La Dirección General de Rentas de Misiones (DGR) detuvo el cuarto camión con soja y alpiste que iban directamente a Brasil de contrabando, tratando de evadir los puestos de control fiscal que están en los ingresos y egresos de la provincia.
Llevaban más de 120.000 kilos de granos y con los que retuvo policía y gendarmería, días atrás, ya son seis los vehículos involucrados en el comercio ilegal en estos 11 días de septiembre.
Se nota que comenzó la cosecha de soja y alpiste. Y los contrabandistas buscan de todas formas llegar a las fronteras de Brasil y Paraguay, en menor medida. No traen ningún papel, ni la tradicional carta de porte para la exportación del producto. “Los contrabandistas y sus cómplices, contratan varios transportes para que los granos lleguen hasta El Soberbio, Alba Posse y zona cercana para desde allí trasladar en precarias barcazas a la orilla brasilera donde se pagan montos muy importantes por cada carga”, confiaron los choferes.
Generalmente, usan caminos terrados alternativos para ingresar a Misiones que “llamativamente están muy bien cuidados”, coincidieron en comentar colonos de Garruchos, Virasoro, San Carlos (Corrientes) y de San José, Azara, Apóstoles, San Isidro, dejando entrever que la red tiene contactos muy aceitados para cumplir su cometido.
Los dateros que colaboran con la DGR y las patrullas móviles apostadas en las rutas alternativas, dijeron que “primero pasa alguien en moto o vehículo chico estudiando la zona para ver si está liberada de los controles sorpresivos. Ahí avisan al camionero y se largan para cumplir con el objetivo”.
Los inspectores de la DGR admiten que la zona es muy grande y constantemente aparecen caminos vecinales que se transforman en cruces alternativos para desviar los controles fiscales, al hacer hincapié en la importancia del trabajo conjunto con las fuerzas de seguridad para acorralar el tráfico de soja, alpiste y otros granos que cruzan por Misiones y se venden de contrabando principalmente a Brasil.
La DGR ratificó la vigencia plena de los controles fiscales y puestos móviles para frenar esta modalidad de comercialización que atenta contra la economía nacional y las regionales, en beneficio de unos pocos que se viven desde hace mucho tiempo del comercio ilegal tanto en la frontera argentina, como en la brasileña
