El ingenio de San Javier apunta a producir biocombustibles

Aseguran que el etanol es una opción válida para elevar la rentabilidad del ingenio de San Javier, ya que su precio duplica al del azúcar y su costo de producción es inferior. Se están completando las autorizaciones para poder operar con los químicos necesarios para la elaboración del etanol. La producción tiene mercado asegurado ya que las petroleras están obligadas a cortar las naftas con biocombustibles.

La producción de azúcar atraviesa en los últimos años una de sus crisis más severas. Con un tipo de cambio poco favorable para la exportación, la mayor parte de la producción de los grandes ingenios  tucumanos se volcó al mercado interno provocando un desplome en los precios. Para enfrentar esa coyuntura poco favorable, el Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial (Ifai) apuesta a la diversificación para elevar la rentabilidad del Ingenio de San Javier y los biocombustibles aparecen como una de las opciones más atractivas, ya que hay mercado asegurado para su comercialización y los precios están en alza, en sintonía con los valores de las naftas.

La idea de diversificar la producción de la planta fue planteada por el propio gobernador Maurice Closs en reuniones de trabajo mantenidas con intendentes de la cuenca cañera y el titular del Ifai, Ricardo Maciel. Una de las primeras opciones en las que se pensó fue el etanol, a partir de que el estado nacional se propuso promocionar su producción para diversificar la matriz energética del país, altamente dependiente de los hidrocarburos. Para ello la secretaría de Energía de la Nación primero obligó a las petroleras a mezclar las naftas con biocombustibles y recientemente elevó el porcentaje mínimo de la mezcla, de 8 a 10 por ciento. El principal objetivo de esa medida es achicar las importaciones de combustibles que el año pasado se llevaron 13 mil millones de dólares.

Según indicó el administrador del ingenio de San Javier, Ramón Pereyra, en diciembre pasado se completaron con éxito las primeras pruebas de producción de biocombustibles, pero aclaró que todavía no se pueden volcar a la producción a escala porque antes necesitan una autorización de la secretaría de Energía de la Nación para poder operar con químicos necesarios para convertir al alcohol en alcohol anhidro, un producto de mayor concentración.

“Ese trámite ya está muy avanzado, diría que en un 85 por ciento. Una vez que tengamos eso solo nos resta pedir que la secretaría de Energía nos asigne un cupo y ya nos largamos a producir”, explicó.

Afirmó que el biocombustible ofrece una rentabilidad mucho mayor que el azúcar. Detalló que producir un kilo de ese producto alimenticio le cuesta al ingenio 6,20 pesos, dos pesos menos que el precio al que se vende el azúcar tucumana puesta en Misiones. “Nuestro producto es más natural, de mejor calidad, por eso se vende, pero no tenemos rentabilidad”, dijo.

Los números del mercado de biocombustibles son bastante más alentadores: las petroleras pagan entre 13 y 14 pesos por litro y el costo de producción es hasta 10 por ciento menor que el de elaborar azúcar.

JRC EP

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