Narcopolicias: acusados apuntaron a Rojas como el que pretendía sacar la droga de la comisaría

Este martes convocaron a declarar a seis de los imputados por el caso de la llamada Banda de los Narcopolicías en el juicio que se les sigue en el Tribunal Federal de Posadas. Se abstuvieron, pero leyeron sus indagatorias durante la instrucción y aportaron datos reveladores.
Quien sí accedió a hablar la semana pasada fue el ex oficial de la Policía de Misiones Miguel Dionisio Rojas. Se trata del séptimo imputado juzgado y cuya situación se vislumbra como la más comprometida. A él lo acusan de haber liderado el grupo que robó casi una tonelada de droga de la comisaría Primera de Puerto Rico.
Precisamente, tres de sus presuntos cómplices lo señalaron como ideólogo de la maniobra.
El primero en pasar al estrado donde lo aguardaban los jueces Norma Lampugnani, Manuel Moreira y Mario Hachiro Doi, fue Oscar Merlos. El ex suboficial se abstuvo de declarar pero se leyó lo que había dicho en sede judicial en su momento. Allí indicó que conoció a Rojas en la comisaría Primera de Puerto Rico pero al tiempo este se fue a trabajar al Comando de la misma localidad aunque seguían en contacto. Como Merlos estaba pasando un mal momento económico, no vio con malos ojos una propuesta de Rojas acerca de sacar una cantidad de droga de la seccional para revenderla. Sin embargo, después desistió de esta propuesta y a última hora no accedió, afirmó.
En el caso del ex cabo Pedro Betancur, dijo algo similar. Confió en aquel entonces que Rojas le había propuesto sacar unos cigarrillos de la comisaría Primera cuando él ya no trabajaba ahí para hacer un negocio. Ante el ilícito, Betancur juró que no accedió y todo quedó en una conversación, telefónica y personalmente.
Otro de los que apunta como uno de los coautores del hecho, Sergio Benítez, manifestó que el día que transcurrió la detención de Rojas, él recibió de éste algunos mensajes de texto. Como estaba de franco y con su señora con problemas de salud, los vio muy tarde porque había llevado a su pareja embarazada al hospital, afirmó.
Después llegó el turno de los dos jefes que tenía la comisaría Primera de Puerto Rico en el 2012, cuando se desató el hecho. El subcomisario Milciades Benítez era el segundo mandamás de la seccional, pero a cargo en ese entonces por la licencia del titular.
Este uniformado, aún en actividad ya que se lo acusa de incumplimiento del deber público y no del hecho en sí, había dicho que en ningún momento de la licencia del comisario Sergio Esquivel le habían dejado la llave del depósito donde se guardaban los estupefacientes.
En el caso del mencionado Esquivel, ratificó lo que dijo ante la Justicia cuando investigaba el caso en la instrucción y aseguró que solo él tenía la llave del lugar donde estaba la droga, pero que al momento del hecho estaba de licencia y no se explica cómo lograron sustraer más de 900 kilos de marihuana.
También tuvo su oportunidad de hablar Diego Rojas, el único de este juicio que no es policía. Tampoco declaró ante los magistrados y en sus relatos anteriores se desprendió la versión de que él había conseguido compradores para el oficial Rojas y que llegó a estar en el vehículo del mismo cuando estaban por hacer la entrega. Al ver que los agentes de la Prefectura cercaron la zona, huyó del lugar. A los pocos días fue detenido.
El debate continuará recién el lunes 14 ya que en el mismo tribunal hay que resolver otro juicio en donde se investiga la muerte de un gendarme en manos de un ex policía.

El caso
La investigación del caso comenzó el 3 de septiembre de 2012 cuando un oficial del comando Radioeléctrico de la Unidad Regional 4 fue detenido por efectivos de Prefectura en la ruta Provincial 8 entre Puerto Leoni y Campo Grande. Se supo que llevaba en un automóvil particular alrededor de 123 kilogramos de marihuana que terminaron siendo parte de lo incautado en un procedimiento hecho unos meses atrás y que estaban guardados en la comisaría Primera de Puerto Rico.
Posteriormente cayeron cinco efectivos más de los que se sospecha que eran cómplices del trabajo hormiga para sacar los estupefacientes, más un civil que era el nexo para comercializar la droga.

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