Abrazos

El abrazo duró apenas unos segundos. Pero fue inmenso. Profundo. Cargado de historias y pletórico de sueños. Fue conmovedor hasta las lágrimas. Fue uno de esos abrazos que no se olvidan el que se dieron la presidenta Cristina Fernández y Gladis Juana Blanco, la productora rural de allá lejos, del paraje Puerto Argentino II, de San Pedro. Gladis recibió, después de muchos años de lucha, su título de propiedad, soñado hace un par de décadas, pero que recién comenzó a hacerse realidad en los últimos meses. “Vamos a tener más fuerzas para sustentar la familia”, dijo conmovida.
Ese abrazo entre Cristina y Gladis o el otro más formal con Rosa González Padilla o con el hombretón Ramón Elías Álvez, que hace ladrillos y ahora quiere armar “una huerta grande”, muestra la dimensión que adquiere el poder del Estado cuando se usa para cambiar la vida de la sociedad en el rincón más recóndito del país.
Al contrario de las políticas neoliberales que generaron un proceso de exclusión y expulsión de las chacras, en los últimos años se apostó a que se queden en ellas. Que produzcan, que trabajen.
Muchos ocupaban las tierras, sobreviviendo en pequeñas parcelas que no les pertenecían. Misiones fue la primera provincia en firmar su incorporación al plan nacional de arraigo y titularización y es la única que trabajó con celeridad para resolver la problemática de ocupación en tierras privadas. También es la primera en cerrar los primeros acuerdos: 75 ocupantes pagaron por sus tierras y ya recibieron los títulos, mientras que hay varios proyectos en marcha.
Hay allí una política para resolver un problema de fondo al que en el pasado se prefirió esconder o en el mejor de los casos, minimizar. Al momento de constituirse como territorio nacional, apenas 38 familias se quedaron con casi 2,5 millones de hectáreas de Misiones, con 67.000 hectáreas cada una. Desde 1974 se han otorgado unos 22.000 títulos de propiedad, casi lo mismo que lo tramitado en los últimos cinco años. Entre 2010 a 2015 se tramitaron unos 24.000 expedientes y en estos últimos años 3.500 títulos fueron entregados.
Las políticas de tierras que viene desarrollando la Provincia en los últimos años, generaron 120.000 hectáreas de tierras en proceso de regularización dominial, que benefician a más de 8.500 familias de pequeños productores. Unas 37.000 hectáreas de tierras fiscales rurales y 1.000.000 de metros cuadrados de tierras fiscales urbanas se transformaron ya en 3.500 títulos de propiedad.

Sumado a la reciente sanción de la Ley por la cual la Provincia adopta como modelo de desarrollo productivo, económico, social y ambiental a la agricultura familiar en toda su diversidad, muestra que se le ha dado una importancia política al acceso, distribución y regularización dominial de las tierras, elementos claves para la consolidación y fortalecimiento de un modelo de desarrollo territorial provincial basado en la Agricultura Familiar.
Tierra, Trabajo, Techo. Las tres t del Papa Franciso, que con su mensaje hace llorar hasta los más recios de la derecha republicana de Estados Unidos.
“Es la atención en estas cosas tan puntuales, como nos dice el Papá Francisco, de la tierra, el techo y el trabajo, uno de los grandes desafíos”, sintetizó el gobernador Maurice Closs al hacer un repaso de la cargada agenda que trajo a la Presidenta a Misiones.
El mensaje parece tan obvio, pero no por ello menos profundo. Son tres pilares básicos de la sociedad, pero que sólo se resuelven con la presencia del Estado, involucrado, activo y no neutral. Son ejes que no se pueden dejar en manos del “mercado” que va excluyendo a quienes están más abajo en la pirámide. La cultura del descarte, como ejemplificó Francisco.
El Estado misionero viene atendiendo el problema, aunque lejos está de ser resuelto e incluso merecería ser trabajado con mayor énfasis y recursos, ya que las históricas carencias de infraestructura necesitan mucho más que una década para ser equilibradas. Pero es la provincia que más viviendas construyó per capita en todo el país, genera las condiciones de inversión necesarias para crear empleo, lo que la convierte en una de las provincias con menor desocupación.
