Guaraní recuperó a su arquero-talismán y sueña con volver a sonreír

Guaraní A. Franco se prepara para el duro partido en Córdoba ante Instituto con una buena noticia: recuperó tras más de un año a Federico Cosentino, un histórico del arco de Guaraní que estuvo en muchos buenos momentos.

Tras perder la titularidad en la 4ta fecha del Torneo de Transición hace 13 meses -Chaucha optó por darle el puesto a Jorge de Oliveira, que acababa de llegar al club- Cosentino primero quedó relegado al banco de suplentes y más tarde sufrió una pubalgia que lo marginó incluso de los relevos por casi un año.

Cosentino no es cualquier arquero. En un club que prácticamente renovó todo su plantel cuando llegó a la B Nacional, el arquero es uno de los históricos junto a Barinaga y Tobías Albarracín que todavía forma parte del plantel.

«Siempre demostró acompañarlo la suerte en la defensa de los tres palos de la Franja, ya que fue partícipe e integrante de los ascensos del Argentino B al Argentino A y en junio del año pasado en el clamoroso ascenso del Argentino A al Nacional B, en definiciones memorables», recordó el club esta semana, cuando se confirmó que era titular ante Brown.

El domingo pasado, Cosentino volvió al arco y demostró que está con muchas ganas de volver a ser quien fue. En el primer tiempo, a los 40 minutos tuvo una intervención importante cuando sacó un cabezazo a quemarropa de un delantero de Brown de Puerto Madryn y ahí se lo vio descargar tantos sentimientos contenidos en largo período fuera de las canchas: Cosentino atrapó la pelota, casi la abrazó y miró al cielo. Fue un segundo nomás, pero se notó que agradecía mucho más que esa atajada (el partido estaba 2 a 0 arriba para la Franja).

Después del partido, Fede fue a la conferencia de prensa junto a Martín Zuccarelli, ambos estrenaban la flamante sala que dispondrá de aquí en más Guaraní para atender a la prensa tras los partidos y que reemplazará a la vieja constumbre de atender al costado de la cancha, en la puerta del tunel de acceso a los vestuarios.

«Terminé bien, hablando con los médicos me anticiparon que iba a ser normal que termine cargado en la zona de los aductores, que es la parte de la lesión, pero terminé sin problemas», dijo Cosentino.

«Me sentí tranquilo, cómodo, tenía el respaldo del cuerpo técnico y de mis compañeros», cerró Cosentino. Y se fue a disfrutar del regreso, después de tantos meses de pálidas.

Guaraní ganó por fin tras cinco partidos y sueña con volver a levantar cabeza. Y para los «cabuleros» tener a Cosentino otra vez en el arco puede ser otra razón para no perder las esperanzas.

MB

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