Redactora del Código Civil plantea las bondades y los riesgos de la nueva norma a un mes de su vigencia

La abogada, investigadora y doctora en Ciencias Jurídicas, Ursula Basset, integró una de las comisiones de redacción del nuevo y unificado Código Civil y Comercial, y a un mes de su vigencia, analiza los cambios y las consecuencias que puede traer el uso de las libertades que otorga el derecho a la sociedad. Asegura que la norma es una revolución pero en algunos aspectos también un ensayo sobre los nuevos modelos de sociedad que protagoniza hoy la Argentina. Sin rodeos, plantea que la nueva modalidad del divorcio puede dejar expuestos a muchos matrimonios heterosexuales, que la unión convivencial requiere de más inversión personal que el matrimonio, y que en cuestiones de violencia familiar el Estado tiene la deuda de trabajar desde la prevención.

– ¿Cómo se está llevando la justicia con el nuevo Código?

_ Es una revolución. Hay que revisar las competencias, los jueces necesitan capacitarse porque entró en vigencia ocho meses antes de lo previsto, son tiempos de ajuste normales de entrada en vigencia de la reforma.

 

_ ¿Hay una nueva concepción del menor?

– Existe el adolescente que antes no existía. Antes teníamos menores púberes e impúberes, significa una nueva concepción de los niños menores de edad. El nuevo Código trata de ver cómo la capacidad va mutando a través del tiempo, y una de las cosas que verifica es que durante la pubertad se va adquiriendo una autonomía progresiva, pero sigue tratándolo en bloques porque hasta los 13 es una cosa, de los 13 a los 16 es otra y de los 16 a los 18 es otra. En realidad el problema que se plantea es el concepto de autonomía porque es un concepto para personas que son fuertes, que pueden tomar sus propias decisiones y que tienen libertad para tomarla. El problema es cuando ese autónomo es vulnerable. Tenemos que pensar que el Código no rige para los casos judiciales rige para la vida común, lo que sucede con los Códigos es que integran la vida cotidiana de los ciudadanos y la gente empieza a actuar como si fuera una norma ética y la mayoría de los casos no se resuelven en la justicia.

Es bueno que el Código les de libertades a los chicos porque se los ayuda a crecer, pero eso no quiere decir que se deba perder la autoridad de los padres y su capacidad para poner límites

– El Código asoma mucho al mundo interior de cada familia, y habrá que aprender a negociar porque los adolescentes saben que el los incluye como tal.

– El derecho lo que tiene que hacer es cultivar la relación justamente entre el derecho y la sociedad. Una cosa es redactar un Código con expertos y entre cuatro paredes y otra cosa es el impacto que genera en la sociedad y en las relaciones cotidianas. No sabemos todavía cómo la sociedad argentina lo va a procesar. Es bueno que se les de libertades a los chicos porque se los ayuda a crecer, pero eso no quiere decir que se deba perder la autoridad de los padres y su capacidad para poner límites.

La doctora Ursula Basset fue invitada  para la entrevista de la que participó este medio, por el Centro de Capacitación Judicial de la provincia. Hace algunas semanas, también capacitó a los jueces de Familia sobre el proceso de adopción. Sobre este tema fue consultada.

– El nuevo Código trata de hacer las adopciones más ágiles, que no demoren tanto. Incorpora algo que la ley de ustedes (Misiones) ya tenía, la ley es muy buena y de avanzada respecto del Código en algunos aspectos, contempla la forma de agilizarlo y la voluntad del niño en el proceso. Lo que pasa es que la adopción es un cuello de botella que no termina de resolverse porque de una parte están todos los niños que necesitan ser adoptados pero que no pasan al estado de adoptabilidad y entonces están en situación intermedia por demasiado tiempo que es tiempo vital y después están los muchos padres que están dispuestos a hacerse cargo y que no tienen respuesta.

– La norma misionera fija límites y prioriza a los misioneros, ¿se contrapone en algún aspecto con el nuevo Código?

– No, en general son compatibles. Pero un tema que tiene la norma de ustedes y que me parece extraordinario es el consentimiento de la madre embarazada para dar en adopción y acá está tratado con muchísima seriedad. De hecho yo me llevé el modelo de la ley misionera para estudiarlo y plantearlo y ver que se puede hacer. Insisto en que lo que más está faltando es el resguardo desde el punto de vista legal, la penalización porque es notable la ausencia del Estado en eso, en la venta.

Sobre los menores institucionalizados, analizó que hay segmentos de institucionalización que tienen difícil salida y que el Código por lo pronto no puede resolver. Explica que el segmento de los chicos que ha pasado la edad de ser “apetecible para ser adoptado” – de uno a seis años – es importante. “El mismo niño que ha pasado esa edad y está institucionalizado no quiere salir de la situación en la que está porque hizo vínculos, relaciones, maneras de relacionarse que le son difíciles de cambiar, y después están los chicos que cumplieron los 18 que no se quieren ir porque no tienen dónde. Nosotros tenemos una gran mentira en el derecho y es que los chicos son mayores a los 18. Lo cierto es que hoy dependen de los padres, por su formación profesional, porque el ingreso al mundo laboral se demora y porque la madurez también se ha postergado. Antes a los 18 capaz que ya estaba casado y se hacía cargo de su familia, hoy no.

Las reformas que dan libertad a las personas son extraordinarias y el derecho tiene que dar libertad a las personas y tratarlas como adultas, pero no las tiene que dejar solas

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– Uno de los temas que mayor impacto causó en la sociedad es el divorcio. ¿Es realmente exprés?

