Empresarios compartieron experiencias en el cierre de las Jornadas Nacionales de Administración

Un panel integrado por cuatro emprendedores exitosos fue el broche de oro de las sextas Jornadas Nacionales de Administración, que se desarrollaron el viernes y sábado en el Centro de Convenciones y Eventos de Misiones, en Posadas. Participaron Sally Buberman, cofundadora de Wormhol, una empresa dedicada al software para capacitación y educación; Fernando Quesada, gerente general de Kelcot SA., una empresa del sector químico industrial destaca por su nivel de innovación y los empresarios misioneros Diego Brunoy Jorge Florentín, ambos de Puerto Iguazú.

Luego de dos intensas jornadas de trabajo que incluyeron las disertaciones magistrales de Facundo Manes, neurocientífico; Bernardo Kliksberg, uno de los investigadores más reconocidos en materia de responsabilidad social empresarial y Eduardo Kastika, gurú de la creatividad y la exposición, análisis y debate de 16 trabajos realizados por especialistas de las ciencias económicas de diez consejos profesionales Argentina y dos de Brasil, llegó el cierre de las jornadas que estuvo a cargo de un panel de empresarios que relataron sus experiencias y compartieron información de valor con un auditorio integrado casi exclusivamente por profesionales y emprendedores.

Minutos antes de participar de dicho panel, Sally Buberman dialogó con Misiones Online e intentó explicar cómo hizo para que su empresa pasara en menos de diez años, de ser una micropyme con cuatro socios, cuatro aguinaldos y cuatro computadoras de escritorio como único capital inicial, a tener oficinas en tres países y clientes en toda Latinoamérica.

“Emprender en tecnología y particularmente en software tiene muchas ventajas en comparación a quienes emprendieron en otros sectores que requieren industria o maquinaria. Con una simple computadora podes empezar y con muy poquitos ingresos lográs mantenerte. Así fue nuestro caso, no teníamos un peso éramos cuatro amigos con ganas de hacer, teníamos un par de computadoras. Con nuestros aguinaldos nos decidimos a dar ese paso al vacio y salimos a buscar clientes y a tratar de que un cliente le avisara a otro, así empezó la rueda y hoy 8 años después acá estamos”, resumió.

Cuando Buberman dice “acá estamos” se refiere a que lograron consolidar la empresa  y hacerla internacional, que fue uno de los objetivos desde el inicio. “Como la tecnología no tiene fronteras, pensamos a Wormhol como una empresa que nos permitiera vender lo que hacemos a todo el mundo, sin importar las fronteras, sin importar donde la gente estuviera, nosotros damos a la gente la posibilidad de aprender a través de Internet y a que las empresas tengan su propia universidad virtual”, detalló.

“Empezamos desde Buenos Aires primero, llamando por teléfono, poniendo publicidad en Adware, Google, Facebook dándonos a conocer y a vender desde Buenos Aires a los países de Latinoamérica que pudiéramos. Hoy tenemos clientes en más de diez países, abrimos oficinas en Colombia, Brasil y en Buenos Aires y seguimos creciendo. Se puede, no es fácil, uno tiene que pensar que el cliente que tiene en otro país por más que se parezca culturalmente, tiene matices y es distinto y es uno el que se tiene que adaptar a las cosas diferentes de cada cultura, creo que eso fue clave para nuestro crecimiento”, afirmó.

La empresaria destacó que el desarrollo de software representa una oportunidad para el sector exportador, ya que, a diferencia de lo que ocurre con los mercados de las commodities, se trata de una actividad en la que no se sufre tanto por los vaivenes del tipo de cambio, ni de los precios internacionales.

“Es súper importante que un país tenga exportaciones genuinas en su balanza y de tecnología y de productos innovadores que no dependan tanto de los vaivenes del tipo de cambio o los precios de algún u otro producto. Eso hace no solo que entre divisas, que siempre es bueno que entre dinero de afuera, sino que además pone al país como generador de valor agregado. No solo nos ven como un país que genera ganado o granos, sino también distintos tipos de desarrollos y eso siempre es bueno para una Nación porque la hace competitiva y hace que todo el mundo la conozca, eso genera más negocio. Para mí es directamente proporcional a tener más trabajo y generar más empleo, que eso es lo que necesitamos como Nación”, resaltó.

La única empresa chica es la que está sola

El panel también contó con expositores locales: Diego Bruno, empresario gastronómico de Puerto Iguazú, del grupo Bruno Hns., y Jorge Florentín, empresario y coordinador por la ciudad de Puerto Iguazú del “Proyecto fronteras cooperativas”  (proyecto Trinacional Argentina, Brasil y Paraguay para potenciar el desarrollo económico y social de la región).

Florentín detalló que “los licenciados en administración venimos a mostrar los avances que hemos logrado en nuestros emprendimientos. Yo vengo  de segunda generación de dueños de agencia de motos, a partir de mi preparación en administración logramos implementar metodología  y planificación estratégica y otras teorías que se ven en los libros y nosotros tratamos de bajarlas a la realidad, teorías que por ahí se piensas que son solo para las grandes empresas y no valen para las Pymes”.

Consideró que una de las claves para el crecimiento de las Pymes es la asociatividad. “Desde la empresa buscamos aliados y nos asociamos a instituciones de participación grupal de empresas,  primero fue la Cámara de Comercio de Iguazú y eso nos fue llevando a objetivos de articulación de instituciones que me llevaron a ser coordinador del proyecto Fronteras Cooperativas que tiene como objetivo principal la articulación entre instituciones públicas y privadas para el desarrollo económico de toda la región, integrada por  Puerto Iguazú, Foz y Ciudad del Este”, dijo.

“Nos dimos cuenta que la única empresa pequeña es la que está sola entonces buscamos aliados con otras empresas  y logramos beneficios muy buenos a nivel económico. Tenemos convenios de compra con otras empresas. A través de la asociatividad se logran esos cambios”, resaltó.

Por su parte, Bruno dijo que “el asociativismo nos evitó recorrer solos un camino muy difícil que es el camino del emprendedor. Mi estudio como licenciado en administración me permitió aplicar conceptos de planificación estratégica para crecer con una visión de 10 a 15 años”.

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