Independiente jugó en gran forma y goleó a River en Avellaneda

ndependiente goleó esta noche a River Plate por un lapidario 3 a 0 en una jornada mágica para sus hinchas en Avellaneda, donde el rendimiento del equipo dirigido por Mauricio Pellegrino siguió afirmándose por un camino de crecimiento que tiene embelesados a sus hinchas.
La noche se vistió de «rojo» desde mucho antes del comienzo del partido, con una multitud enfervorizada como hace mucho no se veía por Avellaneda, y siguió así durante todo el partido.
Bien en el campeonato, igual en la Copa Sudamericana, después del duro paso por la B Nacional el hincha de Independiente está volviendo a disfrutar de un buen presente deportivo que es la extensión de lo que sucede en lo institucional.
Y cuando las dulces empiezan a ganarle espacio a las amargas, suceden cosas como las de esta noche en el Libertadores de América, a donde llegó un River que ya supo saborear estos mismos frutos no hace mucho tiempo y ahora está atravesando un período de transición futbolística rumbo al Mundial de Clubes.
Entonces no extrañó que Independiente se parara en campo «millonario» desde que la pelota se movió del medio por primera vez y que en apenas cinco minutos empezara a resolver el partido.
Ese fue el tiempo que le llevó al equipo dirigido por Mauricio Pellegrino para repiquetear sobre el área riverplatense hasta que Nicolás Tagliafico metió la cabeza para su primer tanto con la camiseta «roja», hoy con diseño «vintage» de los gloriosos 60/70.
Pero esa prematura ventaja fue justamente el síntoma de la propuesta de este renovado y más experimentado conjunto de Avellaneda, que fue por más con juego y bravura, algo que ameritó la segunda conquista media hora más tarde por intermedio de un tiro penal convertido por el arquero y capitán, Diego Rodríguez, luego de que Milton Casco derribara dentro del área a Martín Benítez.
Fue el séptimo penal convertido de Rodríguez en la misma cantidad de ejecuciones, y si después hubiese estado más fino el uruguayo Diego Vera tras un error de Jonatan Maidana en un cabezazo, el final del primer tiempo hubiese concluido en goleada.
El segundo período tuvo una dinámica similar, con el agravante para River de que sobre el final de la etapa anterior se fue expulsado Leonardo Pisculichi por una fuerte falta sobre Jorge Ortiz, la figura de la cancha en el balance de los 90 minutos.
Claro que el «Marciano» llegó a la quinta tarjeta amarilla y no podrá jugar en el próximo encuentro del conjunto «rojo», aunque hoy ninguna nube pudo empañar la felicidad de una «noche perfecta», solamente emparentada con el triunfo también por 3-0 sobre el clásico rival, Racing Club.
La operación a que será sometido mañana el delantero Lucas Albertengo por la rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha es tomada por todos como un elemento de fuerza para sobrevivir a los contratiempos y las adversidades con entereza, y hasta desde allí se toma Independiente para recomponer su grandeza histórica.
Es que el rendimiento y el funcionamiento del equipo de Pellegrino fue muy parecido en uno y otro juego, algo que empezó a nutrir de una personalidad que no tenía a este grupo, que ganó dos clásicos de fuste en poco tiempo, para deleite de su gente.
Porque de eso se trató cuando a lo largo de todo el segundo período Independiente siguió yendo sin pruritos, aunque River reforzara su ofensiva con los ingresos de los uruguayos Rodrigo Mora y Carlos Sánchez por los escasamente participativos Javier Saviola y Nicolás Bertolo.
Pero la solidez defensiva es otro de los atributos de Independiente, que le adosó en este campeonato el técnico Pellegrino junto a la incorporación de jugadores de experiencia como Cristian Rodríguez, Diego Vera, el mencionado Ortiz, hoy la vuelta de Federicvo Mancuello después de casi cinco meses de ausencia y el «retorno» al buen juego de Jesús Méndez.
Con todo esto en sus alforjas el «Diablo» siguió metiendo presión, forzando errores a la defensa y el mediocampo de River, hasta que a los 42 minutos del segundo tiempo llegó el premio merecido con un pase milimétrico de Ortiz para Juan Martín Lucero, otro que está dulce (convirtió cuatro goles en los últimos siete partidos), para señalar la tercera conquista que prolongó la celebración hasta entrada la madrugada en Avellaneda.
Y media ciudad sueña, con la Liguilla y la Sudamericana, con la vuelta a la Libertadores que lo sigue teniendo como el «Rey de Copas» por ser el más ganador de la historia, y por «volver a ser», como esta noche en que regresó al triunfo contra River después de cinco largos años.
Y ya van 14 fechas sin derrotas en 15 presentaciones desde que llegó Pellegrino, cuando el cierrre del segmento dominical de la 27ma. fecha dejó esta noche paso a unas frías estadísticas que no se condecían con lo vivido poco antes en la «Caldera del Diablo».

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