La historia de Carlos Sánchez: de ser abandonado por su padre a nominado para el Balón de Oro

El mediocampista de River tenía 8 años cuando su padre lo dejó en la calle, junto a su madre y sus cuatro hermanos. Ahora, más de 20 años después, disputará un premio con figuras como Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar.

 «Mi padre nos echó de la casa junto a mi madre y mis cuatro hermanos. Nos dejó en la calle, así de simple. Nunca se lo perdoné. Por suerte mi tío, el hermano de mi mamá, nos hizo un lugar en su casa, ahí fuimos a acomodarnos apretados con él. Se vivía medio incómodo, pero siempre dio una mano para todo», relataba Carlos Sánchez a la revista El Gráfico hace ya cuatro años.

El jugador de River fue marcado de por vida: el abandono de su padre lo cambió. «No, no, no lo ví nunca más. Desde los 8 años que no lo veo más», continuó contando su historia de vida.

El uruguayo nunca esperó estar en el grupo de nominados con Messi, Cristiano Ronaldo o Neymar. Aprovechaba al máximo el almuerzo en el colegio ya que a la noche «no sabía si iba a haber para comer». «Mi madre trabajaba como empleada doméstica. Salía a las 8 de la mañana y volvía a la noche, tarde. Había días en que no teníamos plata, entonces se hacía difícil», se sinceraba el mediocampista.

«Mi padre nos echó de la casa junto a mi madre y mis cuatro hermanos. Nos dejó en la calle, así de simple. Nunca se lo perdoné»

Hasta que su destino cambió para siempre. A los 17 años fue con cerca de 300 chicos a probarse a Liverpool, y de entre todos seleccionaron a tres: Carlos estaba entre ellos. «El técnico era Carlos Iglesias, que lo conocía de Salus. Sánchez fue a un par de prácticas y de inmediato lo fichamos», contó Gonzalo Mattos, dirigente del club.

Tras seis meses en los equipos de inferiores, Sánchez fue ascendido a Primera por Iglesias que era ayudante de campo de Carlos Barcos.

En 2009 quedó libre por contrato y lo fichó Godoy Cruz. Las buenas actuaciones en el equipo de Mendoza lo llevaron a River Plate en 2011. En 2013 el técnico millonario Ramón Díaz quería liberar cupos de extranjeros y dejó que Sánchez se fuera al Puebla de México.

Pero volvió a River de la mano de Marcelo Gallardo donde se terminó consolidando y conquistó la Copa Libertadores de América. La vida le regaló una enorme sonrisa cuando el llamado de la selección uruguaya lo sorprendió. Jugó amistosos y fue a la Copa América. Ahora, peleará palmo a palmo con los mejores futbolistas del mundo el premio al Balón de Oro.

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