Julieta Mena fue asesinada a golpes de puño y patadas en Ramos Mejía. Muchos de los golpes estaban focalizados en la zona genital y esto no sería casual ya que la víctima estaba embarazada de dos meses y medio, situación conocida por su novio. Marcos Mansilla, pareja de Mena está imputado por femicidio. Él mismo aceptó que sabía que su novia estaba embarazada y no estaba de acuerdo.
«Al llegar la vi a Julieta estaba tirada en el piso con la ducha abierta, vi que no respiraba. Me asusté me fui a Ramos a ver a mi hermano, como no estaba me fui a tomar un micro hacia Santa Fe», declaró mansilla frente al fiscal del caso.
Marcos Mansilla fue indagado por el fiscal esta semana y si bien se declaró inocente dio una serie de pistas sobre su relación con Julieta y cómo fueron los momentos previos al feroz ataque. La presunta pelea con travestis por drogas, el embarazo no deseado por él y la relación con la familia de su novia. Detalles y la reconstrucción de un crimen brutal.
Uno de los datos que sorprendió en las últimas horas fue que Julieta estaba embarazada al momento de su asesinato. Sin embargo, para el fiscal, e incluso para el acusado, no se trataba de un dato nuevo. Carlos Arribashabía comprobado mediante un médico legista que la joven de 23 años estaba embarazada de dos meses y medio.
En la indagatoria cuando el fiscal hace referencia al embarazo, Mansilla «sabía que estaba embarazada», pero no quería que Julieta lo tuviera.
«Yo no estaba bien económicamente, no quería , ella me dijo que se iba a hacer cargo, yo le decía que no se podía tener una criatura así (…) Julieta quería tenerlo, pero yo no», relató el acusado y contó que finalmente la había convencido para que se realizara un aborto: «Ella entró en razón y se lo iba a sacar».
Este miércoles, el abogado de la familia de Julieta, Julio Torrada, se acercaron a la fiscalía para presentar una serie de mensajes de voz de Whatsapp del momento previo al ataque donde no sólo ubica a Mansilla en el lugar del hecho sino que hacen alusión a una discusión previa por el embarazo de Julieta. Fue el propio fiscal quien le confirmó a la familia que Julieta esperaba un bebé.
Durante la indagatoria el acusado alude en más de una oportunidad a que estaba «drogado y alcoholizado antes de que Julieta llegue». «Me acuerdo poco y nada.Comúnmente a veces no tengo noción del tiempo, recuerdo pocas cosas», agrega.
Otra de las claves de la declaración de Mansilla es cómo se posiciona él frente a la relación con Julieta a quien denominaba «Juli» y»Lechoncito».
«Ella me celaba mucho», explicaba y así justificar las constantes peleas que tenían. «Nos llevábamos ahí nomás. Ella también pensaba que no andaba bien la relación y que andaba alguien atrás de todo esto», dijo Mansilla. Desde hacía un tiempo Julieta se había ido a vivir a lo de la mamá pero de vez en cuando volvía a la casa que compartía con él.
Asimismo, el acusado definió las discusiones y los forcejeos que tenían como «normales». «Ella me empujaba»,justificó.
Sus marcas en las manos
En cuanto a los múltiples golpes que tenía en sus manos, el acusado aludió a una pelea con travestis donde explicó que antes de que llegara Julieta a la casa: «Me fui a comprar cocaína a unos travestis que no me quisieron vender y nos agarramos ahí. Me quisieron pegar y yo también les pegué, les saqué la merca y me fui».
«Miré si respiraba y no respiraba, tenía la cabeza sangrando», agregó.