven parisino se había ausentado varios meses de su casa para irse a pelear a Siria, donde varios grupos armados islamistas radicales, entre ellos el llamado Estado Islámico (EI) que reivindicó los ataques de París, intentan derrocar al presidente Bashar al Assad.
Según estas fuentes judiciales, Turquía, país lindante de Siria y el punto de ingreso más utilizado por los islamistas para entrar a esa guerra, habría registrado el paso del joven en 2013.
Los servicios de seguridad volvieron a dar con él meses después, en 2014, al investigar a un pequeño grupo de islamistas radicales en Chartres, dentro del cual estaba considerado entonces «como un simple miembro».
«La cuestión que se plantea hoy es saber si existe una filial en Chartres o si Mostefai era un individuo aislado relacionado con redes belgas y otras», explicó a Le Monde el alcalde de esa ciudad, Jean-Pierre Gorges.
El asaltante frecuentaba una mezquita de Lucé, en los suburbios de esa localidad, donde habría estado bajo la influencia de un islamista radical, nacido en Marruecos y residente en Bélgica, que había ido en varias ocasiones a la zona.
Los invesigadores, según el diario local Journal du Centre, no descartan que su hermano fuera otro de los atacantes que irrumpieron en el teatro parisino, pero el estado en el que quedaron los cuerpos después de que se inmolaron no ha permitido confirmarlo todavía.
En tanto, su padre y un hermano, además de otras cinco personas de su entorno, fueron detenidos y están siendo interrogados a las afueras de París en las instalaciones de la Subdirección Antiterrorista, para determinar si conocían sus planes o si pueden explicar cómo se radicalizaron.
Esa es ahora una de las principales incógnitas que Francia debe develar si quiere evitar una nueva noche sangrienta y violenta como la del viernes pasado.

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