En Crucero, el cuerpo técnico y el plantel tienen otro objetivo: cambiar la imagen, pase lo que pase

El cuerpo técnico y los jugadores de Crucero del Norte están muy dolidos por estas horas. Ya no se trata de mantener la categoría, algo que ya desde hace dos o tres partidos parece una alternativa que requiere de un milagro.

El pobrísimo partido que hizo el Colectivero ante Aldosivi, donde casi no pateó al arco y no tuvo chances de gol o donde el rival con un hombre menos pudo haberlo goleado, dejó muy golpeados al DT y sus jugadores, que ahora se prometieron un nuevo objetivo. Dejar una buena imagen. Volver a ser el equipo que hace un mes puso en aprietos a San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro o que por momentos «bailó» a Huracán en un partido que, increíblemente, terminó empatando 3 a 3 (y significó el comienzo de la debacle).

Motivaciones sobran. Se vienen los otros cuatro grandes en fila: River (27 de septiembre), Boca, Independiente y Rcaing. Y para el cierre, para lo que sería la despedida de la A, el partido revancha con Aldosivi.

«Preocupa todo, en general, nos cuesta hasta patear un córner», dijo un devastado Sebastián Rambert, que ve como el equipo que de a poco fue absorviendo su idea futbolística y mejoró en la cancha -aunque no del todo en los resultados- ahora se desmoronó y no encuentra los caminos que lo llevaron a convertirle goles a rivales como Estudiantes, San Lorenzo, Gimnasia, Huracán y Lanús, en esta rueda. En los últimos partidos, ante Lanús y Aldosivi, por algunos pasajes pareció que el rival jugaba demasiado relajado. Como sabiendo que el Colectivero jamás podría hacerle daño.

«No tuvimos respuestas hasta con un jugador más, no tuvimos claridad para poder arrinconarlos», dijo Rambert en el José María Minella, tras el fiasco ante Aldosivi, paradójicamente, el único equipo que dirigió en la Argentina en su corta carrera como DT.

«De esta forma estamos muy lejos de todo, podemos descender, claro, pero más allá de descender está el cómo, intentar hacerlo (jugando bien», señaló.

«Cada vez nos cuesta más hasta poder encontrar lo que teníamos, que era poder encontrar un buen juego, crear situaciones de gol, nos cuesta hasta tirar un córner», dijo.

«Evidentemente hay cosas que no funcionan como queremos», completó.

«Uno se puede ir al descenso pero siento que debemos hacerlo de pie y entregando todo adentro del campo y hoy evidentemente nos está costando, en lo anímico, en el juego que pretendemos», dijo Rambert.

Ariel Cólzera también le puso palabras a este nuevo objetivo, tras el encuentro en Mar del Plata.

«Si no llegamos a mantener la categoría, lo importante es mantener la frente bien en alto», dijo el «Chaco», quien fue el único que intentó algo en el Minella, con dos remates que significaron el único peligro generado por Crucero en el partido.

La actitud de Cólzera conmueve. Tuvo ofertas para irse, pero prefirió quedarse. «Me voy a hundir con Crucero», dijo el habilidoso mediapunta. Aún cuando no siempre es titular para Rambert, quien si lo considera un jugador distinto y desequilibrante.

 

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