La presencia del Estado se nota en Misiones en la casa de Juana Blanco en San Pedro o en el flamante hospital de Pediatría que inauguraron Closs y Cristina. Una millonaria inversión al servicio de la salud de los chicos misioneros con tecnología de punta. El Pediátrico es, como el parque de la Salud, un hospital de punta en toda la región y que atenderá a misioneros, correntinos y seguramente paraguayos. Sin distinción, como es característica del servicio sanitario en Misiones, una provincia donde las fronteras físicas se diluyen con el intercambio cultural y comercial permanente.
Pero que vengan chicos y adultos de otras provincias o de otros países a atenderse al sistema de salud pública no es fruto de la casualidad. Hay un modelo que privilegió la educación, la salud y el desarrollo social en los últimos años. Cientos de escuelas llenas lo acreditan, lo mismo que Centros de Atención Primaria u hospitales de mayor nivel en los municipios. Millones de pesos invertidos en infraestructura y recursos humanos.
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El contraste no puede ser más claro. En Misiones se inauguran obras para la salud que ponen a la provincia en un sitial de honor que hubiera sido impensado hasta no hace muchos años, cuando el Madariaga se caía a pedazos o la directora del Pediátrico hacía ollas comunitarias para juntar fondos. La hoy senadora Sandra Giménez fue la directora entre marzo de 1999 y diciembre de 2003, cuando asumió como diputada. Organizaba shows a la gorra con artistas populares –algunos después en la arena política como Joselo Schuap o José María Arrúa-, trajo a la Cuarta de Boca Juniors a jugar a beneficio y peñas con ferias de platos en Villa Urquiza para juntar recursos. La solidaridad se expresaba de diversas maneras, pero la médica recuerda una historia con particularidad: un grupo de chicas del Instituto Montoya llegó un día con 719 pesos recaudados a través de la rifa de un velador. Con eso se compró un kit de serología para las trasfusiones de sangre de cuatro niños con leucemia. Hoy Misiones tiene un banco de sangre.
No pasó demasiado tiempo. Poco más de una década.
En Buenos Aires, la ciudad gobernada por el candidato presidencial Mauricio Macri, se aplica un feroz ajuste a uno de los emblemas de la salud pública: el Garrahan. Se estima que Mauricio recortó más de 450 millones del presupuesto del hospital en los últimos 18 meses.
La ministra de Salud de la ciudad de Buenos Aires, Graciela Reybaud, aseguró que solo el 14 por ciento de los pacientes atendidos en el hospital pediátrico son ciudadanos porteños, mientras que el 64 por ciento provienen de la provincia de Buenos Aires, que no participa de la financiación de la institución. Implícita está la lógica empresaria que trata a los niños como un insumo de un negocio privado, reforzada por Horacio Rodríguez Larreta, el sucesor de Macri en Buenos Aires, al advertir que son “los trabajadores los que deben ajustarse”, porque el presupuesto es el aprobado por la Legislatura porteña (nada que ver con aquel “que se vayan a lavar los platos”, del entonces superministro Domingo Cavallo). Lo que no contó el electo intendente es que el presupuesto aprobado por Legislatura porteña, es de 983 millones de pesos, pese a que desde el hospital Garrahan habían presentado un presupuesto para el 2015 de más de 2.300 millones (1165 millones a aportar por la ciudad).
Para Macri no hay ajuste, sino “mucha politización”, como si no fuera la política la que define la salud, la educación o la vida de las personas.
“Me sorprende la falta de tacto y criterio de personas que ven la política desde arriba. Macri nos mira desde arriba en cada una de sus acciones”, observó Closs sobre el ajuste en el Garrahan.
“Si hoy, exactamente a 30 días antes de una elección, plantea a cara descubierta un ajuste en la salud pública y en el hospital Garrahan, lo que va a ser el 11 de diciembre cuando tenga cuatro años de mandato por delante”, cuestionó.
“El que lo vota, cuando venga el ajuste que no se arrepienta, que no diga nada porque te lo están diciendo. Si hay una cosa que hay que reconocerle a Macri es que es un liberal sincero. Manda a su candidato a ministro de Economía a decir que el precio del dólar lo va a poner el mercado con las consecuencias de la disparada de precios. A 30 días de una elección, está recortando recursos a un hospital público, te da la muestra que el día que asuma, su política de salud y educación va a ser claramente de condición liberal. Si tenés plata, tenés salud y tenés educación, y si no vamos a ir viendo cómo ustedes se van arreglando”, explicó.
