La preocupación, la baja autoestima y el temor, son como flechas malignas que debemos arrancar de nuestras vidas. En mayor o en menor medida esto se manifiesta en la mayoría de las personas, pero Dios en su Palabra nos da consejos para vencerlos y para vivir la vida plena que Él quiere que tengamos.
Veamos algunos de los dardos que atacan nuestras vidas:
1) LA PREOCUPACIÓN.
Mateo 6:25 “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?”
Es el mandamiento más quebrantado por los cristianos. El diablo quiere tentarnos con este pecado, la preocupación ansiosa. Si falla con la tentación de la avaricia, intentará hacernos caer en la ansiedad.
El rico se preocupa por lo que tiene, el pobre por lo que no tiene. Ataca tanto al joven como al anciano. El joven se preocupa por la vida, el anciano por la muerte. Es tan común la ansiedad, que no nos sorprende que el Señor haya dado tantos consejos al respecto.
La frase: «No os afanéis» está mejor traducida como «No se preocupen». La expresión significa una preocupación desmedida por los medios de vida, que ha degenerado en ansiedad, esto es, ansiosa inquietud, o preocupación.
Jesús no se refiere a la prudente previsión, que es esencial en una vida bien ordenada. Tampoco está defendiendo una actitud de negligencia. Lo que prohíbe no es el cuidado sino la exagerada preocupación como por ejemplo lo demostró Marta en Lucas 10:40 “Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. (41) Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas…”
Es decir que suceda lo que suceda, no debemos preocuparnos ansiosamente porque LA PREOCUPACIÓN ES FALTA DE FE.
Mateo 6: 30-31 “Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?»
Tenemos la tendencia de quitar importancia a la ansiosa preocupación. Pero para Jesús era una pecaminosa falta de fe en su Padre. Describe al ansioso como un «hombre de poca fe», y ésta no es una debilidad simpática, porque «sin fe es imposible agradar a Dios».
2) LA BAJA AUTOESTIMA.
Éxodo 3:11 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?
Vemos en la biblia varios personajes que tienen dudas de su idoneidad. La baja autoestima evidentemente es algo muy común pero cada uno, lo maneja como puede. Y esto es sin dudas una flecha maligna clavada en el corazón de muchos cristianos. Sentirse poco o nada.
David, el rey, pregunta cuatro veces: ¿Quién soy yo para hacer esto…?. La baja autoestima estuvo también en Gedeón
Jueces 6:16 “…¿cómo voy a salvar a Israel? Mi clan es el más débil de la tribu de Manasés, y yo soy el más insignificante de mi familia.” (NVI)
El problema no es Dios, SI NO OCURREN HECHOS SIGNIFICATIVOS EN NUESTRA VIDA Y SI NO DESARROLLAMOS PLENAMENTE NUESTRA POTENCIALIDAD, ES PORQUE NOS DEJAMOS CONVENCER DE QUE NO PODEMOS.
Pero con la ayuda de Dios, Gedeón lo logró y nosotros también podemos lograr cosas buenas y grandes en la vida.
3) EL TEMOR.
El temor puede ser una de las flechas clavadas en nuestro interior y va a determinar muchas cosas en nuestra vida. El origen de este problema puede ser originado en la más tierna infancia, en eventos que generaron tremenda inseguridad o peligro.
Josué 1:6 Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.
Josué 1:7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.
Josué 1:8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Josué 1:9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
En mayor o en menor medida el temor puede estar en todas la personas. Los consejos que Dios le dá a Josué para vencer el temor:
- Que recuerde la seguridad de sus promesas.
Notemos que el versículo seis dice: “tu repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que les daría”. La tierra que Dios mandó a conquistar fue una tierra que Él ya había prometido a Abraham. Las promesas de Dios fortalecerán tu vida.
- Que busque el poder de su palabra.
Dios le dice a Josué que debía “obrar conforme a la ley”, “no podía apartarse ni a diestra ni a siniestra”, “nunca debía apartar de su boca el libro de la ley”, “debía meditar en la ley de noche y de día”, por ultimo “debía guardar todo lo que estaba escrito”. En resumen Dios le estaba diciendo a Josué que el antídoto contra el espíritu del temor es el poder de su Palabra (leer la Biblia).
III. Que se fortalezca con la certeza de su presencia.
Dios le prometió a Josué estar con él de la misma manera como estuvo con Moisés (Josué 1:5). También Dios prometió estar con el dondequiera que el fuera (Josué 1:9). Josué no solo contaba con las promesas y el poder de la palabra de Dios, sino que también tenía la seguridad de la presencia divina, la cual le acompañaría donde quiera que fuera.
¡Y de la misma manera Dios ha prometido estar con nosotros! Todas las maravillosas promesas que están en su palabra, son para los hijos de Dios.
Que Dios te bendiga y tengas una semana de victoria!
Pastor Guillermo Decena, Centro Familiar Cristiano Eldorado.
Prédicas en vivo los miércoles y viernes 20 hrs y domingos 19.30 horas, a través de http://cfceldorado.org/