– Sí, sale rápido. Y el tema es ese. Antes con el tiempo que tardaba en salir el divorcio las mujeres y los hombres hacían el duelo y tenían tiempo con el tema de los bienes y acomodar las piezas y demás. Ahora una jueza fija la audiencia y aunque no estén de acuerdo con el convenio regulador que se firma, el divorcio sale mañana y les dice – ustedes sigan discutiendo por otro canal lo que queda. Ese tiempo muy limitado lleva a tener que pensar bien si realmente se quiere el divorcio, porque si estando unidos en un vínculo es difícil negociar los alimentos, régimen de bienes, la casa, imagínense lo que será cuando ese vínculo desaparece, desde el divorcio somos dos extraños. El Estado la deja sola a esa mujer para negociar. La realidad marca que es diferente un matrimonio entre dos hombres, o entre dos mujeres que entre un hombre y una mujer, porque la mujer es la que lleva el embarazo, es la que posterga su desarrollo profesional y eso a la larga genera un desequilibrio que necesita una regulación diferenciada. El Código al sacar tan rápido el divorcio no le da tantas herramientas a la mujer, de hecho los alimentos son excepcionales, la compensación económica se puede pedir en los primeros seis meses. Me da la sensación que esta situación deja un poco expuestos a los matrimonios heterosexuales.

El Código al sacar tan rápido el divorcio no le da tantas herramientas para negociar a la mujer

– ¿Y al ciudadano eso quien se lo explica?

–  Esa es mi preocupación. A mí me parece que las reformas que dan libertad a las personas son extraordinarias y que el derecho tiene que dar libertad a las personas y tratarlas como adultas, pero no las tiene que dejar solas. Cuando a una persona a la que se le quiebra la vida en dos, porque más allá de que el derecho lo banalice, un proceso de divorcio por lo menos el primero es doloroso más si hay hijos, más si uno invirtió mucho, y que el derecho diga en dos minutos, andate ya estás divorciado es una situación de desconcierto. Quizás no sea una cuestión del Código Civil, sino de políticas sociales. Lo primero es la capacitación para los jueces que ya no puede ser meramente jurídica sino humana, para que se de cuenta de que una persona que viene a divorciarse no es un sujeto que presenta un escrito y chau andate a tu casa, no. Es una persona que sufre y que se le parte la vida en dos.

–  Me imagino a jueces y abogados preguntando, estás segura de que te querés divorciar, mirá que es rápido.

–  El divorcio tiene una gran cantidad de mitos que no están explorados. Una persona se divorcia pensando que va a recuperar libertades que había perdido. En realidad pierde un montón de libertades que tenía. Una de las cosas que a mí me asombran es que no hay un acompañamiento integral de la familia, sería interesante una entrevista inicial con ambas partes. No hay jueza que no me cuente experiencias de este tipo y te dicen nosotros teníamos una inversión personal con los tiempos, porque permitían ir acomodando piezas y cuando la familia se iba divorciada se iba de pie, ahora no sabemos que va a pasar, no sabemos si va a haber violencia porque la violencia estadísticamente aumenta en procesos de ruptura.

– ¿Es lo mismo un casamiento por civil que una unión convivencial?

– No sabemos todavía. En realidad la gente que convive justamente convive porque no quiere pasar por el Registro entonces no se entiende muy bien si ahora va a haber un cambio social. La unión convivencial requiere más inversión personal que el matrimonio, porque para la unión se requieren dos años de convivencia y fidelidad, mientras que el matrimonio tiene un deber moral de fidelidad. Es verdad que la gente cohabita más sobre todo en los más jóvenes y disminuye ese índice a medida que el tiempo pasa. Esto de cohabitar en Latinoamérica es normal, nosotros tenemos el modelo francés de, si los convivientes se desentienden de la ley, la ley se desentiende de los convivientes. Bueno, la sociedad está cambiando y nosotros estamos viendo cómo resolvemos esto, es un globo de ensayo que veremos si lo tenemos que ir corrigiendo.

La unión convivencial requiere más inversión personal que el matrimonio

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– ¿El nuevo Código prevé algo sobre violencia de género?

–  Uno de los temas de la violencia es que tiene por lado la situación real de la violencia y del otro lado los falsos positivos, con invocaciones que hacen las partes para tener un proceso acelerado invocando a la violencia y diciendo falsedades porque entonces rápido no le dejo ver a los hijos, rápido me hago de una cuota alimentaria y me dejan tranquila, y el Código contempla esto así que en algunos casos no será necesario recurrir a una falsa denuncia de violencia. El otro tema que me inquieta es que no veo que haya una contención con políticas públicas para acompañar a las familias con conflictos, que funcionaría como política preventiva porque nosotros en violencia siempre discutimos cuántos son los casos de violencia y cómo actuamos para atacar los casos, pero nunca nos preguntamos qué hacemos para que la sociedad aprenda a gestionar sus relaciones de una manera sana y pacífica y eso se acompaña con políticas públicas de familia que no hay.

La doctora Ursula Basset es profesora con dedicación especial a la investigación, Miembro del Comité Directivo de la International Academy for the Study of the Jurisprudence of the Family. Miembro electivo del Comité Ejecutivo de la International Society of Family Law. Miembro del Instituto de Bioética de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas y miembro de la Subcomisión sobre Régimen Patrimonial del Matrimonio de Redacción del proyecto de reformas del Código Civil Argentino (2012). Premio Accésit de la Academia Nacional de Derecho 2012.

Julieta Martinez

 

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