Desde la aprobación de la ley de Identidad de Género, promulgada en mayo de 2012, en la provincia se realizaron 70 trámites. El dato fue revelado por el ministro de Gobierno, Jorge Franco, en el marco del análisis en la comisión de Presupuesto.
En este sentido, la titular del Registro de las Personas, Alejandra Soto, explicó a este medio que a partir del pedido la persona tiene que generar su propio documento. “Por lo general ya cambia su fisonomía y lo que queda es cambiar el sexo y su nombre, no así su apellido y número de documento”.
Explicó que debe además acercarse a algunas de las oficinas donde tenga algún tipo de trámite en curso obtención de título universitario si lo tuviera, la titularidad de dominio, etc.
La mayoría de los pedidos por cambio en la identidad de género son del interior de la provincia y en el 98 por ciento de los casos se cambia del sexo masculino al femenino.
Cuando la ley salva vidas
El primer caso de la provincia fue en la localidad de Oberá. Un varón que nació en el cuerpo de una mujer y se autopercibía como hombre. Pasó por situaciones traumáticas, renegaba de sus órganos genitales y desde muy pequeño empezó con problemas psicológicos al punto de intentar suicidarse en reiteradas oportunidades.
Fue entonces que un grupo de psicólogos lo redireccionó dentro del tratamiento que tienen una vez detectado el síndrome, hasta que el joven logró recuperarse, aguardó hasta la vigencia de la ley de identidad de género para realizar el cambio de sexo, y ya tenía inclusive pautada las intervenciones quirúrgicas. Hoy está casado y formó una familia.
Pocos casamientos igualitarios
Otro de los datos que se desprendió del análisis del presupuesto de cada área que depende del Ministerio de Gobierno, en este caso el Registro de las Personas, es que fueron pocos los misioneros que optaron por el matrimonio igualitario. Fueron desde la vigencia de la ley en julio de 2013 tan solo 45 y concentrados mayormente en el interior.
Alejandra Soto indicó que “si se comparan la cantidad que hubo en matrimonios igualitarios, más la unión convivencial que aun no tuvo mucho impacto en la práctica, da la sensación de que el misionero es más tranquilo, más tradicionalista y no se apura en tomar este tipo de decisiones”.
Asimismo, añadió que con la puesta en vigencia del nuevo Código Civil y Comercial el organismo registró hasta el momento a una sola pareja en Posadas. Adelantó que próximamente va a presentar un proyecto de ley para que se regule y se reglamente el procedimiento en la provincia, ya que se trata de competencia exclusiva de las provincias lo que es materia registral para este tipo de uniones.
Ley de identidad de género
El 9 de mayo de 2012 se aprobó la ley de Identidad de Género por la que más miles de personas trans pudieron inscribir su documento de identidad con el nombre y sexo de elección.
Bajo la misma ley se pueden cambiar los certificados de nacimiento, documentos de identidad y pasaportes sin otro requerimiento ni diagnóstico.
El aspecto sanitario de la ley se encuentra resumido en el artículo 11, que fue reglamentado el 29 de mayo de ese año e incluyó los tratamientos hormonales y las intervenciones quirúrgicas para adecuar el cuerpo a la identidad autopercibida en el Plan Médico Obligatorio (PMO).
A raíz de ello, ya no es necesario pasar por entrevistas psicológicas ni conseguir autorizaciones judiciales o administrativas.
El artículo establece que «todas las personas mayores de edad pueden acceder a las intervenciones quirúrgicas totales y parciales y/o tratamientos integrales hormonales sin requerir autorización judicial o administrativa”.
Además, en un anexo aclara que se incluye a todas aquellas cirugías que “ayuden a adecuar el cuerpo a la identidad de género autopercibida. Las mismas comprenden: Mastoplastía de aumento, Mastectomía, gluteoplastía de aumento, Orquiectomía, Penectomía, Vaginoplastía, Clitoroplastía, Vulvoplastía, Anexohisterectomía, Vaginectomía, Metoidioplastía, Escrotoplastía y Faloplastía con prótesis peneana, resultando la presente enumeración de carácter meramente enunciativo y no taxativo».
J.M