“Los que quieren ajustar son los que nunca pasaron hambre, los que nunca tuvieron necesidades”, coincidió la presidenta Cristina Fernández en su discurso en el Pediátrico.
“Es curioso escuchar a dirigentes de otras fuerzas políticas, relativizar o querer eliminar el valor del Estado, como si fuera posible dar salud, educación, obras de infraestructura sin que el Estado tenga un rol fundamental en la economía”, indicó Cristina.
“¿Si tan nocivo les parece el Estado, como es que quieren presidir el Estado? Si es el instrumento decisivo para hacer hospitales como este; no como la vergüenza de estar pidiendo la cuota que si no la pone el gobierno nacional no se las pone nadie, como en el Garrahan, hospital modelo de la argentina”.
Enfatizó que el país “necesita este hospital, escuelas, universidades públicas y gratuitas, para que los jóvenes no deban migrar”.
En ese sentido, se preguntó que hubiera sucedido en el país si en 2003 “en lugar de dirigentes políticos con vocación política y cristiana, hubieran asumido peleles manejados por las corporaciones”.
El mensaje era obviamente, para el propio Macri, pero llamativamente, el único que se dio por aludido fue el candidato a gobernador de la UCR, Gustavo González, socio macrista en el ámbito nacional, despreciado por el PRO en Misiones. “Nos faltó el respeto utilizando términos despectivos”, dijo González asumiendo la defensa de a quien votará como candidato presidencial. Pese a su afinidad política con Macri, González asegura que el radicalismo quiere un Estado “presente y solidario”.
La visita de Cristina no tuvo sabor a despedida. Seguramente vendrá antes del 10 de diciembre. Pero dejó mucha tela para cortar. La inauguración de la ruta 27 que une a Misiones con Brasil y acorta en cien kilómetros la distancia a las playas de Santa Catarina –el mejor destino turístico del vecino país- es una obra largamente anhelada, lo mismo que el financiamiento para extender la autovía entre Santa Ana y San Ignacio, con una inversión de 800 millones de pesos para la duplicación de las vías, colectoras y rotondas en casi quince kilómetros. Son obras que la provincia de Misiones por sí sola no haría –o tardaría mucho más- por las millonarias inversiones necesarias. Sin embargo, gracias al apoyo de la Nación, las autovías de ingreso a Posadas, hoy son una realidad, al igual que cientos de kilómetros internos de ruta que cambiaron el paisaje de la provincia.
Las rutas se ven. Están al alcance de todos. Como las cientos de escuelas nuevas y en pronta construcción, como la enorme industrial que tendrá Misiones en el barrio Itaembé Guazú, el barrio más grande en construcción del país. Pero hay otros avances que son abstractos con igual impacto en la vida de los misioneros, como la inauguración del anillado sur de la fibra óptica, que permitirá mejorar sensiblemente la conectividad de Internet y señales digitales. De vital importancia para la educación, la salud y los trámites administrativos, pero también para el mismo ocio. La señal es incluso mejor que la que ofrecen proveedores privados en la capital. Mojón Grande nunca sería negocio para uno de los operadores fuertes del mercado de Internet. Allí llega el Estado.
Sin embargo, hay quienes insisten en que el modelo es acompañado en el norte del país simplemente porque hay pobreza y es el clientelismo el que coloca el voto en las urnas.
“La Argentina del Norte es un Argentina pobre, que no piensa, que somos todos burros y que por eso votamos al gobierno nacional. Esa es la campaña que hay, a ellos no les importa el presente y el futuro de Closs o el de Alperovich. Lo que buscan es deslegitimar una acción de Gobierno que hizo muchas cosas en el norte, tratar de achicar la enorme diferencia que hicimos en el norte de Misiones, donde tuvimos cerca de 220 mil votos de diferencia. Eso es lo que buscan, saben que acá hay votos que hay que recuperar entonces ligamos nosotros como locos. Pero los misioneros sabemos de dónde veníamos y dónde estamos del 2003 a la fecha. Y cualquiera que abra y cierre los ojos en cualquier lugar de Misiones se da cuenta de lo mucho que hemos evolucionado, muchísimo”, definió Closs.
