Leo Messi le dio la victoria al Barcelona frente al Atlético

La expectativa que habían generado el Barcelona y el Atlético Madrid llegó al final cuando los equipos salieron al Vicente Calderón a disputarse la cima de la Liga. Con Lionel Messi en el banco de suplentes, Luis Enrique optó por una ofensiva compuesta por Luis Suárez, Neymar y Rafinha.
En cambio, Diego Simeone apostó por el habitual esquema con dos líneas de cuatro, para salir de contragolpe a través de Fernando Torrres y Antoine Griezmann. Por lo tanto, la dinámica del choque tuvo una intensidad tan grande que no hubo tiempo para el aburrimiento. La sociedad entre Andrés Iniesta e Ivan Rakitic, junto con las veloces apariciones del «Niño» demostraban que el marcador podía abrirse a favor de cualquier equipo.
La pelota parada fue otro recurso para la llegada del gol. Un anticipo del paulista y un remate del uruguayo despertaron suspiros en la capital española dado que el travesaño evitó la conquista del atacante charrúa.
La preocupación en el entrenador catalán se instaló cuando Thomas Vermaelen debió abandonar el campo por una lesión muscular. La salida del belga le quitó solidez a la última línea, dado que su reemplazante, Jeremy Mathieu, no contaba con las mismas condiciones.
En el complemento se produjo la polémica: un centro del experimentado delantero de Fuenlabrada que pegó en la mano de Javier Mascherano provocó un pedido unánime de penal. Sin embargo, para Antonio Mateu el ex River no tuvo intención.
Justamente, el «Niño» Torres fue el protagonista del autor del gol que hizo explotar al «Colchonero». Tras una extensa corrida, el ex Chelsea y Liverpool definió ante la salida de Marc-André Ter Stegen. Pero la alegría duró poco, ya que unos instantes después Neymar se hizo cargo de un tiro libre para crear una obra que enmudeció a las 50.000 personas que se hicieron presentes.
El ingreso de Lionel Messi cambió la historia. A falta de media hora, el rosarino reemplazó al croata y 17 minutos después se juntó con Luis Suárez para revertir el score. Fue la construcción de una pared extraordinaria que dejó sin posibilidades a Jan Oblak. Con el 2 a 1, el Barcelona se quedó con la cima del campeonato en soledad y afianzó un rendimiento que había estado en deuda en sus dos presentaciones previas. Del mismo modo que en el amistoso de Argentina frente a México, el mejor jugador del mundo apareció y modificó el destino de un pleito que amenazaba con un resultado adverso.

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