Calcinado en el baúl: ponen en la mira a un carnicero de Oberá por el crimen

Un carnicero de Oberá quedó en el centro de las pesquisas en la causa por la muerte del hombre al que encontraron calcinado dentro del baúl de un auto en las afueras de Alem el viernes pasado.
El fallecido, para los investigadores es Nicolás D’Amico, de 34 años. Sin embargo, para confirmarlo falta la realización de un cotejo de ADN, ya que el estado en el que se encontraba el cadáver impidió la identificación de la víctima.
El lunes, la Policía provincial y la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas allanaron un abasto de carne situado en la Capital del Monte.
Los detectives llegaron hasta allí porque el rastreo satelital del auto de D’Amico indica que estuvo allí el viernes a las 17.44. Fue el último día que lo vieron con vida. Además, porque el negocio era uno de los clientes del vendedor, que representaba en la provincia a una firma cárnica de la ciudad de Lobos, provincia de Buenos Aires.
D’Amico vivía en Alem. Se instaló allí hacía medio año. Desde esa localidad se movía por toda la Zona Centro, hasta Aristóbulo del Valle.
El dueño del comercio allanado dijo que conocía a la víctima, incluso admitió que tenía una deuda de 350 mil pesos con él. Sin embargo, aseguró que el viernes le abonó 120 mil. Pero no había comprobantes de ese pago en el abasto.
En el negocio, los investigadores secuestraron equipos informáticos, varios teléfonos celulares y documentaciones
La jueza de Instrucción Selva Raquel Zuetta estuvo al frente del procedimiento y por ahora no ordenó ninguna detención.
La magistrada pidió a una empresa de rastreo satelital que informe por qué no aparecen registrados los últimos movimientos del Volkswagen Bora que conducía el vendedor asesinado.
También informes a una empresa de telefonía celular para conocer las llamadas entrantes y salientes, además de los SMS que la víctima recibió y envió en las horas previas al homicidio.
Están en la provincia familiares de D’Amico. Se les extraerá muestras para un cotejo de ADN, a fin de corroborar la identidad del cuerpo calcinado hallado en el baúl del Bora, que dejaron abandonado a unos 1.500 metros de la ruta nacional 14, camino al paraje El Chatón.

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