Esa visión centrista no es patrimonio exclusivo de los porteños ni de sus medios. En Misiones también abundan expresiones similares de quienes hacen política después de leer los titulares de los medios.
La escena que protagonizó en la Legislatura el diputado Claudio Wipplinger, de nuevo socio del PRO, cuando interrumpió una reunión de comisión a los gritos contra una funcionaria y otra diputada es una muestra de la política hecha por y para los medios.
“Violencia es la pobreza”, gritaba desencajado el diputado que nuevamente probará suerte como candidato a intendente de Posadas. Uno quisiera creer que su cólera se trata de una sobreactuación en tiempos de campaña y no una matriz personal, aunque ya son varios los episodios que se le adjudican.
En la oposición es el segundo en tener problemas, sumado a a la acusación de violencia de género que tiene el radical Germán Bordón cuya situación todavía no se ha definido en la Legislatura.
El enojo del diputado nada tenía que ver con los recursos del Instituto de Previsión Social que se estaban analizando. Pero como no encontraron muchos elementos para cuestionar en el manejo de los recursos previsionales de los últimos años –el IPS es prácticamente autosustentable-, se corrió el eje hacia la financiación del Gobierno a obras de reforma en el Club Social Tacurú, un espacio al que asisten muchos potenciales votantes PRO.
La crítica es porqué un club recibe ayuda del Estado. Pero no es aislado.
En los últimos años las entidades deportivas y sociales recibieron 90 millones de pesos en subsidios. Sí llama la atención el oprobioso silencio de los propios socios del Tacurú que no dijeron ni una palabra ante la andanada de críticas que recibió el Gobierno.
Wipplinger cuestionó el monto invertido por el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional –que fue congelado por Closs- “mientras no se hace nada con la pobreza”.
El argumento es falaz. Éste ha sido el primer Gobierno en tomarse en serio la lucha contra el núcleo más duro de la pobreza. El programa Hambre Cero cumplió cinco años y sacó de la invisibilidad a un problema histórico de la provincia. Diez mil personas –sujetos de derecho- fueron recuperadas y no abandonaron el programa. Ahora se incorporaron a chicos guaraníes de cero a dos años tengan o no bajo peso. Se involucraron todos los ministerios y se volcaron recursos focalizados con un programa que es ejemplo en el país. Abel Albino, presidente de la red Conin, que lucha contra la desnutrición, felicitó sin ambages a Closs y al equipo de Gobierno por el trabajo realizado en contra de la desnutrición.
El sistema utilizado por Conin está siendo aplicado en las guarderías de Posadas e Iguazú con la intención de involucrar a las familias de los chicos con desnutrición.
“Hacen discursos grandilocuentes, con temas que nos preocupan a todos como la pobreza. Pero la que está laburando en el Hambre Cero es la gente de este gobierno, que te dice cuántos casos críticos tenemos, que de frente hablamos”, respondió Closs.
El programa focalizado es claro una solución necesaria para el núcleo más duro de la pobreza. Pero es apenas una arista del problema, es que mucho más profundo y no se resuelve de un día para otro –quizás una generación, apunta Albino-. Involucra a la educación, a la salud, a la infraestructura, viviendas, agua potable, que también son prioridades del Estado.
Closs planteó la necesidad de pasar a un nuevo nivel del Hambre Cero y utilizar su base de datos para desarrollar políticas de inclusión con viviendas e infraestructura que abarquen a los bolsones más marginales de la pobreza. Para eso, además, deben sostenerse en paralelo todas las otras políticas.
No se puede retroceder ni un paso. Y ese es, en definitiva, el único debate necesario. Cómo se plantea la continuidad de las políticas. Daniel Scioli propone sostener el modelo y aplicar las correcciones sin shock. Macri muestra sin tapujos su visión de la política. Libre mercado, ajuste, recortes y servicios para el que pueda pagar.
“El mejor candidato a presidente para todos los argentinos y en especial a Misiones. Scioli conoce las necesidades que tiene Misiones, conoce los atrasos que tiene Misiones. Pero va a tener que devolvernos con acciones y recursos lo que se llevó en votos y está bueno que así sea porque además nos conoce, sabe lo que falta”, sentenció Closs.

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