Médico posadeño, del quirófano infantil ahora a pintar «para olvidar el mundo»

El doctor Carlos Vedoya ya está jubilado de la profesión de cirujano infantil, que ejerció en el hospital de Pediatría «Fernando Barreyro» durante muchos años, llegó a ser jefe del sector «Plástico y quemados». Contó que en el 2005 sufrió un estrés importante que lo llevó a un tipo de surmenage, “me enviaron al psiquiatra y me recomendó que era inminente que hiciera algo, hice algo y fue casualmente un cuadro al óleo, me servía como terapia y es cierto es mucha terapia, empecé a hacer cuadros y más cuadros y sigo haciendo hasta ahora”, agregó.

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Entrevista al doctor Carlos Vedoya. (Audio Misiones on Line).

El doctor Vedoya, entrevistado en su domicilio después de haber inaugurado su muestra en el Paseo 220 el viernes a la noche, se confesó admirador de Zygmunt Kowalski, Diego Rivera y Mandové Pedrozo, de los cuales hace imitaciones de algunas de las obras que más le gusta.

Comenzó a pintar como pasatiempo, como terapia recomendaba, además le colocaron una válvula cardíaca, «se me achicaba el corazón», graficó para justificar la intervención que no fue una cirugía,  y ahora pinta de todo, lo que se le ocurre, paisajes, flores, frutas, animales, muchos caballos, con los colores y el pincel, aprovecha la quietud de la madrugada inspiradora para llevar su imaginación a los cuadros.

Hizo muchas obras pictóricas, con o sin marcos hasta casi llenar las habitaciones de la casa, más de cien que los ubicó en las paredes hasta el techo del taller, la sala de estar, en el dormitorio, o apilados en algún rincón de la casa, hasta que quien lo acompaña y comprende este hobby, su esposa Marcela Centurión, al ver esta situación le dijo “si seguís así vas a tener que hacer una nueva habitación o llevar a una exposición y vender”, y es lo que hizo.

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La técnica para pintar aprendió solo, aunque en principio iba a clase con una profesora una vez por semana, “fui dos veces pero después nunca más, no aprendí nada, llegaba y me decía dibuje y pinte”, después comenzó a investigar qué podía haber en internet, hasta que “aprendí a pintar por computadora, le seguía al ruso Igor Zarjarov y el ucraniano Oleg Buiko, muy buenos con ellos aprendí mucho pese a que no entendía los idiomas”.

Vedoya llevó 59 óleos al Paseo 220 ubicado en Gobernador Roca casi Costanera, (ex Escuela Nº 220), e inauguró la muestra el pasado viernes a la noche, donde permanecerá a consideración y crítica de los visitantes hasta el 1º de noviembre.

En sus pinturas predomina la vegetación; flores y paisajes, muchos caballos; además de bodegones (naturaleza muerta) y una imitación de Vincent van Gogh.

Reconoce que le gusta pintar los caballos porque le hace acordar su niñez en campos correntinos, pasando el Arco, donde “los peones me hacían bromas, le quitaban el freno al caballo y le pegaban en el anca y el caballo salía al galope, tenía que agarrarme por el cuello o me caía”, comentó esta anécdota de su infancia riéndose.

Pintar   “te olvidás del mundo”, dijo, al ser consultado si en su profesión vio cosas que le afectaron o le provocaron mucho dolor dijo que no, “me afectaba por el chico, por lo que le estaba pasando, pero para operar lo mandaban calmado con una dosis de analgésico”.

Asegura que pese a que no tiene más donde poner los cuadros, serguirá pintando, “por supuesto, es una terapia».

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