Quien decida aprovechar los espacios recreativos de la costanera posadeña en la zona del centro de frontera podrá observar que muchos posadeños y encarnacenos deciden atravesar el muro que delimita la zona para acceder al puente internacional San Roque González de Santa Cruz a través de un hueco, donde está previsto que en un futura monten un portón para el acceso del personal de Aduanas y Migraciones y que además oficie de salida de emergencia en caso de que haya que autorizar el ingreso o egreso de una ambulancia.
La odisea cruzar por donde se pueda implica varios riesgos, entre ellos caminar en un sector de obras o la de esquivar alambradas. Cientos de personas diariamente deciden arriesgarse para poder tomar el tren o el colectivo internacional.
El nuevo centro de frontera que construye la Entidad Binacional Yacyreta (EBY) en la cabecera posadeña del puente no incluye ningún acceso rápido para peatones, lo que obliga a los que no cruzan con vehículos a pasar por lugares no aptos.
Actualmente solo se puede ingresar en algún vehículo particular o tomando el servicio de transporte público que implica recorrer toda la costanera desde la cabecera del puente hasta el arroyo Zaimán y regresar por el acceso de tránsito pesado.
En un futuro, cuando se concluyan las obras del acceso vehicular desde la avenida Cabred, se habilitarán dos sendas peatonales para que se pueda acceder o salir caminando de la estación de trenes (que incluirá en un futuro al servicio interurbano Garupá-Posadas).
Sin embargo, esta opción implica un larga caminata, que viendo la experiencia de los puentes peatonales que hay en la provincia, no será la más elegida por los que deban andar de a pie.
Queda abierto un interrogante: cómo concientizar a los peatones para que dejen de cruzar por los lugares inadecuados para usar los espacios habilitados.
