Proyectan instalar una fábrica de cristales de stevia de alta pureza en Posadas

La planta demandará una inversión estimada en seis millones de pesos, estará instalada en el Parque Tecnológico y tendrá capacidad para producir de 100 mil kilos de edulcorante al año, trabajando un solo turno. Afirman que los productores podrán cobrar alrededor de 5.000 dólares por hectárea y hasta el doble si se incorporan sistemas de riego. La estructura estaría terminada en un año, pero el desarrollo agropecuario llevaría más tiempo.

Nicolas Kolb es un docente de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) que desde hace más de 15 años investiga las propiedades de la stevia rebaudiana y experimenta con procesos para extraer el dulzor de sus hojas y encapsularlo en cristales muy finos. Como resultado, afirma haber logrado una variedad de stevia con un alto grado de rebaudiosidad, que es uno de los componentes que le aporta la dulzura a la hoja, y haber desarrollado un proceso industrial mediante el cual se pueden obtener cristales de un contenido cercano al 100 por ciento de Rebaudiósido A, un glucósido hasta 200 veces más dulce que el azúcar.

La siguiente meta fue el montaje de una fábrica que lleve a escala industrial esos procesos de extracción y el desarrollo de una cuenca de productores para suministrar la materia prima. Con inversiones a cargo de la UNaM logró iniciar ese proyecto que espera terminar en un año, gracias a un subsidio de la línea Empretecno y a los beneficios que le representó ingresar al Parque Tecnológico.

Hace pocos días Kolb firmó el contrato que le permitirá ocupar un predio en el Parque Tecnológico, lo que representó la piedra fundamental para la construcción de su fábrica. “Se tarta de una planta de extracción y purificación a partir de la hoja de stevia. Logramos la cristalización pura de los edulcorantes. Las máquinas y los procesos están diseñados para trabajar con la variedad de hoja desarrollada por nosotros que tiene un alto contenido de rebaudiosidad. En primera instancia el producto final serían los cristales, más adelante vamos a ver de producir edulcorantes por gota o en sobre, que dejan más margen de ganancia”, expresó.

Los tiempos de la planta

Señaló que el plazo estimado de construcción de la fábrica es de un año, pero aclaró que los tiempos estarán marcados por la parte agrícola, ya que habrá que involucrar a unos 300 productores para tener un suministro suficiente para tener a las máquinas trabajando a pleno en solo un turno. “A partir de la genética que desarrollamos, tenemos que empezar a producir  semillas o plantines para incentivar a los productores. Necesitamos implantar los cultivos que nos den al menos un millón de kilos de hoja por año, para eso hacen falta unas 500 hectáreas en producción”, detalló.

Indicó que la capacidad productiva será de alrededor de 100 mil kilos de edulcorante de alta pureza con la planta trabajando un solo turno, cantidad que se puede duplicar agregando un turno más, sin necesidad de nuevas inversiones en maquinaria.

Buenos números

No dudó en afirmar que la fábrica será rentable y permitirá a los productores que suministren la materia prima, un buen margen de ganancia. Dijo que el tipo de edulcorante que elaborarán se vende a razón de 100 dólares por kilo, siempre que se logre una buena calidad. En cuanto a la comercialización señaló que “empezamos por el mercado nacional, al que están entrando edulcorantes de stevia importados de Malasia y China, la mayoría de dudosa calidad. Con que sustituyamos las importaciones ya estaremos logrando un buen mercado. En una primera instancia nos apoyamos en el mercado nacional, después vamos a pensar en exportar. Vamos a tener productos con las características que exigen los mercados más exigentes, como Europa y Estados Unidos”, indicó.

El proyecto también promete repartir ganancias para los productores. “Cada uno tiene entre una y dos hectáreas, porque es un cultivo que requiere mucho trabajo. Se paga entre 2,5 y 3 dólares por kilo de hoja y con buenas prácticas y buena genética, se logran 2.000 kilos por hectárea, pero ese rinde se puede duplicar agregando riego”, expresó. Tomando en cuenta los números que barajó Kolb, el productor tendría un ingreso de entre 50 y 60 mil pesos por año por hectárea, al tipo de cambio actual.

El investigador reconoció que experiencias anteriores de producción de stevia terminaron en fracaso y no resultará sencillo convencer a los productores a volver a confiar en ese cultivo. Consideró que la falla de aquel proyecto fue plantar stevia común, lo que dejaba a los productores un bajo nivel de ganancias. “Para que eso no vuelva a ocurrir, una de las líneas del trabajo ha sido precisamente el mejoramiento genético alcanzado después de más de 15 años de trabajo complejo”, afirmó.

JRC EP

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